Donar
settings icon
share icon
Pregunta

¿Cómo podemos "refugiarnos bajo sus alas" (Salmo 91:4)?

Respuesta


El concepto de acoger a una persona "bajo las alas" nos resulta familiar hoy en día. Cuando un individuo se encuentra solo, en una nueva posición o necesita una orientación especial, otra persona más experimentada puede ofrecerse a tomarlo "bajo sus alas" para cuidarlo, enseñarle y guiarlo. En las Escrituras, bajo sus alas es una metáfora del refugio protector de la presencia de Dios. La imagen alude a un ave madre que toma bajo sus alas a sus vulnerables crías para nutrirlas, entrenarlas, cobijarlas, guiarlas y protegerlas.

Jesús aplicó la frase a Su preocupación por Israel: "¡Jerusalén, Jerusalén, la que mata a los profetas y apedrea a los que son enviados a ella! ¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina junta sus pollitos debajo de sus alas, y no quisiste!". (Mateo 23:37, NBLA; ver también Lucas 13:34).

Booz reconoció que Rut, extranjera moabita, había buscado refugio bajo las alas del Dios de Israel (Rut 2:10-12). "Los hombres se amparan bajo la sombra de tus alas", dice el Salmo 36:7. El salmista busca refugio y amparo "bajo Sus alas" (Salmo 57:1; 61:4, NBLA) e incluso canta de alegría "a la sombra de Tus alas" (Salmo 63:7, NBLA).

Pero hay una aplicación más rica y completa de bajo Sus alas que surge en el Salmo 91. En el primer versículo se establece la misma idea de Dios como refugio protector: "El que habita al amparo del Altísimo morará a la sombra del Omnipotente" (Salmo 91:1, NBLA). En la presencia de Dios hay seguridad, guía, protección y cuidado.

Algunas versiones bíblicas sustituyen "el amparo del Altísimo" por "el lugar secreto del Altísimo". En el Antiguo Testamento, el pueblo judío asociaba la presencia de Dios con un lugar específico: el Lugar Santísimo. Dentro del tabernáculo del desierto y, más tarde, en el templo, había una cámara secreta e íntima en la que sólo el sumo sacerdote podía entrar una vez al año para hacer expiación por los pecados del pueblo (Éxodo 28; Hebreos 9:7). Este lugar sagrado de culto contenía el arca del pacto cubierta por el propiciatorio, donde Dios estaba entronizado, y Su santa presencia habitaba entre Su pueblo (Éxodo 25:22; Números 7:89).

Sobre el propiciatorio se sentaban dos querubines, o ángeles, de oro martillado, con sus alas cubriendo el arca: "Los querubines estarán frente a frente, mirando hacia la tapa de la expiación; con las alas extendidas por encima de la tapa para protegerla" (Éxodo 25:20, NTV).

El que "habita en el lugar secreto del Altísimo" y "mora a la sombra del Omnipotente" es aquel cuyos pecados han sido expiados y permanece limpio y perdonado. Sólo entonces se puede decir del Señor: "Refugio mío y fortaleza mía, mi Dios, en quien confío" (Salmo 91:2, NBLA). El salmista prosigue "Porque Él te libra del lazo del cazador y de la pestilencia mortal. Con Sus plumas te cubre, y bajo Sus alas hallas refugio; escudo y baluarte es Su fidelidad" (Sal 91:3-4, NBLA).

Los que están protegidos por la salvación del Señor mediante la fe en Jesucristo morarán para siempre en la presencia de Dios. Escaparán de la muerte y de la trampa del diablo (Hebreos 2:14; 2 Timoteo 2:24). Ahora pueden entrar en el lugar secreto, el lugar santísimo (Hebreos 10:19-22). Pueden acercarse con confianza al trono de la gracia de Dios (Hebreos 4:16) en cualquier momento, no sólo una vez al año, gracias a la muerte de Jesucristo en la cruz y a Su sangre derramada, que abrió un camino nuevo y vivo.

Desde los días del peregrinaje por el desierto, el pueblo de Dios se ha refugiado bajo Sus alas: "Él lo encontró en un desierto, en un páramo vacío y ventoso. Lo rodeó y lo cuidó; lo protegió como a sus propios ojos. Como un águila que aviva a sus polluelos y revolotea sobre sus crías, así desplegó sus alas para tomarlo y alzarlo y llevarlo a salvo sobre sus plumas. El Señor, él solo, lo guio" (Deuteronomio 32:10-12, NTV). Siempre que los hijos de Israel necesitaban ayuda, oraban: "Escóndeme a la sombra de Tus alas" (Salmo 17:8). Y ahora, gracias al sacrificio redentor de Jesucristo, podemos morar para siempre bajo Sus alas, en el refugio protegido de Su presencia.

English



Retornar a la página inicial de Español

¿Cómo podemos "refugiarnos bajo sus alas" (Salmo 91:4)?
Suscríbete a la

Pregunta de la Semana

Comparte esta página: Facebook icon Twitter icon Pinterest icon YouTube icon Email icon
© Copyright Got Questions Ministries