Pregunta: ¿Qué significa que algo está predestinado?
Respuesta:
La palabra predestinado es generalmente una traducción de una palabra griega que significa "conocer de antemano". Predestinado se usa en ese sentido en versículos como Romanos 8:29-30 y 1 Pedro 1:20. Sin embargo, la palabra griega se traduce más comúnmente como "preconoció".
En versículos como Efesios 1:4-5, predestinado tiene un significado más fuerte, implicando más que el conocimiento: “Según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él, en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad”. En este caso, "predestinado" es una traducción de una palabra griega diferente que significa "predeterminar" o "marcar de antemano". Otros pasajes también afirman que Dios no sólo preconoció ciertas cosas, sino que determinó de antemano que así deberían ser. Hechos 4:28 dice que Dios había "decidido de antemano" qué debía suceder cuando Jesús fue juzgado. Efesios 1:11 dice que los creyentes fueron "elegidos" y "predestinados según el plan del que hace todas las cosas conforme al designio de su voluntad".
Cuando se usa predestinado en el sentido de la determinación de Dios de eventos antes de que ocurran, entramos en la tensión entre la voluntad humana y la soberanía de Dios, como se manifiesta en su predestinación o elección de los creyentes. Se han escrito volúmenes sobre esta tensión, con las dos principales posiciones bajo las etiquetas de Calvinismo y Arminianismo. El Calvinismo extremo, o hiper-Calvinismo, afirma que todo ya ha sido determinado por Dios y que los seres humanos son poco más que robots desempeñando nuestros roles, haciendo innecesario el evangelismo. El Arminianismo extremo, por otro lado, coloca todas las decisiones en manos humanas y presenta a Dios como poco más que un espectador, careciendo de omnisciencia y del poder de hacer algo sin nuestro permiso. La mayoría de los cristianos entienden que esta tensión entre la soberanía de Dios y la voluntad humana se resuelve sólo en una combinación sobrenatural de ambas posiciones, siendo la verdad algo intermedio.
Isaías 46:9-11 es la declaración de Dios sobre el asunto de las cosas predestinadas: "Acordaos de las cosas pasadas desde los tiempos antiguos; porque yo soy Dios, y no hay otro Dios, y nada hay semejante a mí, que anuncio lo por venir desde el principio, y desde la antigüedad lo que aún no era hecho; que digo: Mi consejo permanecerá, y haré todo lo que quiero... He hablado, y lo haré venir; lo he pensado, y también lo haré”. Claramente, Dios es soberano. Si no lo fuera, no sería Dios. ¿Cómo encaja el hecho de que él predestina las cosas con el hecho de la elección humana? Al final, debemos ser lo suficientemente humildes para admitir que hay muchas cosas acerca de Dios que son demasiado elevadas para que las comprendamos (ver Salmo 131).
Lo que podemos saber con certeza es que Dios ha predestinado el camino de la salvación para "todo aquel que cree" en su Hijo, Jesucristo (Juan 3:16-18, 36; Hechos 10:43). Dios ha predestinado que los creyentes sean adoptados en su familia como hijos de Dios (Juan 1:12) y que él asumirá la responsabilidad de transformarnos en la semejanza de Jesús (Romanos 8:29-30). Dios ha predestinado que todos los nacidos de nuevo por gracia a través de la fe pasarán la eternidad en el cielo con él (Juan 3:3; 17:3; Efesios 2:8-9). Podemos descansar en el conocimiento de que tenemos un Padre que está a cargo de su universo y cuyo plan es perfecto. “¿Qué, pues, diremos? ¿Que hay injusticia en Dios? En ninguna manera” (Romanos 9:14).