Pregunta
¿Qué significa "hagamos bien a todos" en Gálatas 6:10?
Respuesta
Gálatas 6:10 dice: "Así que entonces, hagamos bien a todos según tengamos oportunidad, y especialmente a los de la familia de la fe" (NBLA).
Los cristianos tienen el deber de añadir "a vuestra fe virtud" (2 Pedro 1:5). Debemos ser conocidos por nuestra virtud. Cuando la gente oye la palabra cristiano, sus primeros pensamientos deberían ser de honor, integridad, bondad y buenas obras. La idea de hacer el bien a todos los hombres se refleja en las palabras de Jesús en Mateo 5:16: "Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos". Nuestras luces alumbran cuando seguimos el ejemplo de Jesús de hacer el bien dondequiera que vayamos (Hechos 10:38).
En nuestros esfuerzos por hacer el bien, no debemos pasar por alto la prioridad que Pablo establece en Gálatas 6:10. Debemos hacer el bien a todos, pero debemos prestar especial atención a la familia de Cristo. La forma en que tratamos a nuestros hermanos es una señal de nuestra fe: "En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros" (Juan 13:35). Ese amor por la familia de Dios se manifiesta en actos de bondad y amor (1 Juan 3:17) y es, de hecho, una prueba de la salvación (1 Juan 2:9). Comenzamos a hacer el bien a todos los hombres, ablandando nuestros corazones hacia nuestros hermanos y hermanas en Cristo y dedicándonos a su bienestar, como si fuera el nuestro propio.
Parte de hacer el bien a todos los hombres consiste en no devolver mal por mal (Romanos 12:17). Jesús nos llamó a dejar de lado nuestra reacción natural cuando alguien nos hace daño. Por el contrario, debemos devolver el mal con el bien (Romanos 12:21). Esto lo escribió alguien que vivía bajo la tiranía del emperador Nerón. Los cristianos eran perseguidos, sus propiedades confiscadas y sus vidas arrebatadas (Hechos 8:4; Hebreos 10:33-34). Así que el mandato no se dio a la ligera. Pablo comprendía lo que eso significaba para los cristianos romanos. Pero también sabía que, cuando devolvemos bien por mal, permitimos que Dios haga caer su justo juicio sobre los malhechores, en lugar de tomarnos la justicia por nuestra mano (Hebreos 10:30).
Otra forma de hacer el bien a todos los hombres es buscar activamente formas de bendecir a la gente. A lo largo de la historia, los cristianos han liderado la construcción de orfanatos, la fundación de escuelas, la financiación de hospitales, la excavación de pozos de agua y la atención a las necesidades prácticas de la gente. Decenas de organizaciones cristianas de todo el mundo se crearon para rescatar a las víctimas del tráfico de seres humanos, alimentar a los niños hambrientos y atender a los que sufren y son perseguidos. La mayoría de los misioneros cristianos sirven en suelo extranjero a un gran sacrificio personal para sus finanzas y sus familias. Lo hacen porque cumplen el mandato de Jesús de llevar el Evangelio a todo el mundo (Mateo 28:19). Hacen el bien a quienes no tienen forma de pagárselo. Están obedeciendo las palabras de Jesús en Mateo 6:3-4: "Mas cuando tú des limosna, no sepa tu izquierda lo que hace tu derecha, para que sea tu limosna en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público".
Hacer el bien puede empezar hoy, con pequeñas cosas. Sea cual sea nuestra circunstancia, hay alguna manera de hacer algo bueno por alguien, para gloria de Dios. Una pequeña bondad es mejor que no hacer nada bueno y puede, de hecho, tener un gran impacto. Como dijo Samuel Johnson: "El que espera hacer muchísimo bien de una sola vez, nunca hará nada".
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