Respuesta:
"¿Por qué debería bautizarme?" es una pregunta importante que los cristianos deben responder. Desde los primeros días de la iglesia cristiana, el bautismo ha sido un acto fundamental de fe que los creyentes han observado universalmente inmediatamente después de la salvación (Hechos 2:38, 41; 8:12, 38).
El acto del bautismo por inmersión en agua expresa externamente la experiencia interna de cambio que se produce en la vida de cada creyente en el momento de la salvación. Demuestra que se ha terminado el viejo estilo de vida y que ha comenzado una nueva vida de fe en Jesucristo (2 Corintios 5:17). El bautismo es importante porque proporciona un testimonio visual - una declaración pública al mundo - que de manera simbólica identifica al nuevo creyente con la muerte, sepultura y resurrección de Jesucristo.
La Biblia da varias razones por las que el bautismo es un paso importante en la vida cristiana:
El bautismo es una expresión de la fe salvadora. Al igual que un sello de aprobación, el bautismo representa nuestra experiencia de salvación y la magnífica obra de Jesucristo al morir por nuestros pecados y resucitar para nuestra justificación: "Sepultados con él en el bautismo, en el cual fuisteis también resucitados con él, mediante la fe en el poder de Dios que le levantó de los muertos" (Colosenses 2:12).
El bautismo es algo que Dios ha ordenado y que Jesús mandó. Como parte de Su Gran Comisión a la iglesia, Jesús dio estas instrucciones: "Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo" (Mateo 28:19-20). El bautismo es una parte integral del discipulado cristiano y debe ser una práctica continua de la iglesia.
El bautismo es un acto de obediencia a nuestro Salvador, en el que expresamos nuestro deseo de agradar a Dios. La palabra cristiano significa "seguidor de Cristo". Puesto que Cristo nos llamó a bautizarnos y dio el ejemplo al bautizarse él mismo (Mateo 3:16), el hecho de no bautizarse es una desobediencia al mandato de Cristo.
El bautismo nos une a Cristo identificándonos con Su muerte, sepultura y resurrección: "¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte? Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva" (Romanos 6:3-4). Cuando nos arrepentimos de nuestros pecados y llegamos a la fe en Jesucristo, el bautismo da testimonio de nuestra unión con Él.
Asimismo, el bautismo representa nuestra muerte a la vieja vida de pecado y nuestro nuevo nacimiento a la vida de resurrección y a la liberación de la esclavitud del pecado: "Porque si fuimos plantados juntamente con él en la semejanza de su muerte, así también lo seremos en la de su resurrección; sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado. Porque el que ha muerto, ha sido justificado del pecado" (Romanos 6:5-7).
El bautismo también nos identifica con el cuerpo de Cristo (1 Corintios 12:12-13). Es un símbolo que dice que ahora pertenecemos a Jesucristo y a Su pueblo: "Pues todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús; porque todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis revestidos" (Gálatas 3:26-27).
El bautismo da testimonio público de la obra interna del Espíritu Santo que limpia nuestros pecados: "El bautismo que corresponde a esto ahora nos salva (no quitando las inmundicias de la carne, sino como la aspiración de una buena conciencia hacia Dios) por la resurrección de Jesucristo" (1 Pedro 3:21; ver también Hechos 22:16; 1 Corintios 6:11).Entender correctamente el bautismo significa comprender que es más que un ritual religioso o una tradición eclesiástica. El significado del bautismo se origina en la muerte de Jesucristo, el propio Hijo de Dios, que murió en nuestro lugar para pagar por nuestros pecados, y que triunfó sobre la muerte mediante Su resurrección, asegurándonos una nueva vida en el Espíritu y una vida eterna para siempre con Dios.