Pregunta: ¿Cuál es el significado de la Parábola de las Diez Vírgenes?
Respuesta:
Al examinar detenidamente la Parábola de las Diez Vírgenes (Mateo 25:1–13), debemos reconocer de antemano que ha habido mucho debate en cuanto al significado de estas palabras de nuestro Salvador. Al menos un aspecto de esta parábola puede ser conocido con absoluta certeza. El novio es Jesucristo, y esta parábola describe Su regreso. En el Antiguo Testamento (Isaías 54:4–6; 62:4-5; Oseas 2:19), Dios se muestra como el "marido" de Israel, y en el Nuevo Testamento (Juan 3:27–30; Mateo 9:15; Marcos 2:19–20), Cristo se representa como el novio de la Iglesia. En la Escritura a la Iglesia se le describe como la novia de Cristo (Efesios 5:25–32).
El entorno histórico también puede ser conocido con bastante certeza. Al describir una boda judía del primer siglo, D.A. Carson en el Comentario Bíblico del Expositor describe el escenario de esta manera: "Normalmente, el novio con algunos amigos cercanos salía de su casa para ir a la casa de la novia, donde había varias ceremonias, seguidas de una procesión por las calles - después del anochecer - a su casa. Las diez vírgenes pueden ser damas de honor que han estado ayudando a la novia; y esperan encontrarse con el novio cuando él viene de la casa de la novia... Se esperaba que todos en la procesión llevaran su propia antorcha. Aquellos sin una antorcha se suponía que eran intrusos a la fiesta o incluso bandidos. Las festividades, que podrían durar varios días, comenzarían formalmente en la casa del novio". La antorcha era una lámpara con un pequeño tanque de aceite y mecha o un palo con un trapo empapado en aceite en el extremo, que había que remojar de vez en cuando para mantener la llama.
El significado interpretativo es ¿de qué retorno de Cristo se trata? ¿Es Su regreso para el arrebatamiento de la Iglesia, o es Su regreso para establecer el Reino Milenial al final de la Tribulación? Los estudiosos dispensacionales se dividen sobre este tema, y no se intentará responder a esa pregunta aquí. Independientemente de cuál retorno sea, las lecciones que se aprenden son relevantes para ambos.
La idea central de la parábola es que Cristo volverá en una hora desconocida y que Su pueblo debe estar listo. Estar listo significa prepararse para cualquier contingencia que surja en nuestras vidas y mantener nuestros ojos fijos en Jesús en todo momento mientras esperamos ansiosamente su venida. El hecho de que todas las vírgenes estaban durmiendo cuando llegó la llamada, indica que no importa lo que estemos haciendo cuando Cristo regrese. Podemos estar trabajando, comiendo, durmiendo o realizando actividades recreativas. Sea lo que sea, debemos hacerlo de tal manera que no tengamos que "arreglar las cosas" (conseguir más aceite) cuando él venga. Esto se aplicaría tanto a la venida de Cristo para Su Iglesia como para los santos de la Tribulación mientras esperan Su segunda venida.
Estar listos para el regreso de Cristo implica fundamentalmente una cosa principal que se manifiesta en varias áreas de nuestras vidas. Si queremos estar listos para el regreso de Cristo, debemos nacer de nuevo a través de la fe salvadora en Jesucristo...Su muerte, sepultura y resurrección literal de entre los muertos (Juan 3:16; 14:6; Romanos 10:9 y 10; 1 Corintios 15:1-4; Efesios 2:1-10). La fe salvadora en Jesucristo se manifestará en todos los aspectos de nuestras vidas. Comenzará a mostrarse el fruto del Espíritu (Gálatas 5:22). Se evidenciará un deseo de mayor santidad y menos pecado. Y una mirada constante a Su venida marcará nuestras vidas. Uno de los mejores pasajes que articulan lo que la gracia y la fe salvadoras se parecen en la vida de un creyente es Tito 2:11-14, "Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres, enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente, aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo, quien se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad y purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras".
Las cinco vírgenes que tienen el aceite extra representan a los verdaderamente nacidos de nuevo que están esperando con ansias la venida de Cristo. Tienen fe salvadora y han determinado que, pase lo que pase, sea un largo tiempo o circunstancias adversas, cuando Jesús regrese, estarán esperando con anhelo. Las cinco vírgenes sin el aceite representan a los falsos creyentes que disfrutan de los beneficios de la comunidad cristiana sin verdadero amor por Cristo. Están más preocupadas por la fiesta que por el anhelo de ver al novio. Su esperanza es que su relación con los verdaderos creyentes ("Dadnos de vuestro aceite" del versículo 8) les permita ingresar al reino al final. Esto, por supuesto, nunca es el caso. La fe de una persona en Jesús no puede salvar a otra. El "Señor, señor" y "No os conozco" de los versículos 11 y 12 se corresponden muy bien con la condena de Jesús a los falsos creyentes de Mateo 7:21-23, "No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad".
Que no nos encuentren "yendo a hacer la compra" (v. 10) cuando Cristo regrese. Toma el tiempo ahora para llenar tu lámpara con aceite y lleva extra contigo. Sigue esperando y observando con alegría y anticipación.