Pregunta
¿Por qué son tan misteriosas las circunstancias de la muerte de Moisés?
Respuesta
Dios no ha querido revelarnos mucho sobre las circunstancias de la muerte de Moisés. Hay tres referencias en la Biblia a la muerte y sepultura de Moisés, y cada una de ellas contribuye al misterio que rodea la historia del gran profeta. Sabemos que tenía 120 años cuando murió, pero "sus ojos nunca se oscurecieron, ni perdió su vigor" (Deuteronomio 34:7). A pesar de su edad, Moisés aún estaba en la flor de la vida cuando fue llamado a casa.
Debido al pecado de desobediencia de Moisés en las aguas de Meribá de Cades (Números 20:12; Deuteronomio 32:51), no se le permitió entrar en la Tierra Prometida. Llevó al pueblo de Israel hasta el mismo borde de Canaán, y se le permitió echar un vistazo a la tierra, pero no se le permitió que entrara él mismo. Al final de la vida de Moisés, Dios le dio una visión de la tierra por la que había salido de Egipto. "Y subió Moisés desde la llanura de Moab al monte Nebo, a la cumbre del Pisga... y el Señor le mostró toda la tierra" (Deuteronomio 34:1, NBLA; cf. Números 27:12-13). Moisés murió allí, en la cumbre, "conforme a la palabra del Señor" (NBLA). Dios lo enterró en secreto, y nadie sabe hasta el día de hoy dónde está su tumba (Deuteronomio 34:5-6).
Hay un misterio en torno a la tumba de Moisés. Los estudiosos han sugerido que Dios enterró a Moisés en secreto y sin una lápida para evitar que la tumba se convirtiera en un santuario o lugar de culto. Como los israelitas eran propensos a la idolatría, esto parece plausible. Otros creen que no hubo tumba alguna y que Moisés fue trasladado a la manera de Enoc y Elías. Estos eruditos apuntan a la aparición de Moisés con Elías en el Monte de la Transfiguración (Mateo 17:1-10). El problema con esta última opinión es que la Biblia dice específicamente que Moisés "murió" y "fue sepultado" (Deuteronomio 34:7). Si Moisés hubiera sido trasladado directamente al cielo, no habría muerte ni sepultura. En cualquier caso, la circunstancia de que Dios enterrara personalmente a alguien y mantuviera en secreto el lugar del entierro es única en toda la Escritura.
Otro misterio tiene que ver con Judas 1:9, donde se nos dice que, cuando Moisés murió, el arcángel Miguel contendió con el diablo por el cuerpo de Moisés. Esta referencia pasajera no es desarrollada por Judas y ha sido fuente de debate entre los eruditos bíblicos. No se nos dice exactamente cuándo se produjo esta discusión angélica, aunque es probable que fuera en el momento del entierro de Moisés. Tampoco sabemos por qué el diablo y Miguel discutirían por el cadáver. Quizá Satanás se opusiera a la futura resurrección de Moisés, acusándole del pecado de Meribá y de otros pecados. Quizá Satanás quería enterrar el cuerpo en un lugar más accesible y marcar el lugar para tentar al pueblo a construir un santuario. Fuera cual fuese el motivo de la discusión, Satanás perdió la batalla.
A pesar de los misterios que rodean la muerte y el entierro de Moisés, sabemos algunas cosas con certeza. Una es que la Palabra de Dios es verdadera y Sus profecías siempre se cumplen. Otra es que el pecado acarrea la disciplina de Dios, y nadie está exento. Además, Dios no siempre explica los misterios de Su Palabra. Pero tenemos esta verdad: "Estimada a los ojos del Señor es la muerte de Sus santos" (Salmo 116:15, NBLA).
English
¿Por qué son tan misteriosas las circunstancias de la muerte de Moisés?