Pregunta: ¿Qué significa Isaías 29:13 cuando dice "su corazón está lejos de mí"?
Respuesta:
En Isaías 29, Isaías profetiza contra Jerusalén y, por ende, contra el resto de Judá (versículo 8). Predice un juicio sobre el reino debido a su pecado, juicio que vendrá a través de ejércitos invasores (Isaías 29:3-4). Sin embargo, el profeta también afirma que Dios es increíblemente misericordioso y restaurará a Judá después de hacer justicia a sus enemigos (Isaías 29:5, 18-24). En medio de la profecía, Isaías diagnostica el problema de la hipocresía de Judá, lo que está provocando su juicio: "Porque este pueblo se acerca a mí con su boca, y con sus labios me honra, pero su corazón está lejos de mí, y su temor de mí no es más que un mandamiento de hombres que les ha sido enseñado" (Isaías 29:13). Aunque los israelitas decían lo correcto, sus corazones estaban lejos de Dios.
La palabra corazón es una metáfora común. En español, corazón representa a menudo las emociones de alguien. Cuando decimos que alguien tiene un "corazón de piedra", no nos referimos a que su órgano de bombeo de sangre se haya mineralizado; nos referimos a que no le conmueven las emociones. Cuando un antiguo israelita utilizaba metafóricamente la palabra corazón, pensaba en el centro del alma de alguien, el lugar donde toma todas sus decisiones y experimenta todas sus emociones. El "corazón" era el lugar de la voluntad y el intelecto. Por eso, cuando la Biblia nos manda amar algo "con todo el corazón", quiere decir amar con todo lo que tenemos dentro.
Cuando Dios dijo que "su corazón está lejos de mí", se refería a que habían elegido otras lealtades aparte de Dios. Aunque podían parecer religiosos, no amaban a Dios ni le obedecían. Sus pensamientos y sus decisiones estaban alejados de Dios. La Biblia NTV tiene una traducción útil aquí: "Por cuanto este pueblo se acerca a Mí con sus palabras y me honra con sus labios, pero aleja de Mí su corazón, y su veneración hacia Mí es solo una tradición aprendida de memoria" (Isaías 29:13, NBLA). En español, podríamos decir que los israelitas adoraban "pero su corazón no estaba ahí".
En el Nuevo Testamento, Jesús cita este versículo en una importante confrontación con los fariseos (Marcos 7:6-7). Ellos también tenían un corazón alejado de Dios. Los fariseos fingían que se preocupaban por la ley de Dios siguiendo actos externos como lavarse las manos, pero en su corazón no les importaba Dios. Cuando se encontraron con Dios en la persona de Jesús, ¡trataron de matarlo! Después de citar a Isaías 29:13, Jesús resumió severamente la condición de su corazón: "Porque dejando el mandamiento de Dios, os aferráis a la tradición de los hombres" (Marcos 7:8). Los fariseos seguían haciendo cosas religiosas, pero habían olvidado las razones de sus actos. Decían lo correcto, pero sus corazones estaban lejos de Dios.
Como cristianos, nos enfrentamos a la misma tentación que los israelitas hipócritas. A veces, es fácil mantener la apariencia externa de obediencia religiosa siguiendo reglas básicas, pero carecemos de una verdadera relación con Dios en nuestros corazones. Empezamos a "seguir las reglas" sin crecer en el amor a Dios o a los demás. Podemos ir fielmente a la iglesia cada domingo, pero ignorar a Dios el resto de la semana. Al igual que los fariseos y los antiguos israelitas, "fingir" no es espiritualmente saludable, y a la larga nos pasará factura.
Isaías 29:13 es un fuerte recordatorio de que las reglas y los rituales, por sí mismos, no pueden agradar a Dios. Dios quiere verdadera justicia. Dios quiere que lo ames con "todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas" (Marcos 12:30). "Porque misericordia quiero, y no sacrificio, y conocimiento de Dios más que holocaustos" (Oseas 6:6).