Pregunta
¿Qué quiso decir Jesús cuando dijo "Si ustedes permanecen en Mi palabra" en Juan 8:31?
Respuesta
En Juan 8:31, Jesús identifica la marca de los discípulos auténticos: "Si ustedes permanecen en Mi palabra, verdaderamente son Mis discípulos" (NBLA). Esto sugiere que todo el que se llama a sí mismo discípulo no lo es de verdad. Un verdadero discípulo es alguien que permanece en la palabra de Jesús.
En Juan 8:31 (NBLA), Jesús dirige Sus palabras a un grupo de judíos "que habían creído en Él". Sin embargo, les desafía con la afirmación: "Si ustedes permanecen en Mi palabra, verdaderamente son Mis discípulos", e inmediatamente después dice: "y conocerán la verdad, y la verdad los hará libres" (versículo 32, NBLA). Los judíos a los que se dirigió "creían" en Él a cierto nivel: habían hecho profesión de fe. Jesús les anima y les advierte que no se comprometan superficialmente. Un momento impulsivo no conducirá a un verdadero discipulado. Una obediencia constante y dedicada a los mandamientos de Jesús será la prueba del discipulado. Un árbol se conoce por sus frutos (ver Mateo 12:33).
La palabra permanecer (del griego menō) aparece con frecuencia en el Evangelio de Juan. "Permanecer" en la palabra de Jesús es tener el tipo de fe que persevera y se aferra a Sus enseñanzas. Un discípulo auténtico permanecerá en la Palabra, meditará en ella día y noche (Josué 1:8), la obedecerá (Juan 15:14) y la compartirá con los demás (Mateo 28:18-20). El discipulado, pues, es algo más que el asentimiento intelectual a las enseñanzas de Jesús. Implica continuidad.
La noche de Su arresto, Jesús se comparó a Sí mismo con la Vid Verdadera y a Sus seguidores con los sarmientos unidos a la vid. En ese contexto, dijo: "Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho" (Juan 15:7). Antes, Jesús había hablado de los que no permanecían en la Palabra de Dios. A los fariseos que deseaban matarle, Jesús les dijo: "el Padre que me envió ha dado testimonio de mí. Nunca habéis oído su voz, ni habéis visto su aspecto, ni tenéis su palabra morando en vosotros; porque a quien él envió, vosotros no creéis" (Juan 5:37-38).
En Juan 8:31, el llamado a "permanecer en mi palabra" se refiere a la totalidad de Sus enseñanzas. Los discípulos deben interiorizar la palabra, permitiendo que arraigue en sus corazones: "Por lo cual, desechando toda inmundicia y abundancia de malicia, recibid con mansedumbre la palabra implantada, la cual puede salvar vuestras almas" (Santiago 1:21).
Los escritores de los Evangelios subrayan repetidamente la conexión entre discipulado y obediencia. En Juan 14,23, por ejemplo, Jesús dice: "El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él". Así pues, la obediencia total es la consecuencia natural del amor y la fe auténticos.
Cuando permanecemos en la palabra de Jesús, el Espíritu Santo remodela nuestro carácter, nuestros valores y nuestras prioridades: "Y no se adapten a este mundo, sino transfórmense mediante la renovación de su mente, para que verifiquen cuál es la voluntad de Dios: lo que es bueno y aceptable y perfecto" (Romanos 12:2, NBLA).
No hay nada temporal en el verdadero discipulado. Los que permanecen en la palabra de Jesús perseverarán hasta el final, y encontrarán la libertad espiritual (Juan 8:32). Los verdaderos discípulos darán el fruto del Espíritu: amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza (Gálatas 5:22-23).
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¿Qué quiso decir Jesús cuando dijo "Si ustedes permanecen en Mi palabra" en Juan 8:31?