Pregunta: ¿Cómo deben los Cristianos responder a las personas que les molestan?
Respuesta:
A menudo, cuando nos molestan las acciones, palabras o comportamientos de alguien, es porque esa persona ha fracasado en entender o usar una pista social que consideramos obvia. La persona no puede o no quiere interpretar la situación correctamente y luego procede a decir o hacer algo que consideramos molesto.
Diferentes personas tienen diferentes "disparadores" para lo que les molesta. Algunas personas se molestan por la mala gramática; otras se molestan por aquellos que corrigen la mala gramática. Pero hay algunos comportamientos que muchos, si no la mayoría, de las personas consideran molestos: usar el teléfono móvil durante una conversación cara a cara, hablar durante una película, canturrear para uno mismo, mostrar malos modales en la mesa, invadir el espacio personal de otros, llegar tarde, sacarse los dientes en público, y hacer todas las conversaciones sobre uno mismo. No hay nada particularmente perjudicial en tales comportamientos; son sólo molestias. Pero, ¿qué debe hacer un creyente al encontrar personas que hacen esas cosas?
Primero, debemos lidiar con nuestra propia reacción frente a las personas que nos molestan. No podemos controlar el comportamiento de otra persona. Ciertamente estamos llamados a controlar el nuestro (2 Timoteo 1:7).
Muchas veces, el orgullo está en la raíz de nuestra molestia (Proverbios 13:10). Creemos que sabemos mejor y nos comportamos mejor que la persona que nos está molestando. Nuevamente, vemos la pista social, y ellos no. Nos molesta esa persona y su fracaso para comportarse adecuadamente.
Después de una verificación interna de nuestros corazones (Proverbios 4:23), debemos pedir al Espíritu Santo ayuda para ver a la persona y la situación desde su punto de vista. Un fruto del Espíritu Santo es la paciencia (Gálatas 5:22–23), y la paciencia es definitivamente necesaria al lidiar con personas que nos molestan. Estamos llamados al amor (Juan 13:35), a la compasión, amabilidad, humildad y gentileza (Colosenses 3:12–13). Estos atributos deben guiar nuestra respuesta a todas las personas, incluso a aquellas que nos molestan.
Hubo varias veces en que los discípulos intentaron evitar que la gente "molestara" a Jesús. En varias ocasiones, niños, un hombre ciego, una samaritana, y una prostituta con perfume querían interactuar con Jesús, y los discípulos u otros deseaban evitar que "molestaran" al Señor. Pero Jesús no se molestó. Nunca puso las normas sociales por encima del amor a la persona frente a él (Mateo 19:13; Juan 4; Lucas 7:36–39; Lucas 18:35–42).
Cuando alguien nos molesta, debemos primero revisar nuestros corazones y luego pedir la ayuda del Espíritu Santo para reflejar a Jesucristo a los demás (2 Corintios 6:3–10). Si "el amor cubre todas las transgresiones" (Proverbios 10:12, NBLA), entonces el amor seguramente puede cubrir las molestias.