Pregunta
¿Si una persona quiere ser bautizada, pero no puede ser sumergida en el agua debido a que está enferma, discapacitada, anciana...etc. — ¿qué se debe hacer?
Respuesta
Quizás la mejor manera de afrontar esta pregunta es empezar con el propio bautismo, lo que es y lo que no es. El bautismo cristiano, según la Biblia, es el testimonio externo de lo que ha ocurrido internamente en la vida de un creyente. Es una ilustración de la identificación del creyente con la muerte, sepultura y resurrección de Jesucristo. Romanos 6:3-4 describe este hecho como nuestro antiguo yo pecador que ha sido enterrado con Cristo y nuestro nuevo yo creado que ha sido resucitado para caminar con Él en una nueva vida.
El bautismo no es un requisito para la salvación, ni tampoco tiene ningún poder para salvar. Más bien, es un símbolo de la salvación que ya ha ocurrido. Somos bautizados para mostrar a los demás esa realidad, y por eso muchos bautismos incluyen un testimonio oral de la persona que se bautiza. El testimonio es la parte más importante de la ceremonia, y no la ceremonia en sí misma.
Aunque la Biblia es clara al decir que la inmersión es la forma apropiada de bautismo, en ninguna parte dice qué hacer en una situación en la que una persona necesita ser bautizada pero no se puede sumergir en el agua. Algunos proponen el bautismo por aspersión o vertiendo agua. Si bien estas dos formas no se ajustan a lo que significa el bautismo, es decir, la muerte, la sepultura y la resurrección de Jesucristo, es evidente que hay algunas situaciones en las que la inmersión total es imposible. Una persona que no se pueda bautizar por inmersión debe presentarse ante un grupo de creyentes y declarar públicamente su fe sólo en Jesucristo para la salvación, su compromiso con Él y su identificación con Él. Eso cumpliría con el significado del bautismo.
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¿Si una persona quiere ser bautizada, pero no puede ser sumergida en el agua debido a que está enferma, discapacitada, anciana...etc. — ¿qué se debe hacer?
