Pregunta: ¿Qué dice la Biblia acerca de la salud mental?
Respuesta:
La Biblia no habla explícitamente sobre el tema de la salud mental; sin embargo, tiene mucho que decir acerca del corazón y la mente, la rotura espiritual y el estado del alma. La salud mental es importante, ya que afecta al ser completo: "Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; Porque de él mana la vida" (Proverbios 4:23).
El mundo se encuentra en un estado caído (Génesis 3). El pecado nos separa de Dios (Isaías 59:2), corrompiendo la creación mientras gime por la libertad de su estado de decadencia (Romanos 8:21-22). La caída de la humanidad ha tenido ramificaciones físicas para el cuerpo y efectos espirituales en el alma. La salud mental no está garantizada más que la salud física, y, al igual que el cuerpo, la mente puede enfermar o lesionarse.
La Biblia tiene muchos pasajes que hablan indirectamente de la salud mental. El Señor es quien renueva la mente (Romanos 12:2) y restaura el alma (Salmo 23:3). Dios ha dado a sus hijos "espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio" (2 Timoteo 1:7). Tenemos la promesa de paz de Jesús (Juan 14:27) y descanso (Mateo 11:28). Y, por supuesto, existen muchas advertencias en las Escrituras para "no temer" y llevar nuestras ansiedades a Dios (Isaías 41:10; Mateo 6:34; Filipenses 4:6; 1 Pedro 5:7).
La salud mental está ligada a la salud tanto del cuerpo como del espíritu. Tenemos un ejemplo bíblico en Elías, cuya salud mental sufrió durante su conflicto con la reina Jezabel. Elías huyó del país a un lugar donde deseaba morir (1 Reyes 19:4). Dios se ocupó primero de las necesidades físicas de Elías, alimentándolo y dándole tiempo para dormir (versículos 5-6). Dios sabía que su viaje era "demasiado" para él en su estado actual (versículo 7). Después de que Elías descansó y se recargó físicamente, Dios le dio aliento, un nuevo propósito y un asistente (versículos 15-18).
Jonás es un ejemplo de alguien cuya salud mental estaba ligada a las malas decisiones que tomó. Jonás deseó la muerte después de que Dios perdonó a Nínive (Jonás 4:3), un deseo bastante indicativo de un estado depresivo. Antes de esto, Jonás se rebeló contra Dios. Desobedeció directamente el mandato del Señor (Jonás 1:1-3), pero, aún después de que Dios lo puso en orden, su corazón no estaba en sintonía con los deseos de Dios. En lugar de maravillarse de la misericordia de Dios y alabarle por su gracia, Jonás deseó morir. Reajustarse con Dios era la única forma de que la depresión de Jonás pudiera terminar.
En algunos casos, las fuerzas espirituales externas tienen un efecto directo en la salud mental. El rey Saúl sufrió angustia como resultado de un espíritu maligno que lo atormentaba (1 Samuel 16:14). Solo encontró alivio cuando David tocó el arpa para él (versículo 23). Otro ejemplo de una enfermedad mental relacionada con los demonios es el hombre de los gerasenos que vivía desnudo entre las tumbas y constantemente gritaba y se cortaba (Marcos 5:1-5). Después de que Jesús expulsó los demonios de él, el hombre estaba "en su juicio cabal" (versículo 15). La batalla espiritual había sido ganada, y la salud mental del hombre fue restaurada.
La Biblia da algunas pautas para lograr y mantener una buena salud mental. Tenemos una descripción de la vida de pensamiento saludable en Filipenses 4:8. Tenemos el ejemplo de Jesús de tomarse descansos del ajetreo de la vida para concentrarse en asuntos espirituales (Lucas 5:16), y Él llamó a Sus discípulos para que hicieran lo mismo (Marcos 6:31). Tenemos el reconocimiento de Pablo de que el ejercicio físico es útil (1 Timoteo 4:8). El autocuidado, tanto físico como espiritual, es una necesidad.
Dios está cerca de los que tienen el corazón quebrantado y salva a los de espíritu abatido (Salmo 34:18). Él hace que todas las cosas ayuden para bien a sus hijos (Romanos 8:28). La prueba de la fe produce resistencia y madurez (Santiago 1:2-4). Los problemas de salud mental, aunque difíciles, no son inútiles. La Biblia muestra claramente cómo Dios puede y usa estos problemas para Su gloria.