Pregunta
¿Cuál es la clave para la victoria cuando se lucha contra el pecado?
Respuesta
Sin embargo, en la siguiente expresión, responde a su propia pregunta, así como a la nuestra: "¡Gracias doy a Dios, por Jesucristo Señor nuestro!". (Romanos 7:25). En este pasaje, Pablo no sólo nos proporciona la clave de la victoria cuando luchamos contra el pecado, sino que explica el interminable enigma entre nuestra naturaleza pecaminosa y nuestra naturaleza espiritual: "Así que, yo mismo con la mente sirvo a la ley de Dios, mas con la carne a la ley del pecado" (Romanos 7:25).
Anteriormente, Pablo había dicho: "Porque sabemos que la ley es espiritual; mas yo soy carnal, vendido al pecado" (Romanos 7:14). Pablo está comparando nuestra naturaleza pecaminosa, nuestra carne, con un esclavo. Así como un esclavo obedece a su amo, nuestra carne obedece al pecado. Sin embargo, como creyentes en Cristo, nos hemos convertido en seres espirituales bajo la ley de Cristo; nuestro ser interior está bajo la influencia y la propiedad de la gracia de Dios y la vida de Cristo (Romanos 5:21). Mientras vivamos en este mundo, nuestra naturaleza pecaminosa y el deseo carnal permanecerán con nosotros, aunque también tenemos una nueva naturaleza en Cristo. Esto nos lleva a una lucha entre lo que queremos hacer y lo que realmente hacemos, ya que el pecado sigue atacando nuestra naturaleza terrenal. Esta lucha es una parte normal de la vida cristiana.
Es interesante observar que Pablo, el más grande de los apóstoles, declaró que, de todos los pecadores, "¡soy el primero!". (1 Timoteo 1:15). Pablo reconoce las dificultades que todos tenemos al luchar contra el pecado y la tentación en nuestras vidas. Las luchas son reales, y nos debilitan. Nos cansamos de las interminables tentaciones y de no alcanzar la gloria de Dios. Pablo, en esencia, nos está diciendo que no tenemos que fingir que nuestras luchas no nos afectan. Él ha pasado lo mismo. Él lo entiende. Aunque nuestros esfuerzos por hacer lo correcto parezcan desesperados, tenemos esperanza "por medio de Jesucristo nuestro Señor" (Romanos 7:25; Hebreos 4:15). Y Él, de hecho, es la clave de nuestra victoria sobre el pecado.
Un verdadero cristiano luchará contra Satanás y contra sus esfuerzos diarios por perjudicarnos. El diablo es el gobernante de este mundo, y nosotros vivimos "tras las líneas enemigas" (Efesios 2:2; Efesios 6:12; Juan 12:31). Sin embargo, si nos enfocamos en Cristo, podremos cultivar una mentalidad que proclame que preferimos morir antes que hacer algo que ofenda a Dios. Cuando nos entreguemos totalmente a Cristo (Mateo 16:24), Satanás huirá de nosotros. Cuando nos acercamos a Dios, Él, a su vez, se acercará a nosotros (Santiago 4:7-8).
La clave de la victoria en nuestra lucha contra el pecado está en la mismísima promesa de Dios: "No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar" (1 Corintios 10:13).
Como verdaderos creyentes en Cristo, incluso cuando somos "abrumados sobremanera más allá de nuestras fuerzas" (2 Corintios 1:8), podemos hacernos eco de las tranquilizadoras palabras de Pablo, que declara: "el cual (Dios) nos libró, y nos libra, y en quien esperamos que aún nos librará" (2 Corintios 1:10). Por último, el salmista nos da estas palabras de aliento: "Confía en el Señor, y haz el bien; y habitarás en la tierra, y te apacentarás de la verdad. Deléitate asimismo en el Señor, y él te concederá las peticiones de tu corazón. Encomienda al Señor tu camino,
Y confía en él; y él hará" (Salmo 37:3-5).
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¿Cuál es la clave para la victoria cuando se lucha contra el pecado?