Pregunta
¿Qué podemos aprender de lo que la Biblia dice acerca de Santiago el apóstol?
Respuesta
Jesús tuvo dos discípulos llamados Santiago: Santiago el hijo de Zebedeo y Santiago el hijo de Alfeo. Otro Santiago, el medio hermano de Jesús, nunca fue uno de los doce discípulos, pero fue líder en la iglesia primitiva de Jerusalén (Hechos 15:13) y escribió la epístola de Santiago. Uno de los Doce, Santiago el hijo de Alfeo, es llamado Santiago el Menor (o el Joven) en Marcos 15:40, donde también aprendemos que el nombre de su madre era María. Las Escrituras no registran mucho más acerca de Santiago el hijo de Alfeo, entonces concentraremos en el otro discípulo, Santiago el hijo de Zebedeo, en este artículo.
Cuando Jesús llamó a Santiago para seguirle, él estaba en un barco reparando redes de pesca con su padre, Zebedeo, y su hermano, Juan. "[Jesús] los llamó. Y ellos, dejando al instante la barca y a su padre, le siguieron" (Mateo 4:21-22). Desde entonces, Santiago estuvo en el ministerio a tiempo completo con Jesús.
Santiago era uno del "círculo íntimo" de Jesús. Santiago, Juan y Pedro son mencionados juntos frecuentemente como los únicos apóstoles que presenciaron algunos de los milagros de Jesús: la resurrección de una niña muerta (Marcos 5), por ejemplo. Jesús llevó a Santiago a una montaña junto con Pedro y Juan, donde Santiago vio la transfiguración de Jesús y vio cómo conversaba con Moisés y Elías (Mateo 17:1–9). Santiago, junto con Juan, Pedro y Andrés, preguntaron a Jesús en privado para entender mejor después de que Él les dijera a los discípulos que el templo sería destruido (Marcos 13:2–3). Debido a su deseo de entender mejor las palabras de Jesús, los cuatro recibieron algunas palabras proféticas de su Señor acerca del futuro cercano y también acerca del fin de los tiempos (Marcos 13:5–37).
Santiago y su hermano Juan recibieron un sobrenombre por parte de Jesús, quien llamó a estos dos "Boanerges”, lo que significa "hijos del trueno" (Marcos 3:17). Este nombre nos da una pista acerca de la personalidad de Santiago. Tanto él como su hermano se caracterizaban por su celo, pasión y ambición.
Santiago y Juan le pidieron a Jesús que les permitiera sentarse a ambos lados de Él en Su reino (Marcos 10:37), y Jesús les dijo que no podía otorgarles esa petición. Entonces profetizó acerca de su futuro: Santiago y Juan sufrirían persecución al igual que Él (Marcos 10:39). Jesús manejó la audaz solicitud de los hermanos con gracia, convirtiéndola en una lección de humildad para todos los discípulos (versículos 42–45). Los otros diez discípulos no estaban muy contentos con los hermanos debido a su descaro —y probablemente porque ellos también querían esos puestos de honor en el reino (versículo 41).
Más tarde, Santiago y Juan demostraron sus personalidades celosas y truenos cuando Jesús envió mensajeros antes que Él a un pueblo samaritano. Sin embargo, la gente del pueblo se negó a recibir a Jesús porque sabían que él se dirigía a Jerusalén (Lucas 9:51–53). Santiago y Juan querían hacer descender fuego del cielo para destruir el pueblo (versículo 54). Este impetuoso y vengativo deseo provocó la reprimenda de Jesús, quien recordó a los hijos del trueno que su misión era salvar vidas, no destruirlas.
Las Escrituras no registran detalles específicos acerca de las actividades de Santiago después de la resurrección de Jesús, excepto que fue a pescar con algunos de los otros discípulos en el Mar de Galilea, presenció otra milagrosa pesca (Juan 21:1–11) y tomó desayuno en la orilla con el Cristo resucitado. Después de la ascensión de Cristo, Santiago estuvo presente el Día de Pentecostés (Hechos 2) y cumplió su parte en el cumplimiento de la Gran Comisión. Dada la naturaleza franca de Santiago, probablemente fue un testigo audaz para el Señor y condujo a muchos a la fe.
Como Jesús había predicho, Santiago experimentó persecución poco después del inicio de la iglesia. El rey Herodes decidió arrestar a algunos creyentes, y mandó a matar a Santiago (Hechos 12:2). Santiago se convirtió así en el primer apóstol en ser martirizado.
La vida del apóstol Santiago nos muestra que Jesús conoce nuestra naturaleza: identificó a Santiago como un "hijo del trueno" de inmediato. Además, Jesús pacientemente trabaja con nosotros para conformarnos a Su voluntad, al igual que hizo con Santiago. También aprendemos de la vida de Santiago que el coraje en nuestro servicio a Cristo es una valiosa herramienta para difundir el evangelio, aunque puede hacernos el objetivo de persecución. Al mismo tiempo, la audacia no se debe permitir que descienda a la descortesía. Nuestro celo debe ser sujetado con gracia, y la impetuosidad debe ser frenada por un compromiso firme con la voluntad de Dios.
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¿Qué podemos aprender de lo que la Biblia dice acerca de Santiago el apóstol?