Respuesta:
La palabra "tribunal" tiene varios usos en español. Entre los significados se encuentran “un área donde se juega un partido de tenis o baloncesto”; “un lugar donde se presentan casos legales y preside un juez”; y “la asamblea de oficiales y asesores de un monarca”.
En el Nuevo Testamento, la palabra "tribunales" se usa normalmente en el sentido legal. “Que si Demetrio y los artífices que están con él tienen pleito contra alguno, audiencias se conceden, y procónsules hay; acúsense los unos a los otros” (Hechos 19:38, NBLA). El término nunca se usa en conjunción con los tribunales celestiales.
En el Antiguo Testamento, el término "tribunales" se utiliza casi exclusivamente para referirse al templo (o una parte del templo) donde Dios estaba entronizado: "Y me ha dicho: Salomón tu hijo, él edificará mi casa y mis atrios; porque a este he escogido por hijo, y yo le seré a él por padre" (1 Crónicas 28:6). En los Salmos encontramos: "Entrad por sus puertas con acción de gracias, por sus atrios con alabanza" (Salmo 100:4). En el momento en que esto fue escrito, "entrar en los atrios de Dios" se refería a entrar físicamente en el templo. Cuando la mayoría de los cristianos leen este versículo hoy, pueden imaginar que entran en la presencia espiritual de Dios y piensan que esto ocurre en "los atrios del cielo", es decir, en el reino espiritual donde Dios está entronizado.
Aun así, el término "atrios del cielo" o "tribunal celestial" nunca se usa en la Escritura.
El profesor de teología de la prosperidad, Robert Henderson, ha despertado recientemente el interés en "los atrios del cielo", utilizando el término en el sentido legal. Henderson dice que había sabido durante mucho tiempo que podía orar a Dios como Padre y como su Amigo; sin embargo, había pasado por alto el hecho de que también podía apelar a Dios como el Juez. Henderson razona que, así como los jueces humanos presiden los sistemas judiciales terrenales, así Dios es el Juez en el Tribunal del Cielo.
En una entrevista con Patricia King, Henderson cuenta la historia de cómo oró durante dos años por su hijo Adam, quien luchaba con la depresión, y nada estaba funcionando. Había intentado "atar y desatar", "abrir y cerrar", "cada fórmula que había oído", y "todo lo que sabía hacer", pero sin ningún avance. Luego Henderson supuestamente escuchó la voz de Dios decirle, "Lleva a Adam a mis tribunales". Y eso es lo que hizo.
Henderson comenzó diciendo: "Señor, llevo a Adam a tus tribunales". Luego se arrepintió de cualquier cosa que pensara que Adam podría haber hecho mal. Luego se arrepintió de algunos de sus propios pecados en relación con Adam. Todo el proceso llevó unos 15 minutos. Una semana y media después, su hijo le llamó para decirle que había experimentado un avance asombroso de su depresión una semana y media antes. Henderson declara: “De repente me di cuenta de que en 15 minutos en los tribunales del cielo había logrado lo que no había podido hacer en dos años en el campo de batalla de la oración”. A partir de esta experiencia, Henderson concluyó que la batalla ya ha sido ganada por Cristo y que nosotros sólo necesitamos obtener el "acceso legal" a la victoria. En los tribunales del cielo, eliminamos cualquier problema legal que el enemigo esté utilizando para evitar que Dios entregue lo que ha prometido a sus hijos.
