Pregunta: ¿Cuál es el significado de la Parábola del mayordomo infiel (Lucas 16:1-13)?
Respuesta:
La Parábola del mayordomo infiel se puede encontrar en Lucas 16:1-13. El texto puede dividirse en dos partes: la parábola (versículos 1-8) y la aplicación (versículos 9-13). Lucas 16:1 identifica que Jesús está hablando a Sus discípulos, pero hay una sugerencia de que Su audiencia es mixta: discípulos y fariseos. Lucas 16:14 dice que los fariseos "oían también todas estas cosas los fariseos, que eran avaros, y se burlaban de él [Jesús]". También vemos en el versículo 1 que Jesús "también" dijo a los discípulos; el "también" sugeriría que esta parábola está conectada con las tres anteriores en Lucas 15 y que la audiencia era una multitud mixta de discípulos y fariseos.
Es importante saber a quién se dirige Jesús con esta parábola. La parábola es para el beneficio de los discípulos, pero también hay una crítica no tan sutil a los fariseos, como se evidenció en Lucas 15. El versículo 14 es el comentario de Lucas sobre la motivación de los fariseos, y en el versículo 15 vemos a nuestro Señor condenar sus motivos. ¿Y cuál era la motivación de los fariseos? Eran aquellos que eran "amantes del dinero" y que "se justifican ante los hombres" y que exaltan lo que era una "abominación ante Dios".
Con eso, como telón de fondo, veamos la parábola. Es una parábola bastante simple, aunque algo poco ortodoxa, de Jesús. La historia es simple, pero el escenario es inusual. En la mayoría de las parábolas de Jesús, el protagonista representa a Dios, a Cristo o a algún otro personaje bueno. En esta parábola, los personajes son todos perversos: el mayordomo y el hombre cuyas posesiones administra son personajes desagradables. Esto debería alertarnos sobre el hecho de que Jesús no nos está exhortando a imitar el comportamiento de los personajes, sino que está tratando de exponer un principio más grande.
La parábola comienza con un hombre rico que llama a su mayordomo para informarle que lo despojará de sus deberes por mal manejo de los recursos de su amo. Un mayordomo es una persona que maneja los recursos de otra persona. El mayordomo tenía autoridad sobre todos los recursos del amo y podía hacer negocios en su nombre. Esto requiere el mayor nivel de confianza en el mayordomo. Ahora bien, es posible que a esta altura de la parábola no sea evidente (pero se hace más evidente más adelante), pero probablemente el amo no está al tanto de la deshonestidad del mayordomo. Al mayordomo se le está despidiendo por una aparente mala gestión, no por fraude. Esto explica por qué puede hacer algunas transacciones más antes de ser despedido y por qué no es inmediatamente expulsado a la calle o ejecutado.
El mayordomo, al darse cuenta de que pronto se quedará sin trabajo, hace algunas negociaciones astutas a espaldas de su amo al reducir la deuda que varios de los deudores del amo tienen con él a cambio de que le brinden hospedaje cuando finalmente lo echen. Cuando el amo se entera de lo que había hecho el siervo malvado, lo elogia por su "astucia".
En Su aplicación de la historia en los versículos restantes, Jesús comienza diciendo: “los hijos de este siglo son más sagaces en el trato con sus semejantes que los hijos de luz” (Lucas 16:8). Jesús está estableciendo un contraste entre los "hijos de este siglo" (es decir, los incrédulos) y los "hijos de la luz" (creyentes). Los incrédulos son más sabios en las cosas de este mundo que los creyentes en las cosas del mundo venidero. El mayordomo injusto, una vez que supo que estaba a punto de ser despedido, maniobró para cobrar algo de dinero rápido, engañar a su amo (quien más que probablemente estaba engañando a sus clientes) y hacer amigos entre los deudores de su amo, quienes entonces estarían obligados a cuidarlo una vez que perdiera su trabajo.
¿Qué tiene que ver esto con los creyentes siendo sabios sobre la vida venidera? Veamos el versículo 9: “Y yo os digo: Ganad amigos por medio de las riquezas injustas, para que cuando estas falten, os reciban en las moradas eternas”. Jesús está alentando a Sus seguidores a ser generosos con su riqueza en esta vida, para que en la vida venidera sus nuevos amigos los reciban "en las moradas eternas". Esto es similar a la enseñanza de Jesús sobre la riqueza en el Sermón del Monte, donde Jesús exhorta a Sus seguidores a acumular tesoros en el cielo (Mateo 6: 19-21).
El término riquezas injustas parece golpear a los lectores de manera incorrecta. Pero Jesús no está diciendo que los creyentes deben obtener riquezas injustamente y luego ser generosos con ellas. "Injusto" en referencia a la riqueza puede referirse a 1) los medios para adquirir riqueza; 2) la forma en que uno desea usar la riqueza; o 3) la influencia corrupta que la riqueza puede tener y que a menudo lleva a las personas a cometer actos injustos. Dada la forma en que Jesús emplea el término, la tercera explicación parece la más probable. La riqueza no es inherentemente malvada, pero el amor al dinero puede llevar a todo tipo de pecado (1 Timoteo 6:10).
Entonces, el principio que Jesús está tratando de transmitir es uno de un mayordomo justo, en lugar de uno injusto. El mayordomo injusto veía los recursos de su amo como un medio para su propio disfrute y avance personal. En cambio, Jesús quiere que Sus seguidores sean mayordomos justos y rectos. Si entendemos el principio de que todo lo que poseemos es un regalo de Dios, entonces nos damos cuenta de que Dios es el dueño de todo y que nosotros somos Sus mayordomos. Como tal, debemos usar los recursos del Amo para promover los objetivos del Amo. En este caso específico, debemos ser generosos con nuestra riqueza y usarla para beneficiar a los demás.
Luego, Jesús continúa expandiendo en los versículos 10-13 el principio dado en el versículo 9. Si uno es fiel en lo "poco" (es decir, "riquezas injustas"), entonces será fiel en mucho. De manera similar, si uno es deshonesto en lo poco, también será deshonesto en lo mucho. Si no podemos ser fieles con la riqueza terrenal, que ni siquiera es nuestra para empezar, ¿cómo podemos ser confiados con "verdaderas riquezas"? Las "verdaderas riquezas" aquí se refieren a la administración y responsabilidad en el reino de Dios junto con todas las recompensas celestiales correspondientes.
El clímax de la aplicación de Jesús es el versículo 13: “Ningún siervo puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas” (ver también Mateo 6:24). Si Dios es nuestro Señor, entonces nuestra riqueza estará a Su disposición. En otras palabras, el mayordomo fiel y justo cuyo Amo es Dios empleará esa riqueza en la construcción del reino de Dios.
