Respuesta:
La sanidad emocional es algo que toda persona necesita, a un grado u otro, porque todos hemos sido heridos emocionalmente. Hay muchas variaciones de daño emocional y dolor: tantas como personas hay. Ya sea que la causa sea natural o por el pecado de otro, la mayoría de las personas luchan contra algún tipo de batalla emocional.
Algunos de los síntomas más comunes de daño emocional son el insomnio, el aislamiento, la depresión, la ira, la amargura, la frustración y el miedo. Algunas de las causas más comunes son el abandono, la desconfianza rota, el dolor crónico o la enfermedad, el rechazo, la falta de comunidad, y la sensación de que la vida es sin sentido. Desafortunadamente, la cultura moderna es un verdadero caldo de cultivo para estos destructores emocionales. Cada vez más, nos alejamos de la comunidad y nos inclinamos hacia el individualismo, nos alejamos del comportamiento confiable y nos volcamos hacia el egoísmo, nos alejamos de las moralidades que dan propósito a nuestras vidas y nos encaminamos hacia el existencialismo y el postmodernismo que nos desconecta el uno del otro y de nuestra humanidad, nos alejamos de las elecciones y prácticas saludables e inclinamos hacia la gratificación instantánea que degrada nuestra salud física. ¿Cómo puede una persona salir a flote de esta ola cultural y encontrar sanidad emocional?
No hay un camino rápido y fácil hacia la sanidad emocional. Algunos dirán que todo lo que necesitamos hacer es aceptar a Jesús y de repente seremos sanados de nuestras dolencias, emocionales y de otro tipo. Sin embargo, el hecho sigue siendo que somos criaturas limitadas por la carne. Jesús dijo: "el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil" (Mateo 26:41); el apóstol Pablo batalló con la carne y habló de cómo esta resistía obstinadamente los deseos de su voluntad y mente para seguir a Dios (Romanos 7:18-25).
Seguir a Dios es el primer paso para la sanidad emocional. Él es el que restaura nuestras almas (Salmo 23:3); Jesús vino, en parte, para sanar a los quebrantados de corazón (Lucas 4:18). Pero debemos recordar que la sanidad es un proceso. Involucra elecciones momentáneas para confiar y obedecer al Señor. Debemos escoger interacciones saludables con los demás (1 Pedro 3:8-12), un pensamiento saludable basado en la verdad de las Escrituras (Filipenses 4:4-9), y actividades saludables que beneficien a nuestros cuerpos (2 Corintios 7:1).
Aquí están algunas cosas prácticas que un seguidor de Cristo puede hacer para encontrar sanidad emocional:
1) Meditar en la Palabra de Dios, la Biblia. Las instrucciones de Dios son "vida a los que las hallan, y medicina a todo su cuerpo" (Proverbios 4:22). La persona que "en la ley del Señor está su deleite, y en Su ley medita de día y de noche" es bendecida (Salmo 1:1-2, NBLA).
2) Confesar cualquier pecado conocido a Dios. Luego toma a Dios en su palabra: “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad” (1 Juan 1:9).
3) Toma control de tus pensamientos - mejor aún, permite que el Espíritu Santo tome el control de esos pensamientos. En el Espíritu, "llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo" (2 Corintios 10:5).
4) Rehúsa caer de nuevo en antiguos hábitos pecaminosos. "sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado" (Romanos 6:6). Has sido llamado a la santidad y a caminar en la novedad de vida (Romanos 6:4).
5) Perdona a aquellos que te han herido. Esto es importante. "Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo" (Efesios 4:32). Ten cuidado de cualquier raíz de amargura en el alma (Hebreos 12:15).
6) Véte a ti mismo como Dios te ve: amado (Romanos 5:8); dotado (2 Timoteo 1:7); liberado (Juan 8:36); y lavado, santificado y justificado (1 Corintios 6:11).
7) Involúcrate en una iglesia local que enseña la Biblia y ábrete a su comunión y ministerio de enseñanza. Dios da dones espirituales a su iglesia "a fin de capacitar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo" (Efesios 4:12). Parte de la función de una iglesia es ayudar en el proceso de sanidad de aquellos que están heridos emocional o espiritualmente.
Jesucristo puede ayudarnos a encontrar la sanidad emocional. Su Espíritu es un Espíritu de bondad, desinterés, verdad y confiabilidad, y se alegra en producir tales cualidades en nosotros (Gálatas 5:22-23; 1 Juan 3:19-24). Cuando estamos morando con su Espíritu, él puede y se deleitará en transformarnos y hacernos el tipo de personas que pueden confiar y ser confiables para los demás, resultando en mejores relaciones en todos los aspectos (Juan 7:38).
Aquí están algunos otros pasajes en la Biblia que ayudarán a traer sanidad emocional a los heridos: Salmo 73:23-26; Salmo 34:17-20; 1 Pedro 5:7; Salmo 147:3; Salmo 30:11; Juan 14:27; Mateo 11:28; Romanos 5:1; y Romanos 8:32.
