Pregunta: ¿Qué significa que los obreros son pocos (Mateo 9:37)?
Respuesta:
En Mateo 9:37, Jesús hace una lamentable afirmación: "la mies es mucha, mas los obreros pocos". Este versículo subraya la urgencia de participar activamente en la obra de Dios. La expresión obra de Dios se refiere a compartir el evangelio del reino con el mundo incrédulo. Es una obra de Dios porque los creyentes carecen de las herramientas, los recursos y la fuerza para llevar a cabo esta tarea por sí mismos. Por esta razón, el Espíritu Santo debe darnos poder para el ministerio del evangelio. De lo contrario, no conseguiremos nada (ver Juan 15:5).
Mateo 9:37 se sitúa en el contexto de Mateo 9:35-38. En Mateo 9:35, el apóstol relata que Jesús recorría ciudades y aldeas, enseñaba en las sinagogas, predicaba el Evangelio del Reino y sanaba a los enfermos. Como resultado, enormes multitudes comenzaron a seguirlo. Las multitudes veían a un maestro y a un hacedor de milagros, pero Jesús vio dentro de su corazón: "Y al ver las multitudes, tuvo compasión de ellas; porque estaban desamparadas y dispersas como ovejas que no tienen pastor" (versículo 36). Sin el cuidado y la protección del Buen Pastor (ver Juan 10:1-21), todos se verán acosados por el enemigo e incapaces de defenderse. Hay esperanza, pero solo se puede encontrar en Cristo (Hebreos 6:19-20).
Jesús empleó la metáfora de una cosecha para simbolizar la abundancia de personas maduras y preparadas para escuchar, recibir y creer el mensaje del Evangelio (Juan 4:31-38). Al igual que un campo de grano ondulante atrae a muchos segadores, las multitudes que acudían a Jesús estaban preparadas para recibir el Evangelio. Jesús vio tanto la disposición espiritual de la gente como la oportunidad de llevarla al reino de Dios.
A pesar de la abundante cosecha, Jesús lamentó la escasez de mano de obra del Evangelio: "Los obreros son pocos" (Mateo 9:37). La escasez de mano de obra indica una necesidad urgente de más ministros que difundan el Evangelio y reúnan al pueblo de Dios en Su reino. Esto es un reto porque "Los pretendientes eran muchos, pero los verdaderos "obreros" de la mies eran pocos... Los ministros hechos por el hombre son inútiles. Aún están los campos llenos de señores que no saben usar la hoz. Aún son pocos y distantes los verdaderos recolectores. ¿Dónde están los ministerios instructivos y ganadores de almas?" (Charles Spurgeon, "The Joy of Harvest", no. 3058, 1865 − Traducción propia). ¿Somos farsantes, o somos obreros?
En respuesta a la escasez de mano de obra, Jesús ordena a Sus discípulos: "Rogad, pues, al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies" (Mateo 9:38). Simplemente, "echar cuerpos al problema" no es la mejor solución para la escasez de mano de obra del Evangelio. Por el contrario, debemos orar para que Dios supla a la iglesia con ministros fieles y diligentes del evangelio para satisfacer la demanda de Su mies.
El ministerio es una carga, pero los ministros no tienen que depender de sus propias fuerzas: "Porque hermanos, no queremos que ignoréis acerca de nuestra tribulación que nos sobrevino en Asia; pues fuimos abrumados sobremanera más allá de nuestras fuerzas, de tal modo que aun perdimos la esperanza de conservar la vida. Pero tuvimos en nosotros mismos sentencia de muerte, para que no confiásemos en nosotros mismos, sino en Dios que resucita a los muertos" (2 Corintios 1:8-9; cf. 12:9-10).
En conclusión, la frase "la mies es mucha, mas los obreros pocos" nos recuerda que se necesitan obreros para la cosecha espiritual. Hay abundantes oportunidades para compartir el evangelio con los no creyentes, pero los trabajadores deben ir y predicar el evangelio. Como declaró el apóstol Pablo: "¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique? ¿Y cómo predicarán si no fueren enviados?" (Romanos 10:14-15). Oremos para que Dios envíe más obreros al campo.