Respuesta:
La respuesta corta es que Hashem significa "El Nombre" en hebreo. Cuando leen la Torá o están orando, los judíos que se encuentran con el nombre de Dios (transliterado al español como YHWH) sustituyen la palabra Adonai. En otros contextos y en conversación casual, los judíos que se encuentran con el nombre de Dios lo sustituyen por Hashem.
Éxodo 20:7 dice: "No tomarás el nombre del Señor tu Dios en vano, porque el Señor no tendrá por inocente al que tome Su nombre en vano" (NBLA) (cf. Deuteronomio 5:11). Este mandamiento en las Escrituras es la razón por la que los judíos usan Hashem en lugar de YHWH. La palabra traducida como "tomar en vano" lleva la idea de hablar (o escribir) el nombre de Dios de manera "vacía", "sin valor". A los judíos observantes les preocupa la posibilidad de blasfemar contra Dios por usar mal Su nombre. Según una tradición judía, una persona que dice el nombre de Dios mientras se encuentra en un estado de impureza pecaminosa corre peligro de muerte. El rabino Rashi enseñó que Dios permitió que Su nombre fuera pronunciado solo en el lugar al que viene la Shejiná, y ese es en el Templo en Jerusalén. Ahí se otorgó permiso a los sacerdotes para mencionar el Nombre Explícito cuando levantan sus manos para bendecir al pueblo.
Levítico 22:32 advierte que el nombre santo de Dios no debe ser profanado, y el Talmud identifica tal blasfemia con el paganismo. Pero la Mishná va más allá al afirmar que quien profana el nombre del Cielo en secreto, pagará la pena en público. Algunas autoridades tradicionales contradicen esto afirmando que no existe tal cosa como blasfemar el nombre de Dios en secreto, porque Él puede verlo todo. Nada es "secreto" para Él.
La pregunta que surge es si el uso del nombre de Dios, Yavé o Jehová, es incorrecto ¿Es blasfemia decir ese nombre, o deberíamos usar el epíteto Hashem como sustituto? La respuesta es que no hay ninguna razón bíblica para usar Hashem en lugar del nombre de Dios. Ningún pasaje en las Escrituras nos instruye a no usar Su nombre. De hecho, si Dios no quisiera que usáramos Su nombre, no nos lo habría dado.
Somos conscientes de cuán frecuentemente el mundo usa palabras, incluyendo el nombre de Dios, que profanan lo que es santo, y estamos entristecidos. Como seguidores de Cristo, buscamos santificar el nombre de Dios y nunca usarlo de manera vacía, descuidada o indigna.