Pregunta
¿Cuál es el camino de los justos en el Salmo 1:6?
Respuesta
El Salmo 1 presenta dos caminos en la vida o dos opciones de estilo de vida opuestas: el camino de los justos (descrito en los versículos 1-3) y el camino de los impíos (versículos 4-5). El versículo final resume: "Porque el Señor conoce el camino de los justos, pero el camino de los impíos perecerá" (versículo 6, NBLA).
El Salmo 1:1 afirma que el que sigue el camino de los justos es bienaventurado. En el original hebreo, la palabra traducida como "bienaventurado" significa "feliz y divinamente favorecido". Se repite en el texto original, lo que da mayor fuerza a su significado. El camino de los justos es el camino de quienes buscan llevar una vida centrada en Dios. Los que caminan por esta senda son bendecidos con abundante felicidad (Salmo 16:11; 21:6; 34:8; Hechos 13:52; Filipenses 4:4). Esa persona es sumamente favorecida por la gracia de Dios (Deuteronomio 7:7-8; Jeremías 31:3; Efesios 2:4-8; Filipenses 1:7). Jesús habló de esta bienaventuranza en las Bienaventuranzas (Mateo 5:3-12). En última instancia, la gracia y el favor de Dios se manifiestan a través de la cruz de Jesucristo (Romanos 3:24-25; Efesios 1:7).
Recorrer el camino de los justos significa que las personas no siguen "el consejo de malos, ni andan con pecadores, ni se juntan con burlones" (Salmo 1:1, NTV). La persona que elige el camino de los justos se aparta de pensar y comportarse como los impíos. Ignora los consejos mundanos y la filosofía de los humanistas seculares que se ponen a sí mismos en el centro de su mundo (2 Corintios 5:15; 2 Timoteo 3:1-2). El que busca la justicia resiste los deseos de la carne (Romanos 8:5; Efesios 2:3) y no quiere relacionarse con personas que tratan a Dios con desprecio (1 Corintios 15:33).
Los que aman la Palabra de Dios recorren el camino de los justos: "se deleitan en la ley del Señor meditando en ella día y noche" (Salmo 1:2, NTV). Oran: "Hazme andar por el camino de tus mandatos, porque allí es donde encuentro mi felicidad" (Salmo 119:35, NTV; ver también Salmo 119:1, 47). Los que caminan por la senda de la piedad adquieren un sano apetito por la verdad y la instrucción de Dios, y declaran como el salmista: "¡Oh, cuánto amo yo tu ley! Todo el día es ella mi meditación" (Salmo 119:97; ver también Josué 1:8).
El camino de los justos es un camino seguro, fructífero y próspero. Las personas de este camino "Son como árboles plantados a la orilla de un río, que siempre dan fruto en su tiempo. Sus hojas nunca se marchitan, y prosperan en todo lo que hacen" (Salmo 1:3, NTV). La persona centrada en Dios se alimenta de la Palabra de Dios y bebe de Sus manantiales refrescantes y vivificantes (Juan 4:14; Efesios 5:26). Nunca pasa hambre ni sed.
Jesús mismo dijo: "Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás" (Juan 6:35; ver también Juan 6:48; Juan 7:37). Los piadosos obtienen sustento y fortaleza del Señor. Él es su fuente de vida. En Él están firmemente anclados por raíces que llegan hasta un pozo que nunca se seca (Isaías 58:11). El camino de los justos trae paz, refrigerio, renovación, limpieza, fructificación y satisfacción del alma a todos los que caminan por él (Isaías 32:17; 40:31; Salmo 19:7-10; 51:10; 63:1-5; Proverbios 11:30; Hechos 3:20; Efesios 5:26).
Los piadosos dan fruto en todas las estaciones de la vida: tanto en los tiempos difíciles como en los buenos (Filipenses 4:10-20; 2 Corintios 9:8) y desde la juventud hasta la vejez (1 Timoteo 4:12; Isaías 46:4). Sus "hojas" nunca se marchitan porque todo lo que hacen mientras buscan primero Su reino y justicia tiene valor eterno (Lucas 12:33; Mateo 6:20; 1 Pedro 1:4; 1 Timoteo 6:18-19).
El camino de los justos es la vida cristiana, que muchas veces se describe como un "caminar" (ver Colosenses 1:10; 2:6; Efesios 4:17; 5:2, 8, 15; 1 Tesalonicenses 2:12). Mediante la fe en Su sacrificio, Cristo se convierte en nuestra justicia (Romanos 3:21-31; 1 Corintios 1:30; 2 Corintios 5:21).
Jesús llama a todos los verdaderos creyentes a seguirle por un camino de sacrificio y servicio, renunciando a sus propias vidas para servir a los demás por causa del Evangelio (Mateo 16:24-26; Romanos 12:1). Este camino implica una comunión personal e íntima con nuestro Pastor y Salvador (Salmo 23:1; Juan 10:1-21; Hebreos 13:20), que nos conduce, guía y protege. El Señor camina con Sus justos, velando por ellos a cada paso del camino (Salmo 1:6).
La máxima bendición del camino de los justos es que conduce a la vida en la presencia de Dios para siempre (Proverbios 21:21). Por el contrario, el camino de los impíos acaba en juicio eterno, destrucción y muerte (Salmo 1:4-6; Filipenses 3:18-19; 2 Tesalonicenses 1:8-9; Apocalipsis 20:11-15).
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¿Cuál es el camino de los justos en el Salmo 1:6?
