Pregunta
¿Qué es "la sangre del pacto" en Hebreos 10:29?
Respuesta
El autor del libro de Hebreos detalló minuciosamente la superioridad del Nuevo Pacto sobre el Antiguo. En Hebreos 10:29, se subraya la consecuencia superior de despreciar el Nuevo Pacto: "¿Cuánto mayor castigo pensáis que merecerá el que pisoteare al Hijo de Dios, y tuviere por inmunda la sangre del pacto en la cual fue santificado, e hiciere afrenta al Espíritu de gracia?". Este versículo se basa en el anterior, recordando a los cristianos el juicio al que se enfrentaron los judíos por rebelarse intencionadamente contra la Ley de Moisés. Si el Nuevo Pacto es mayor que el Antiguo, entonces los que "pisotean al Hijo de Dios" y "tienen por inmunda la sangre del pacto" se enfrentarán a un juicio mayor. Aquí, "la sangre del pacto" se refiere a la sangre de Jesús derramada en la cruz. Trivializar ese sacrificio se considera equivalente a insultar al Espíritu Santo y rechazar al Hijo.
La frase "sangre del pacto" tiene su origen en un texto del Antiguo Testamento, concretamente en Éxodo 24:7-8: "Luego tomó el libro del pacto y lo leyó a oídos del pueblo, y ellos dijeron: "Todo lo que el Señor ha dicho haremos y obedeceremos". Entonces Moisés tomó la sangre y la roció sobre el pueblo, y dijo: "Esta es la sangre del pacto que el Señor ha hecho con ustedes, según todas estas palabras"" (NBLA).
En el Antiguo Testamento, la sangre del pacto procedía de animales, simbolizando el elemento sacrificial del Antiguo Pacto. Servía como prefiguración del Nuevo Pacto, como se explica en Hebreos 9:18-22:
De donde ni aun el primer pacto fue instituido sin sangre. Porque habiendo anunciado Moisés todos los mandamientos de la ley a todo el pueblo, tomó la sangre de los becerros y de los machos cabríos, con agua, lana escarlata e hisopo, y roció el mismo libro y también a todo el pueblo, diciendo: Esta es la sangre del pacto que Dios os ha mandado. Y además de esto, roció también con la sangre el tabernáculo y todos los vasos del ministerio. Y casi todo es purificado, según la ley, con sangre; y sin derramamiento de sangre no se hace remisión.
Ciertamente, la sangre de Cristo, que ratificó el Nuevo Pacto, supera a la sangre animal del Antiguo Pacto. La sangre animal no puede lavar el pecado (Hebreos 10:1-4), sino que solo es valiosa para la pureza ritual. El pecado, tanto de los santos del Antiguo Testamento como de los creyentes del Nuevo Testamento, se expía mediante la sangre de Cristo. Para los cristianos judíos perseguidos, tentados de volver al sistema del Antiguo Testamento, la epístola de Hebreos sirve como apología del Nuevo Pacto, sellado por la preciosa sangre de Cristo.
¿Cómo se puede tratar esta sangre del pacto como "inmunda"? Rechazar el Evangelio significa despreciar a Cristo y Su sacrificio. La advertencia especial de Hebreos 10:29 se dirige a individuos judíos que oyeron y comprendieron el evangelio e incluso pueden haber hecho profesión de fe, pero que estaban a punto de alejarse de Cristo. Estaban tentados de abandonar a Cristo y volver al Antiguo Pacto. