Pregunta
¿Deben los cristianos celebrar la Pascua?
Respuesta
Aunque quizás sea el día con mayor asistencia a la iglesia, el Domingo de Pascua puede ser una fuente de controversia entre los cristianos. Algunos cristianos consideran que la Pascua tiene un origen pagano o que está tan comercializada como para participar de ella. Otros simplemente ven la Pascua como una celebración de la resurrección de Jesús, posiblemente la mejor y más importante celebración del año. Muchos creyentes prefieren llamar a la Pascua "Domingo de Resurrección" para resaltar que la celebración tiene que ver con Jesús. Algunos cristianos participan sólo en los aspectos relacionados con la iglesia en la celebración de la Pascua, mientras que otros incluyen los aspectos más sociales como por ejemplo buscar huevos de Pascua y canastas llenas de dulces. ¿Acaso la Biblia dice algo sobre si los cristianos deben celebrar la Pascua?
La Biblia no dice que se deba celebrar la Pascua y, por lo tanto, no trata directamente el tema de si los cristianos deben celebrar la Pascua. Los cristianos que creen que debemos celebrar la Pascua y los que creen que no debemos celebrarla tienen dificultades para presentar un argumento bíblico sólido a favor o en contra. La muerte y resurrección de Jesús son realidades que celebramos durante todo el año. De hecho, la reunión dominical de la iglesia es una celebración indirecta de la resurrección de Cristo, quien resucitó el primer día de la semana (Lucas 24:1).
Pasajes como Colosenses 2:16, 1 Corintios 10:23-33 y Romanos 14 son útiles para discernir si debemos celebrar la Pascua y cómo hacerlo. Estos pasajes indican que los cristianos tienen una gran libertad en asuntos controvertidos, tales como guardar ciertos días sagrados o comer diferentes alimentos. Primera de Corintios 10:23-24 dice: "Todo me es lícito, pero no todo conviene; todo me es lícito, pero no todo edifica. Ninguno busque su propio bien, sino el del otro". Pablo estaba escribiendo aquí específicamente sobre el consumo de alimentos sacrificados a los ídolos. Continúa diciendo que los creyentes pueden comer cualquier cosa que se venda en el mercado o que les dé un incrédulo sin "preguntar nada por motivos de conciencia". El principio es que "del Señor es la tierra y su plenitud" (1 Corintios 10:26). Pablo concluye: "Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios. No seáis tropiezo ni a judíos, ni a gentiles, ni a la iglesia de Dios; como también yo en todas las cosas agrado a todos, no procurando mi propio beneficio, sino el de muchos, para que sean salvos" (1 Corintios 10:31-33).
Los cristianos deben celebrar la Pascua siempre que puedan hacerlo para la gloria de Dios y con agradecimiento (1 Corintios 10:30-33). Aquellos que están convencidos de que la Pascua es una celebración de una diosa pagana o que de alguna manera honra a los ídolos de una sociedad impía, deberían abstenerse de celebrar la Pascua. Aquellos que se sienten libres de celebrar la Pascua, a pesar de que dicha celebración podría causar un problema a otro creyente, no deberían hacer alarde de su libertad. Si ciertas tradiciones de la Pascua causan que un cristiano comprometa la verdad bíblica, entonces se deben dejar de lado esas tradiciones. Sin embargo, cuando la participación en las tradiciones y las celebraciones de la Pascua nos dan motivos para alabar a Dios, debemos sentirnos libres para disfrutarlas plenamente e invitar a otros a hacer lo mismo.
Independientemente de cómo celebremos o no la Pascua personalmente, parece ser un momento especialmente bueno para compartir el Evangelio con los demás. De una u otra manera, la sociedad en general reconoce la Pascua. Incluso aquellos que se centran principalmente en tradiciones seculares como el conejo de Pascua, los huevos de colores y el chocolate, reconocen que la fiesta está relacionada con el cristianismo. Los cristianos pueden aprovechar esta oportunidad para explicar quién es Jesús, la importancia de Su muerte y la buena noticia de Su resurrección. La Pascua se celebra en primavera, y buena parte del entusiasmo en torno a la Pascua tiene que ver con la emoción de la primavera que promete un nuevo crecimiento. Qué maravilloso es poder compartir con otros que lo que se observa en la Pascua es mucho más. No es simplemente el cambio de una estación, sino una celebración de la forma en que Jesús cambió el mundo. Él nos ofrece una vida nueva y eterna. En la Pascua, los cristianos pueden disfrutar de la celebración de esa realidad centrándose en los demás, y podemos y debemos compartir esa gran noticia con cualquiera que quiera escuchar.
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