Henderson ha escrito los siguientes libros, desarrollando aún más su marca de teología de la prosperidad de los "Tribunales del Cielo":
• Operando en los Tribunales del Cielo: Otorgándole a Dios los Derechos Legales para Cumplir Su Pasión (2016)
• Desbloqueando Destinos desde los Tribunales del Cielo: Disolviendo Maldiciones que Retrasan y Niegan Nuestro Futuro (2016)
• Accediendo a los Tribunales del Cielo: Cómo Posicionarte para el Avance en la Oración (2017)
• Oraciones y Declaraciones que Abren los Tribunales del Cielo (2018)
• Recibiendo Sanación de los Tribunales del Cielo: Eliminando Obstáculos que Retrasan o Niegan Tu Sanación (2018)
• Redimiendo Tu Linaje: Fundamentos para Romper Maldiciones Generacionales desde los Tribunales del Cielo (2019)
• La Nube de Testigos en los Tribunales del Cielo: Asociándose con el Consejo del Cielo para el Avance Personal y del Reino (2019)
• Emitiendo Órdenes Restrictivas Divinas desde los Tribunales del Cielo: Restringiendo y Revocando los Planes del Enemigo (2019, co-autoría con Francis Miles)
• Padre, Amigo y Juez: Tres Dimensiones de la Oración que Reciben Respuestas del Cielo (2020)
• Orando por el Destino Profético de los Estados Unidos y la Presidencia de Donald J. Trump desde los Tribunales del Cielo (2020)
Robert Henderson también ha celebrado una conferencia llamada "Desbloquear la Riqueza en los Tribunales del Cielo". Un corolario de esto es su libro Las Plantas de Negocio del Cielo: Donde las Bendiciones Perdidas Son Restauradas y el Destino del Reino Es Cumplido (2018, co-autoría con Beverly Watkins). Este libro pretende decir a los lectores cómo "recibir su bendición e herencia del Nuevo Pacto accediendo al comercio del Calvario a través de los Tribunales del Cielo".
La teología y la metodología de Henderson tienen muchos problemas.
Primero, Henderson asume que, porque Dios es llamado juez, debe presidir realmente un sistema de tribunales al menos algo similar a un sistema judicial moderno. Las Escrituras llaman a Dios el Juez, pero no dicen nada de un sistema legal que operen en el cielo, y mucho menos que este sea la clave para conseguir lo que queremos.
Segundo, Henderson confía en la revelación extrabíblica que afirma haber recibido. Es asombroso que el Nuevo Testamento nunca mencione esta información crítica sobre cómo acceder a los tribunales del cielo. Durante 2.000 años, los cristianos han estado orando y luchando con sufrimientos y persecuciones que, según Henderson, podrían haberse evitado si hubieran sabido simplemente solicitar a Dios no como su Padre o Amigo, sino como el Juez, y presentar sus casos en el sistema judicial celestial. En un sistema judicial terrestre, las solicitudes son regularmente denegadas porque el demandante no presentó la documentación correcta de la manera adecuada. ¿Estamos dispuestos a creer que el "sistema judicial celestial" funciona de manera muy similar?
Tercero, el concepto de Henderson sobre los tribunales celestiales y cómo podemos usarlos está firmemente enraizado en la teología de la prosperidad. Según Henderson, la riqueza y la sanación están ahí para tomarlas si sólo sabemos cómo solicitarlas correctamente. Su teología se basa en la idea de que Dios le dio a Adán, el primer hombre, autoridad legal sobre la tierra. Cuando Adán pecó, esa autoridad legal fue transferida a Satanás. Ahora, Dios está legalmente impedido de actuar en la tierra a menos que la gente retome esa autoridad de Satanás y se la otorgue a Dios. Aparentemente, esto se logra en el entorno legal de un auténtico tribunal celestial. De ahí el subtítulo del libro original de los "tribunales del cielo": Operando en los Tribunales del Cielo: Otorgándole a Dios los Derechos Legales para Cumplir Su Pasión. En esta teología, Dios quiere bendecirnos, pero puede verse obstaculizado por razones técnicas legales.
Cuarto, el enfoque de Henderson a la oración es mecanicista. En el paradigma de los "tribunales del cielo", la oración se trata de usar la fórmula correcta o, podríamos decir, de presentar los documentos correctos en la jurisdicción adecuada. No hay sentido de "hágase tu voluntad", excepto que los maestros de la prosperidad "saben" que la voluntad de Dios es bendecirles con salud y riqueza. Si no están recibiendo estas en abundancia, tiene que haber alguna tecnicidad que las esté impidiendo. Tal vez una cierta fórmula o técnica será el "truco" para que las bendiciones fluyan. Esto, al fin y al cabo, es un concepto pagano.
En el análisis final, cuando Jesús enseñó a sus discípulos a orar dándoles una oración modelo, no encontramos nada acerca de "los tribunales del cielo" o algo acerca de la salud y la prosperidad. Sí encontramos un énfasis en que venga el Reino de Dios y que se haga su voluntad. El enfoque de la oración está en alinear nuestra voluntad con la de Dios. La salud y la prosperidad se resumen en una petición por el "pan de cada día", que es justo lo necesario para cubrir las necesidades del día.