Pregunta
¿Qué significa que todo el que crea en él no será avergonzado (Romanos 9:33)?
Respuesta
Romanos 9:33 dice: "He aquí pongo en Sion piedra de tropiezo y roca de caída; y el que creyere en él, no será avergonzado". En este pasaje, el apóstol Pablo comienza expresando su angustia por los judíos que rechazan a Cristo. En los versículos 30-33, nos muestra por qué. En lugar de aceptar la justicia de Dios por la fe, intentan ganarse la justicia mediante sus propias obras, lo que les hace trastabillar con la piedra de tropiezo, que es Cristo (versículo 33).
Por el contrario, Pablo declara que los que creen en Cristo no serán avergonzados. La afirmación se presenta como un hecho y se puede considerar una promesa. Significa que los que confían en Cristo para la vida eterna y son declarados justos por la fe nunca experimentarán decepción o desgracia al final. No se avergonzarán. Esta seguridad en Cristo nos motiva a permanecer en Él, a diferencia de buscar una justicia basada en las obras, en la que nuestra confianza depende de nuestras propias capacidades.
Las Escrituras nos dan la certeza de que quien crea en Jesús no será avergonzado, y apuntan al monumental acontecimiento de la resurrección. En otra de sus cartas, Pablo argumenta que el cristianismo sería falso si nunca se hubiera producido la resurrección de Cristo, y nuestra esperanza sería vana (1 Corintios 15:12-20). Hay muchas pruebas de la resurrección, como la conversión de Pablo, la transformación radical de los discípulos, la disposición de estos a sufrir por lo que decían haber visto y su testimonio ocular creíble.
Nuestra fe en Cristo nunca está fuera de lugar. Los que confían en Él no serán avergonzados, porque Él ha obtenido la victoria sobre la muerte y el sepulcro (Apocalipsis 1:18). Sin embargo, a veces diversos factores pueden hacer tambalear nuestra confianza. Entre ellos están nuestros propios pecados e incluso nuestra falta de crecimiento espiritual. Es fácil perder la seguridad en la salvación tras un gran fracaso, y a veces cometemos el error de los judíos incrédulos de Romanos 9, depositando la esperanza en nuestras buenas obras y no en la obra perfecta de Cristo.
A los cristianos de todas las etapas de desarrollo espiritual hay que recordarles que nuestra esperanza está firmemente anclada en Cristo:
Sólo en Cristo se encuentra mi esperanza,
Él es mi luz, mi fuerza, mi canción;
Esta Piedra Angular, esta sólida Tierra,
Firme a través de la más feroz sequía y tormenta.
Qué alturas de amor, qué profundidades de paz,
¡Cuando se calman los temores, cuando cesan los esfuerzos!
Mi Consolador, mi Todo en Todo,
Aquí, en el amor de Cristo, estoy.
(Townend, S., y Getty, K. Thankyou Music, adm. por CapitolCMGPublishing.com, 2001).
Nuestra respuesta al hecho de tener un fundamento seguro en Cristo debería ser de agradecimiento. Saber que no seremos avergonzados nos motiva a vivir para Dios cada día y en cualquier circunstancia. Esta seguridad no nos da licencia para pecar, sino que nos capacita para obedecer libremente a Dios sin temor a la condenación de la ley.
Esta seguridad también debería motivarnos para evangelizar a los perdidos. Cristo no es sólo nuestra esperanza; también es la esperanza de los demás. Es nuestra responsabilidad llevar a los demás a Cristo con nuestras palabras y acciones. Oramos para que no tropiecen con la Piedra de Tropiezo, sino que descubran la esperanza verdadera y vivificante.
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¿Qué significa que todo el que crea en él no será avergonzado (Romanos 9:33)?
