Pregunta: ¿Debería un cristiano ir al quiropráctico / buscar tratamiento quiropráctico?
Respuesta:
La Biblia nos exhorta a cuidar nuestros cuerpos y a hacer lo que podamos para mantenernos saludables. Si el tratamiento quiropráctico puede ayudar en esto, no hay razón por la cual no debamos acudir a un quiropráctico.
La Biblia presenta la buena salud como algo positivo y algo que debe buscarse y apreciarse. Los saludos comunes tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento incluían deseos de buena salud y larga vida (1 Samuel 25:5-6; 3 Juan 1:2). Los esposos deben amar y cuidar a sus esposas de la misma manera que cuidan y nutren sus propios cuerpos (Efesios 5:28). Nuestros cuerpos son el templo del Espíritu Santo y, como tal, deben cuidarse y mantenerse en buena salud (1 Corintios 6:19-20).
Muchas personas consideran que el tratamiento quiropráctico es mejor que tomar medicamentos—que pueden tener efectos secundarios negativos—y procedimientos agresivos como la cirugía. Otros consideran que el tratamiento quiropráctico tiene un valor cuestionable y están preocupados por las relaciones entre los quiroprácticos y los profesionales de otras prácticas médicas "alternativas". Sin embargo, el objetivo de la atención quiropráctica es mantener las vértebras sueltas y no compactas, y se acepta casi universalmente que tiene cierto valor médico. Algunos han encontrado alivio/sanidad con quiroprácticos cuando todas las demás opciones médicas han fallado.
Como en todas las cosas, los cristianos deben buscar la sabiduría y la guía de Dios en cuanto al tipo de tratamiento médico que eligen para ellos y sus familias. Dios ha prometido conceder sabiduría generosamente a Sus hijos (Santiago 1:5).
