Pregunta
¿Quién fue Simón el Mago?
Respuesta
Simón el Mago, es mencionado por Lucas en Hechos 8:9-24. Apareció tras la recién establecida iglesia en Samaria. Aunque es un personaje poco importante en la historia del Nuevo Testamento, Simón también aparece en textos gnósticos en los cuales se amplía su carácter y biografía. Sin embargo, es poco probable que estos relatos sean históricamente confiables debido a la naturaleza de estos escritos y sus autores anónimos.
No está claro dónde nació Simón. En el libro de Hechos se afirma que él "había engañado a la gente de Samaria" (Hechos 8:9), pero el relato no lo identifica como un samaritano. Se cree que el apologeta cristiano Justino Mártir propagó la idea de que Simón era un samaritano de la ciudad de Gitta, y esto ha sido aceptado en la tradición de la iglesia primitiva y hoy por algunos historiadores de la iglesia. El historiador Josefo se refiere a un judío llamado Simón que se hacía pasar por mago, pero parece que se trata de un personaje histórico diferente, ya que nació en Chipre.
La hechicería, que es fuertemente condenada por Dios (Deuteronomio 18:9-13), era común en el mundo antiguo, y, aunque algunos actos y demostraciones no eran más que ilusiones mentales, otros recibían poderes por Satanás en un intento por desacreditar el poder de Dios (Mateo 24:24; 2 Tesalonicenses 2:9). Parece que Simón era de este último tipo, ya que Lucas dice que él había engañado a los samaritanos durante "mucho tiempo" (Hechos 8:11), algunos incluso declaraban que él era "el gran Poder de Dios" (Hechos 8:10), un título mesiánico. Curiosamente, sin embargo, el empoderamiento de Simón por Satanás no incluía lealtad a lo demoníaco. Tras escuchar y ver al discípulo Felipe anunciar "el evangelio del reino de Dios y el nombre de Jesucristo" (Hechos 8:12), Simón fue bautizado en la iglesia primitiva y "estaba siempre con Felipe" (Hechos 8:13).
La Biblia dice que el Espíritu Santo "aún no había descendido sobre ninguno de ellos" (Hechos 8:16). Más tarde, llegaron los apóstoles Pedro y Juan, momento en el que el Espíritu vino sobre los creyentes. Simón presenció este evento y "les ofreció dinero, diciendo: Dadme también a mí este poder, para que cualquiera a quien yo impusiere las manos reciba el Espíritu Santo" (Hechos 8:18–19). En este punto, Pedro reprende fuertemente a Simón por su codicia y declara lo siguiente: "Arrepiéntete, pues, de esta tu maldad, y ruega a Dios, si quizá te sea perdonado el pensamiento de tu corazón" (Hechos 8:22). Temeroso de las palabras del apóstol, Simón le ruega a Pedro que ore al Señor en su favor.
Después de este suceso, la Biblia nunca vuelve a mencionar a Simón el Mago. Al parecer, contrario a los textos apócrifos y gnósticos que buscan glorificar su papel de hechicero y sus anteriores habilidades satánicas, que Simón se arrepintió y pudo haber seguido siendo miembro de la iglesia local en Samaria. Sin embargo, Justino Mártir y otros apologetas cristianos como Ireneo insisten en que él era un anticristo y continuó con su brujería, incluso fundando el gnosticismo. La codicia de Simón se recuerda en la palabra moderna simonía, "usar la religión como medio de lucro".
Los cristianos contemporáneos deberían aprender del relato de Simón que la Iglesia, aún hoy, debe tener cuidado de aquellos que afirman poseer habilidades sobrenaturales, y aquellos que dicen ser cristianos que desean comprar el don de Dios con dinero, porque su "corazón no es recto delante de Dios" (Hechos 8:20-21).
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