Pregunta
¿Por qué debemos presentar nuestras peticiones delante de Dios (Filipenses 4:6)?
Respuesta
Filipenses 4:6 dice: "Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias". A esto le sigue inmediatamente una promesa: "Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús" (versículo 7).
La orden de "presentar vuestras peticiones delante de Dios" aparece como exhortación final, cuando Pablo se dispone a cerrar su carta. Aunque la iglesia de Filipos gozaba de buena salud, probablemente se enfrentaba a la persecución (Filipenses 1:29-30). Las instrucciones de Pablo y la promesa que las acompañaba debieron de animar a los sufridos creyentes.
Los cristianos del siglo XXI también se enfrentan a luchas, incluso en Occidente, por lo que Filipenses 4:6 es una prioridad. Además del estrés cotidiano del trabajo y las obligaciones económicas, vivimos en una cultura cada vez más postcristiana. Por un lado, esto nos brinda la oportunidad de reflejar la luz de Dios en una sociedad moribunda. Por otro, nos hace vulnerables a la ansiedad y a una gran cantidad de preguntas imprevistas. ¿Deberíamos educar a nuestros hijos en casa o matricularlos en una escuela pública? ¿Y si me obligan a colgar una bandera arco iris en mi oficina? ¿Debemos utilizar los pronombres preferidos de nuestro colega?
La respuesta humana natural a las pruebas y a la amenaza de persecución es la ansiedad e incluso la desesperación. Las Escrituras presentan una alternativa mejor: llevar nuestras peticiones delante de Dios. Esto se debe hacer "en toda oración y ruego, con acción de gracias" y "sin murmuraciones y contiendas" (Filipenses 2:14; 4:6).
El mensaje de Filipenses 4:6 coincide con las enseñanzas de Jesús sobre la preocupación. En el Sermón del Monte, Él dice,
"No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos? Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas. Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas. Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal"
(Mateo 6:31-34)
¿Por qué debemos dar a conocer nuestras peticiones delante de Dios? La promesa de Filipenses 4:7 nos dice por qué. La paz de Dios actúa como una salvaguardia contra la ansiedad, protegiendo nuestros corazones y mentes. La preocupación es el intruso que trata de destruirnos por dentro, pero la paz de Dios es un escudo.
La paz de Dios es algo diferente de la paz con Dios, que es la reconciliación que experimentamos por la muerte y resurrección de Jesús (Romanos 5:1; Efesios 2:13-14; Isaías 53:5). La paz de Dios proviene de la paz con Dios y de nuestra confianza en Él (Isaías 26:3). Como hijos adoptivos del Padre, Su paz es un don que nos mantiene estables en un mundo que se deteriora.
Aunque demos a conocer nuestras peticiones a Dios, sabemos que no hay garantía de que vayamos a obtener todo lo que deseamos. Dios es el Rey Soberano, y a veces Su respuesta puede no coincidir con nuestras expectativas en una situación concreta. Sin embargo, Su paz nos permite seguir adelante y confiar en Él, independientemente de las circunstancias, sabiendo que tendremos lo que necesitamos. Cuando somos testigos de alguien que proclama la fidelidad de Dios mientras atraviesa una situación difícil, vemos un ejemplo de la paz de Dios en acción.
Por tanto, presentemos nuestras peticiones a Dios: Él sabe lo que necesitamos antes de que se lo pidamos (Mateo 6:8). Acudamos con fe sencilla y confianza (Hebreos 4:16), con las manos abiertas para recibir Su don de paz.
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¿Por qué debemos presentar nuestras peticiones delante de Dios (Filipenses 4:6)?
