Pregunta: "Llevo años viviendo con un incrédulo. Hace poco que he empezado una relación de fe con Cristo. ¿Qué debo hacer?"
Respuesta:
No hay una respuesta sencilla a tu problema. Lo más probable es que debas separarte, explicando claramente a tu pareja que has sido desobediente a Dios al vivir juntos antes del matrimonio, y que seguir viviendo juntos implica una continua y deliberada fornicación. Las Escrituras son claras en cuanto a que la inmoralidad sexual es un pecado y que nuestros cuerpos están diseñados para glorificar al Señor: "Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo" (1 Corintios 6:20). Dios no te ha salvado para que sigas en el pecado (Romanos 6:1-4).
Podrías casarte, y así evitar el problema de la inmoralidad, pero, si lo haces, formarás un yugo desigual que Dios prohíbe (2 Corintios 6:14). Ahora que Cristo ha entrado en tu vida, tu primer amor es para Él (Lucas 14:26). Además, amar al Señor implica obedecerlo (Juan 14:15).
Los principios bíblicos presentados hasta ahora son sencillos; sin embargo, puede haber otras consideraciones que dificulten el asunto. Por ejemplo, ¿hay niños de por medio? Además, en el lugar donde vives, ¿cuáles son las leyes relacionadas con la unión de hecho? Podría ser que ya estuvieran casados legalmente, dependiendo de los detalles de la ley matrimonial del lugar donde viven. Si intercambiaron votos informales sin la presencia de algún oficiante, entonces una posibilidad es solemnizar el matrimonio con el que ya están comprometidos. Si tu pareja no creyente no desea ratificar la relación mediante un certificado oficial, entonces podría aplicarse el principio de 1 Corintios 7:15.
Aparte de orar sobre este tema y escudriñar las Escrituras, es indispensable encontrar un consejero cristiano - un pastor o alguien que realmente entienda la Biblia y que tenga mucha experiencia en la vida - con quien puedas compartir todos los detalles de tu situación. A medida que sigas los mandatos de las Escrituras, ora para tener valor y gracia. Se te aclarará el camino que debes seguir. Debes creer que Dios sabe realmente lo que es mejor para ti. Confía en que Él quiere lo mejor para ti.
