Pregunta: ¿Cuáles son los salmos, himnos y cánticos espirituales?
Respuesta:
Efesios 5:18-19 dice: "No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed llenos del Espíritu, hablando entre vosotros con salmos, con himnos y cánticos espirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros corazones". Colosenses 3:16 continúa esa idea: "La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros, enseñándoos y exhortándoos unos a otros en toda sabiduría, cantando con gracia en vuestros corazones al Señor con salmos e himnos y cánticos espirituales". ¿Cuál es la diferencia entre salmos, himnos y cánticos espirituales, y cómo deben usarse?
El libro de los Salmos es una colección de cánticos escritos bajo la dirección del Espíritu Santo (Marcos 12:36; 2 Pedro 1:21) por antiguos líderes judíos como David, Moisés y Salomón. Estos cantos inspirados formaban parte de las Escrituras hebreas y se utilizaban en la adoración colectiva. La palabra salmo significa "alabanza". Aunque muchos de los salmos son gritos de ayuda, lamentos por Israel o preguntas sobre el plan de Dios, el tema principal en todos ellos es la adoración. Incluso cuando el salmista clamaba al Señor por sus preguntas o frustraciones, solía terminar con un llamado a alabar a Dios a pesar de todo (Salmo 42:11; 43:5; 71:13-14). Los salmos tienen una cualidad intemporal y son tan relevantes para nuestras vidas como si hubieran sido escritos ayer. Muchas personas encuentran un gran consuelo en la lectura o la oración de los salmos cuando tienen dificultades para encontrar las palabras adecuadas para expresar su corazón a Dios. Memorizando y compartiendo un salmo podemos animarnos, desafiarnos y reconfortarnos a nosotros mismos y a los demás. Muchos de nuestros cánticos de adoración modernos se basan en los salmos, y cuando los cantamos, estamos cantando la Palabra de Dios.
Un himno es un canto de alabanza, honor o acción de gracias a Dios. A diferencia de los salmos, los himnos no se escriben por inspiración divina del Espíritu Santo y no se consideran parte de las Escrituras. Sin embargo, los mejores suelen incorporar porciones de las Escrituras y están llenos de ricas verdades doctrinales. Los himnos suelen ser poemas métricos compuestos para ser cantados en grupo. Incluso en tiempos de Jesús, los himnos formaban parte de la adoración judía. Después de la Última Cena, Jesús y Sus discípulos cantaron un himno (Mateo 26:30).
El término cánticos espirituales es más general. Los creyentes deben expresar su fe con canciones, pero no con cualquier canción; la Escritura indica que las canciones de los creyentes deben ser "espirituales". Es decir, las canciones de la iglesia tratan temas espirituales. Puede que no alaben directamente a Dios, pero enseñarán una doctrina, animarán al cuerpo o impulsarán a otros hacia el amor y las buenas obras. Un cántico espiritual puede expresar el gozo de la salvación, deleitarse en la gracia de Cristo o exaltar la grandeza y el poder de Dios; en resumen, un cántico espiritual puede comunicar una amplia variedad de temas sagrados.
Desde los Salmos hasta el Apocalipsis, la Biblia nos anima a "cantar un cántico nuevo al Señor" (Salmo 96:1; 144:9; Isaías 42:10; Apocalipsis 5:9; 14:3). El Salmo 40:3 dice: "Puso en mi boca un cántico nuevo, un himno de alabanza a nuestro Dios". Un cántico nuevo es el que surge del espíritu de una persona cuyo corazón rebosa de adoración a Dios. La instrucción de Pablo a los efesios sobre la música va precedida del mandato de "estar llenos del Espíritu" (Efesios 5:18). Cuando estamos llenos del Espíritu, los salmos, himnos y cánticos espirituales son la expresión natural de nuestros corazones. Una persona llena del Espíritu es una persona que canta. Una clara indicación de que una persona está llena del Espíritu Santo es un deseo natural de cantar y alabar a Dios. La habilidad musical tiene poco que ver con esto. Dios nos creó para encontrar una gran expresión espiritual a través de la música (Salmo 135:3; Jueces 5:3). Las Escrituras están llenas de música, y Dios se deleita cuando usamos lo que Él creó para adorarlo (Deuteronomio 31:19; Salmo 33:2; 149:3).
La música alcanza su máxima expresión cuando se utiliza como instrumento para ensalzar la grandeza de Dios. Puede consolar, animar, enseñar e incluso amonestar a los que están alejados de Dios. La música es una forma bíblica de expresar nuestra adoración al Señor. La música espiritual da voz a nuestra alegría y adoración como ninguna otra cosa. Ya sea un salmo, un himno o un cántico espiritual, el propósito de la música es glorificar a Dios, y Él quiere que usemos este don como un medio para adorarle.