Pregunta
¿Qué significa "¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde?" (Romanos 6:1)?
Respuesta
En Romanos 6:1, el apóstol Pablo hace a los creyentes una pregunta retórica, "¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde?". Esta pregunta refleja una crítica común a la enseñanza de Pablo, tanto en su época como en la nuestro. Los críticos argumentan que predicar sobre la gracia ilimitada podría proporcionar involuntariamente una licencia para pecar.
Sin embargo, Pablo argumenta que aquellos que han muerto al pecado no pueden seguir en él: "En ninguna manera. Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él?" (Romanos 6:2). Esto no significa que los creyentes estén libres de pecado. Más bien, significa que el pecado ya no nos domina: "Pero gracias a Dios, que aunque erais esclavos del pecado, habéis obedecido de corazón a aquella forma de doctrina a la cual fuisteis entregados; y libertados del pecado, vinisteis a ser siervos de la justicia" (versículos 17-18).
En los versículos 3-4 de Romanos 6, Pablo recuerda a los creyentes que han sido bautizados en Cristo: "¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte? Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva". Por medio de la obra del Espíritu Santo, hemos sido unidos a Cristo. Ahora, podemos caminar en una vida nueva.
La razón por la que podemos andar en una vida nueva es que "nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado. Porque el que ha muerto, ha sido justificado del pecado" (Romanos 6:6-7). La muerte del viejo hombre no es una metáfora ni una forma de hablar; sino una realidad espiritual que cambia nuestra forma de vivir.
Liberarse del poder del pecado no es un fin, sino un medio para vivir rectamente. Por esta razón, Pablo escribe, "No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo que lo obedezcáis en sus concupiscencias; ni tampoco presentéis vuestros miembros al pecado como instrumentos de iniquidad, sino presentaos vosotros mismos a Dios como vivos de entre los muertos, y vuestros miembros a Dios como instrumentos de justicia. Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia" (Romanos 6:12–14). La respuesta adecuada a la gracia de Dios es comprometernos con la justicia en lugar del pecado.
Romanos 6 se opone rotundamente a la idea de que la gracia sea una licencia para pecar. En lugar de seguir pecando, debemos rendirnos al poder del Espíritu Santo: "Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu" (Gálatas 5:25).
Las implicaciones prácticas de Romanos 6 son muchas. Primero, debemos entender quiénes somos en Cristo: "De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas" (2 Corintios 5:17). Esta nueva identidad debe reflejarse en nuestros pensamientos, palabras y acciones.
En segundo lugar, vivir bajo la gracia no sugiere antinomianismo (el rechazo de las leyes o normas morales). Al contrario, la gracia permite y capacita a los creyentes para cumplir el requerimiento justo de la ley (Romanos 8:4). En otras palabras, la gracia que salva es también la gracia que santifica.
Por último, la vida cristiana está marcada por una lucha continua contra el pecado. En Romanos 7, Pablo reconoce esta lucha, pero señala la victoria disponible en Cristo. La "victoria" no consiste en pecar para que abunde la gracia, sino en vencer al pecado por el poder del Espíritu Santo.
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¿Qué significa "¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde?" (Romanos 6:1)?