Pregunta: ¿Qué quiere decir 2 Timoteo 2:15 con "presentarte aprobado"?
Respuesta:
Para contrarrestar a los falsos maestros que estaban aplicando mal y socavando la verdad de la Palabra de Dios, el apóstol Pablo instó a Timoteo a trabajar duro y estudiar diligentemente para asegurarse de que tenía la aprobación de Dios al manejar las Escrituras: "Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad" (2 Timoteo 2:15).
"Procura presentarte a Dios aprobado" es un lenguaje anticuado que desafía la comprensión de los lectores actuales de la Biblia. "Esfuérzate por presentarte a Dios aprobado" (NVI) y "Esfuérzate para poder presentarte delante de Dios y recibir su aprobación" (NTV) son traducciones más modernas que aportan transparencia al texto original para los lectores actuales de la Biblia.
Los falsos maestros eran un problema en la iglesia primitiva, como lo son ahora. Los pastores y los líderes de la iglesia tienen la responsabilidad de mantener al pueblo de Dios a salvo de las enseñanzas gangrenosas que se propagan y ahogan la verdad de las Escrituras y conducen a una vida impía (2 Timoteo 2:16-17). Pablo le dice a Timoteo que advierta al pueblo de Dios: "Recuérdales esto, exhortándoles delante del Señor a que no contiendan sobre palabras, lo cual para nada aprovecha, sino que es para perdición de los oyentes" (2 Timoteo 2:14). Timoteo debía ordenar al pueblo que, en presencia de Dios, dejara de pelearse por las palabras y de escuchar a los que causaban problemas con sus discusiones sin sentido. El resultado de enfrascarse en tales ideas -construir montañas teológicas a partir de meras tonterías- sería la ruina espiritual.
"Presentarte a Dios aprobado" significa presentarte a Dios de tal manera que recibas Su aprobación. Los seguidores de Jesucristo y especialmente los pastores y maestros, deben trabajar persistentemente para entender y explicar correctamente la verdad de la Palabra de Dios. En el idioma original, la palabra "aprobado" en 2 Timoteo 2:15 lleva la idea de ser "probado y verdadero", o probado y demostrado genuino. Recibir la aprobación de Dios parece sugerir haber pasado un proceso de investigación (ver 1 Tesalonicenses 2:4).
Los obreros aprobados por Dios manejan correctamente la palabra de verdad. Dividir correctamente significa literalmente "cortar derecho" en el griego original. Los pastores y maestros deben ser obreros hábiles de la Palabra de Dios que escudriñan cuidadosa y minuciosamente la revelación de Dios en las Escrituras, sin desviarse de su mensaje ni distorsionarlo en modo alguno (Deuteronomio 4:2; 12:32; Proverbios 30:5-6; Apocalipsis 22:18-19). Cortan líneas rectas y ayudan a construir un cimiento estable que resistirá la prueba del tiempo (2 Timoteo 2:19). El obrero aprobado es como los de Berea que "recibieron la palabra con toda solicitud, escudriñando cada día las Escrituras para ver si estas cosas eran así" (Hechos 17:11). Estudia la Palabra de Dios y luego trata de aplicarla a su propia vida.
El obrero no aprobado se desvía de la verdad, cortando renglones torcidos con charlas sin sentido, parloteos impíos, conocimientos falsos y apartamientos de la fe (1 Timoteo 1:6; 6:20; 2 Timoteo 2:16-18). Se involucra "en discusiones necias sobre listas de linajes espirituales o en riñas y peleas acerca de la obediencia a las leyes judías. Todo esto es inútil y una pérdida de tiempo" (Tito 3:9, NTV). Pablo describe al obrero no aprobado como "arrogante" y alguien que "le falta entendimiento. Tal persona tiene el deseo enfermizo de cuestionar el significado de cada palabra. Esto provoca discusiones que terminan en celos, divisiones, calumnias y malas sospechas" (1 Timoteo 6:4, NTV).
Los maestros cristianos que han demostrado su valía y han recibido la aprobación de Dios no tienen por qué avergonzarse. El objetivo de Pablo como ministro de Jesucristo era "no avergonzarse nunca, sino... seguir siendo valiente por Cristo" y "dar honor a Cristo" por el resto de su vida (Filipenses 1:20).
La directiva de Pablo a Timoteo de "presentarse aprobado" resuena en su elogio sin disculpas de sí mismo ante Dios como su testigo: "Por lo cual, teniendo nosotros este ministerio según la misericordia que hemos recibido, no desmayamos. Antes bien renunciamos a lo oculto y vergonzoso, no andando con astucia, ni adulterando la palabra de Dios, sino por la manifestación de la verdad recomendándonos a toda conciencia humana delante de Dios" (2 Corintios 4:1-2).
