Pregunta: ¿Qué significa "venid a las aguas" (Isaías 55:1)?
Respuesta:
Isaías 55 describe como Dios llama al pueblo de Israel para que acuda a Él. Las palabras de Dios al comienzo del capítulo 55 utilizan las metáforas del agua, el vino, la leche y el pan. La acción que Dios desea es que el pueblo de Israel "venga a las aguas". Específicamente, Dios quiere que el pueblo de Israel venga y reciba lo que no se ha ganado y no puede pagar (Isaías 55:1b). Dios ofrece un regalo gratuito.
A continuación, Isaías dice que Dios llama explícitamente a Israel para que acuda a Él (55:3). Israel debe venir y escuchar con el fin de tener vida. Este mismo sentimiento se ve en Isaías 55:6, "Busquen al Señor mientras puede ser hallado, llámenlo en tanto que está cerca" (NBLA). La idea básica del capítulo se resume en Isaías 55:7b, "vuélvase al Señor, que tendrá de él compasión, al Dios nuestro, que será amplio en perdonar" (NBLA).
El libro de Isaías fue escrito para el reino del sur de Judá. El reino del norte de Israel ya había caído ante Asiria en el 722 a.C. Judá seguía rápidamente los pasos de sus hermanos del norte (Isaías 1:2). Isaías comienza el libro declarando que la nación de Judá era un pueblo rebelde que no conocía a su señor. Teniendo en cuenta la forma en la que Judá se relacionaba con Dios, el mensaje en Isaías 55 es impactante: ven a Dios y recibe misericordia; ven a Dios y recibe lo que no mereces.
Isaías 55:1 comienza apelando a una necesidad: "A todos los sedientos: Venid a las aguas". El pueblo de Judá necesitaba la misericordia y la gracia de Dios porque no hacía lo que Dios le pedía. Judá estaba en una relación de pacto con Dios. Habían acordado seguir las leyes de Dios, pero no las habían cumplido. El resultado de la desobediencia a Dios es la necesidad de misericordia y perdón (Efesios 2:1–10). Judá tenía esa necesidad.
Isaías continúa con la solución: "Venid a las aguas". Como describe el contexto, Dios está llamando al pueblo de Judá, que necesita misericordia, a acercarse a Dios para recibir la misericordia que solo Dios puede proporcionar. En la metáfora, el pueblo tiene sed. La solución obvia a la sed es el agua. Entonces, ¿qué significa "venid a las aguas"? En este contexto, significa regresar a Dios, y depender de Su misericordia.
Jesús usa una metáfora similar en Juan 4 en Su conversación con la mujer samaritana. Los samaritanos eran mitad judíos y mitad gentiles. Por esto, el pueblo judío despreciaba a los samaritanos. Cuando Jesús pasa a propósito por la tierra de Samaria, Él se dirige a una mujer samaritana en un pozo en Juan 4:7–38.
La mujer encuentra a Jesús en un pozo donde ella saca agua. Durante la conversación, Jesús le ofrece a la mujer "agua viva", que saciará su sed para siempre. Jesús usa esta metáfora del agua para señalar aquello que conduce a la vida eterna (Juan 4:14). Jesús estaba invitando a la mujer a venir a las aguas y recibir lo que necesitaba; la gracia de Dios que conduce a la vida eterna.
La mujer samaritana era una mujer rebelde e injusta a los ojos de Dios (Juan 4:17-18), pero Jesús le ofreció agua viva que satisfaría sus necesidades espirituales. De la misma manera, Dios le había ofrecido a la gente de Judá el agua que Él les daría gratuitamente (Isaías 55:1). La misma invitación al perdón y la restauración se extiende hoy: "Y el Espíritu y la Esposa dicen: Ven. Y el que oye, diga: Ven. Y el que tiene sed, venga; y el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente" (Apocalipsis 22:17).