Pregunta
¿Cuál es el significado de las parábolas del tesoro escondido y la perla de gran precio?
Respuesta
Jesús acababa de explicar a los discípulos el significado de la parábola del trigo y la cizaña, y estas dos parábolas cortas son una continuación de Su discusión acerca del "reino de los cielos". Él expresó verdades acerca del reino en tres pares de parábolas en Mateo 13: la semilla y el sembrador (vv. 3-23) y la cizaña en el campo (vv. 24-30); la semilla de mostaza (vv. 31-32) y la levadura (v. 33); y el tesoro escondido (v. 44) y la perla de gran precio (vv. 45-46).
Las similitudes de estas dos parábolas cortas dejan claro que enseñan la misma lección: el reino de los cielos es de valor inestimable. Ambas parábolas involucran a un hombre que vendió todo lo que tenía para poseer el reino. El tesoro y la perla representan a Jesucristo y la salvación que Él ofrece. Y aunque no podemos pagar por la salvación vendiendo todos nuestros bienes terrenales, una vez que hemos encontrado el premio, estamos dispuestos a renunciar a todo para poseerlo. Pero lo que se obtiene a cambio es tan valioso que es comparable a cambiar una onza de basura por una tonelada de diamantes (Filipenses 3:7-9).
En ambas parábolas, los tesoros están escondidos, lo que indica que muchos pasan por alto la verdad espiritual y que no se puede encontrar a través de la inteligencia, el poder o la sabiduría de este mundo. Mateo 13:11-17 y 1 Corintios 2:7-8, 14 dejan claro que los misterios del reino están ocultos para algunos que son incapaces de oír, ver y comprender estas verdades. Los desobedientes cosechan las consecuencias naturales de su incredulidad: la ceguera espiritual. Aquellos cuyos ojos son abiertos por el Espíritu, sí disciernen la verdad espiritual y ellos, como los hombres en la parábola, entienden su gran valor.
Notemos que el comerciante dejó de buscar perlas cuando encontró la perla de gran precio. La vida eterna, la herencia incorruptible y el amor de Dios a través de Cristo constituyen la perla que, una vez encontrada, hace innecesaria la búsqueda. Cristo satisface nuestras mayores necesidades, satisface nuestros anhelos, nos hace completos y limpios ante Dios, calma y tranquiliza nuestros corazones y nos da esperanza para el futuro. El "gran precio", por supuesto, es el que pagó Cristo por nuestra redención. Él se despojó a sí mismo de Su gloria, vino a la tierra en forma de un hombre humilde y derramó Su preciosa sangre en la cruz para pagar el castigo por nuestros pecados.
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¿Cuál es el significado de las parábolas del tesoro escondido y la perla de gran precio?