GotQuestions.org/Espanol




Pregunta: ¿Qué significa "Ahora vemos por espejo, oscuramente" (1 Corintios 13:12)?

Respuesta:
En 1 Corintios 13:8-13, el apóstol Pablo compara la virtud cristiana del amor con otros dones espirituales muy apreciados y los encuentra a todos deficientes. El amor es el único superior (versículo 8). Como cristianos, participamos en dar y recibir la gracia del amor de Dios (ver 1 Juan 4:8, 16). Esta experiencia terrenal del amor divino de Dios nos da una muestra de Su gracia y gloria perfectas. A través del amor de Cristo derramado en nuestros corazones (ver Efesios 3:17; Romanos 5:5), participamos en un grado limitado de la perfección plena que conoceremos y disfrutaremos cuando estemos en la presencia de Dios en la eternidad: "Ahora vemos por espejo, oscuramente; mas entonces veremos cara a cara. Ahora conozco en parte; pero entonces conoceré como fui conocido" (1 Corintios 13:12).

Pablo explica que los dones espirituales como la profecía, las lenguas y el conocimiento son temporales y parciales. Con el tiempo, "se volverán inútiles. ¡Pero el amor durará para siempre! Ahora nuestro conocimiento es parcial e incompleto, ¡y aun el don de profecía revela solo una parte de todo el panorama! Sin embargo, cuando llegue el tiempo de la perfección, esas cosas parciales se volverán inútiles" (1 Corintios 13:8-10, NTV). En nuestro estado actual de existencia, los dones del Espíritu Santo son valiosos para nosotros y para la iglesia, pero su valor se agotará cuando estemos cara a cara con el Señor en el cielo. Estos dones solo nos dan una imagen oscurecida e inacabada de nuestra realidad espiritual, y finalmente pasarán.

Pablo utiliza dos ilustraciones para explicar esta verdad. En primer lugar, emplea el ejemplo de un niño que madura hacia la edad adulta: "Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, juzgaba como niño; mas cuando ya fui hombre, dejé lo que era de niño" (1 Corintios 13:11). Ahora mismo, somos como niños que juegan con juguetes de plástico que se desgastarán y quedarán inservibles. Un día los cambiaremos por la perfección eterna, adulta y duradera. En segundo lugar, Pablo contrasta mirar a alguien en un espejo apagado y poco iluminado con encontrarse con esa persona cara a cara. En el mundo grecorromano, los espejos eran discos de metal pulido que reflejaban una imagen borrosa e imperfecta, nada que ver con ver a alguien de cerca, con una claridad vívida, ojo a ojo.

Así, "ahora vemos por espejo, oscuramente" es la figura retórica de Pablo para "ahora tenemos conocimiento y entendimiento imperfectos". La Nueva Traducción Viviente interpreta la imagen así: "Ahora vemos todo de manera imperfecta, como reflejos desconcertantes, pero luego veremos todo con perfecta claridad. Todo lo que ahora conozco es parcial e incompleto, pero luego conoceré todo por completo, tal como Dios ya me conoce a mí completamente" (1 Corintios 13:12, NTV). La comprensión perfecta y el conocimiento ilimitado de los asuntos relacionados con Dios y Su reino solo se alcanzarán cuando conozcamos a Jesucristo en persona.

El apóstol Juan afirma que nuestro conocimiento de Jesús es parcial ahora, pero se aclarará cuando le veamos cara a cara: "Queridos amigos, ya somos hijos de Dios, pero él todavía no nos ha mostrado lo que seremos cuando Cristo venga; pero sí sabemos que seremos como él, porque lo veremos tal como él es" (1 Juan 3:2).

En las Escrituras tenemos la revelación completa de Dios, pero nuestra comprensión de ella sigue siendo limitada (ver 1 Corintios 8:1-3). A medida que crecemos en la fe, experimentamos un proceso de maduración espiritual como creyentes individuales (2 Pedro 3:18) y juntos como cuerpo de Cristo (Efesios 4:11-16). Pablo llama a este desarrollo progresivo hacia la madurez cristiana "el premio celestial al cual Dios nos llama por medio de Cristo Jesús" (Filipenses 3:14). Es nuestro viaje hacia el cielo en íntima comunión con Jesucristo.

A lo largo del camino, debemos centrarnos en Jesús, que es el precursor de nuestra búsqueda (Hebreos 12:1-2). Él nos muestra el camino mediante Su perfecta obediencia al Padre (Juan 4:34; 5:30; Lucas 22:42). Como Autor y Perfeccionador de nuestra fe, no solo nos inspira, sino que también nos capacita para crecer hacia la estatura celestial. Él comienza la buena obra en nosotros y "la perfeccionará hasta el día de Jesucristo" (Filipenses 1:6).

Mientras tanto, hasta que el Señor regrese o lleguemos al cielo, tenemos una comprensión y un conocimiento limitados; vemos en un espejo oscuramente. Pero un día nuestro crecimiento en grados cada vez mayores de madurez cristiana culminará en la perfección celestial cuando "traeremos también la imagen del celestial" (1 Corintios 15:49).

© Copyright Got Questions Ministries