Pregunta: ¿Qué es un vengador de sangre en la Biblia?
Respuesta:
En la Biblia, un vengador de sangre es una persona legalmente responsable de llevar a cabo la venganza cuando un miembro de la familia ha sido asesinado ilegalmente. El vengador de sangre suele ser el pariente masculino más cercano de la persona asesinada. Este verdugo familiar busca la justicia matando al individuo responsable de la muerte de su pariente.
La ley mosaica permitía los asesinatos por venganza llevados a cabo por un vengador de sangre: "El vengador de la sangre, él dará muerte al homicida; cuando lo encontrare, él lo matará" (Números 35:19; ver también 26-27 y Deuteronomio 19:11-12). Si un miembro de la familia era asesinado, el vengador de sangre tenía el deber de restablecer la justicia en la familia y en la tierra, persiguiendo y, en última instancia, ejecutando la pena de muerte sobre la persona responsable. Esta ley del Antiguo Testamento tiene sus raíces en la exigencia divina de vida por vida en caso de asesinato: "Yo exigiré la sangre de cualquiera que le quite la vida a otra persona. Si un animal salvaje mata a una persona, ese animal debe morir; y cualquiera que asesine a otro ser humano debe morir. Si alguien quita una vida humana, la vida de esa persona también será quitada por manos humanas. Pues Dios hizo a los seres humanos a su propia imagen" (Génesis 9:5-6, NTV).
La palabra traducida "vengar", en hebreo, está relacionada con la palabra para "redimir", "reclamar" o "restaurar". Como representante de Dios y de la familia, el vengador de sangre "redimía" o "reclamaba" la sangre del pariente matando al derramador de sangre original. Un vengador de sangre solo debía actuar en casos de asesinato deliberado o de privación ilegal de una vida inocente. La intención es un elemento necesario del homicidio. En Números 35:16-21 se describen seis ejemplos de homicidio intencionado. El vengador de sangre no tenía licencia para actuar en casos de homicidio accidental.
La Ley mosaica regulaba las acciones del vengador de sangre proporcionando ciudades de refugio para el acusado. Una persona que cometiera homicidio involuntario, o la muerte no intencionada y accidental de una persona, podía encontrar santuario en cualquiera de las seis ciudades de refugio designadas en toda la tierra de Israel (Números 35:10-15, 22-25; Deuteronomio 19:4-6; Josué 20:1-6). En estas ciudades, la víctima del vengador de sangre estaba legalmente protegida y se le garantizaba un juicio justo.
Gedeón se convirtió en el vengador de sangre de sus hermanos, que habían sido asesinados en el monte Tabor por los reyes madianitas Zeba y Zalmunna (Jueces 8:18-21). Joab vengó la sangre de su hermano Asael (2 Samuel 3:27-30). Los hombres de Gabaón vengaron la muerte de sus compatriotas a manos de Saúl, ejecutando a siete de los hijos del rey (2 Samuel 21:1-9). El concepto de vengador de sangre también aparece en el relato del rey Amasías, que dio muerte a los oficiales que habían asesinado a su padre (2 Reyes 14:5-6). La historia de la mujer de Tecoa incluía una súplica al rey David para que detuviera las acciones del vengador de sangre (2 Samuel 14:8-11).
En el Nuevo Testamento, el apóstol Pablo instruye: "No paguéis a nadie mal por mal; procurad lo bueno delante de todos los hombres. Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres. No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios; porque escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor" (Romanos 12:17-19).
Las Escrituras prometen que Dios castigará a los malhechores (1 Tesalonicenses 4:6). Dios también ha designado a las autoridades gubernamentales para que ejecuten la venganza en Su nombre: "Porque es servidor de Dios para tu bien. Pero si haces lo malo, teme; porque no en vano lleva la espada, pues es servidor de Dios, vengador para castigar al que hace lo malo" (Romanos 13:4).
En última instancia, el Señor es el Restaurador y Redentor de Su pueblo (Isaías 41:14). En varios lugares de las Escrituras, Dios es representado como el vengador de sangre: "Alabad, naciones, a su pueblo, porque él vengará la sangre de sus siervos, y tomará venganza de sus enemigos, y hará expiación por la tierra de su pueblo" (Deuteronomio 32:43; ver también Jueces 9:23-24; 2 Reyes 9:7; Salmo 9:12; 79:10; Apocalipsis 6:10; 19:2).
