Pregunta: ¿Qué significa morar bajo la "sombra del Omnipotente" (Salmo 91:1)?
Respuesta:
En uno de los pasajes más edificantes de las Escrituras, tenemos esta garantía: "El que habita al abrigo del Altísimo morará bajo la sombra del Omnipotente" (Salmo 91:1). Morar bajo la sombra del Omnipotente es vivir bajo la promesa de la protección de Dios.
La palabra habitar significa "vivir o ser habitante de". Abrigo se refiere a "un escondite, cobertura o protección". Sombra sugiere "consuelo, protección y defensa". Y morar significa "alojarse, vivir, pasar la noche". El lenguaje del Salmo 91: 1 habla de alguien que se siente totalmente cómodo y aceptado en la vida del hogar y la comunidad del Dios Altísimo.
Altísimo es un título para Dios que nivela eficazmente toda amenaza. Este nombre subraya el poder supremo de Dios como gobernante soberano del mundo. Omnipotente o Shaddai es el nombre que sostuvo a los patriarcas errantes (Éxodo 6:3). Como Todopoderoso, Dios es totalmente capaz de cumplir todas Sus promesas.
Morar bajo la sombra del Omnipotente es la experiencia diaria de alguien que, aunque perseguido o amenazado por el peligro, se siente completamente a gusto en la protección, el consuelo y la seguridad de Yavé, el Dios del poder absoluto. Esta persona declara del Señor: "Sólo él es mi refugio, mi lugar seguro; él es mi Dios y en él confío" (Salmo 91:2, NTV).
El Salmo 91 no proporciona inmunidad frente a las amenazas de la vida. No promete la protección de Dios frente al peligro y los problemas; ofrece la promesa de la protección de Dios en medio de las dificultades y los peligros.
El tema del Salmo 91 centra la atención en la confianza absoluta en Dios y la lealtad hacia Él. Este tipo de confianza implica una amistad íntima con Dios. Es este tipo de relación amorosa la que inspira al salmista a decir: "¡Cuán preciosa, oh Dios, es tu misericordia! Por eso los hijos de los hombres se amparan bajo la sombra de tus alas" (Salmo 36:7). Es la actitud de quien se aferra al Señor en todo momento, diciendo: "Porque él me esconderá en su tabernáculo en el día del mal; Me ocultará en lo reservado de su morada; Sobre una roca me pondrá en alto" (Salmo 27:5).
La persona que siempre está pensando en Dios y confiando en Él tiene al Omnipotente como compañero constante. El Señor extiende Su "sombra" o "sombra protectora" sobre el hombre o la mujer que acampa en Su presencia.
Isaías 25:4 describe la "sombra del Omnipotente" como una "fortaleza al pobre, fortaleza al menesteroso en su aflicción, refugio contra el turbión, sombra contra el calor". El Salmo 18:2 declara: "El Señor es mi roca, mi fortaleza y mi salvador; mi Dios es mi roca, en quien encuentro protección. Él es mi escudo, el poder que me salva y mi lugar seguro" (NTV). "¡El Señor mismo te cuida! El Señor está a tu lado como tu sombra protectora" (NTV), dice el Salmo 121:5.
Continúa el Salmo 91: "Si haces al Señor tu refugio y al Altísimo tu resguardo, ningún mal te conquistará; ninguna plaga se acercará a tu hogar. Pues él ordenará a sus ángeles que te protejan por donde vayas. Te sostendrán con sus manos para que ni siquiera te lastimes el pie con una piedra. Pisotearás leones y cobras; ¡aplastarás feroces leones y serpientes bajo tus pies! El Señor dice: Rescataré a los que me aman; protegeré a los que confían en mi nombre" (Salmo 91:9-14, NTV). Permaneciendo en la presencia de Dios, encontramos seguridad, protección y cuidado. La victoria final es nuestra en Cristo.
La "sombra del Omnipotente" es como una sombra proyectada por el Señor que señala un límite claramente visible. Los que están cubiertos por la línea divisoria de la salvación del Señor mediante la fe en Jesucristo residirán para siempre en la presencia de Dios. Los creyentes en Jesús están cubiertos por la sangre de Cristo, que concede pleno acceso a la sala del trono de la gracia de Dios (Hebreos 10:19-22; 13:12; Efesios 2:13). El sacrificio del Señor proporciona una salvación y una protección que se extiende más allá de los límites de esta vida (Hebreos 9:12). Sólo los redimidos del Señor pueden decir con seguridad: "Permíteme vivir para siempre en tu santuario, ¡a salvo bajo el refugio de tus alas!" (Salmo 61:4, NTV).
Morar bajo la "sombra del Omnipotente" es encontrar descanso y seguridad completos y eternos, sin importar lo que afrontemos en esta vida, en la muerte o en la vida venidera.
