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Pregunta

¿Puede la fe realmente mover montañas?

Respuesta


Para interpretar correctamente un pasaje como Mateo 17:20, primero debemos analizar el contexto general del pasaje. Jesús, junto con Pedro, Santiago y Juan, acaba de bajar del "monte de la transfiguración", y se encuentran con un hombre con un hijo poseído por un demonio. El hombre le dice a Jesús que llevó a su hijo a los discípulos de Jesús, pero no pudieron expulsar al demonio (recordemos que Jesús había dado antes a sus discípulos, en Mateo 10:1, la autoridad para expulsar a los espíritus malignos). Jesús entonces los reprende por su falta de fe y luego expulsa al demonio del niño. Cuando Sus discípulos preguntan por qué el demonio no obedeció lo que ellos le habían ordenado, Jesús responde con la declaración en Mateo 17:20. Su fe, dice Él, es pequeña y débil. Si fuera del tamaño de la más pequeña de las semillas, el arbusto de mostaza, serían capaces de "mover montañas".

Lo primero que se debe considerar es el uso de los recursos literarios en la Biblia. La Biblia es ante todo la Palabra revelada de Dios; queremos dejar claro este punto (Según 2 Timoteo 3:16). Aunque la Biblia es la Palabra revelada de Dios, nos revela por medio del lenguaje. Dios se rebajó, se redujo, para hablarnos en formas que pudiéramos entender. Pensemos en un padre que intenta comunicarse con su hijo pequeño. El padre tiene que rebajarse para ser comprendido por el limitado intelecto y entendimiento del niño. Esto es análogo (aunque no idéntico) a la forma en que Dios nos habla.

La Biblia utiliza muchas formas o géneros literarios. Hay narrativa histórica, poesía, profecía, escritura apocalíptica y literatura epistolar (por nombrar algunos). Entre estos diversos géneros literarios, se utilizan diferentes técnicas literarias: metáfora, símil, imaginería, parábola, alusión, ironía, personificación, paradoja e hipérbole. Como lectores de la Biblia, debemos reconocer cuándo se utilizan estas técnicas para poder interpretar correctamente el significado. Por ejemplo, en Juan 10:7, Jesús dice: "Yo soy la puerta de las ovejas". ¿Cómo debemos interpretar este versículo? Si somos demasiado literales, podríamos comenzar a buscar una manija de puerta escondida en alguna parte de Su cuerpo. Sin embargo, si entendemos que se trata de una metáfora, podemos empezar a entender su significado (Jesús es el camino de acceso a la vida eterna, así como una puerta es el camino de acceso a una habitación).

Otro aspecto a tener en cuenta en la interpretación bíblica es el contexto del pasaje. La mayoría de las veces, cuando sacamos un versículo de su contexto original, lo acabamos malinterpretando. En el contexto de Mateo 17, Jesús reprende a los discípulos por su fe débil y les dice que aunque tuvieran una fe del tamaño de un grano de mostaza, podrían ordenar a una montaña que se moviera. Contextualmente, la montaña debe referirse al demonio que estaba afligiendo al hijo del hombre. Jesús les dice a Sus discípulos que, si su fe fuera más fuerte, podrían haber ordenado al demonio que saliera del niño, y así sería. Este fue claramente el caso en Mateo 10, cuando Jesús los envió a sanar enfermedades, expulsar demonios y difundir el evangelio. Por lo tanto, está claro por el contexto que Jesús no pretende afirmar que la fe del tamaño de un grano de mostaza puede mover montañas literalmente. Más bien, la expresión que Jesús usa era un coloquialismo común de aquel día; para un judío de la época de Jesús, una montaña es una metáfora que significa una tarea aparentemente imposible.

La fe que puede mover montañas no significa una fe que pueda mover montañas literalmente. El punto que Jesús estaba haciendo es que incluso un poco de fe, del tamaño de una pequeña semilla de mostaza, puede superar obstáculos montañosos en nuestras vidas.

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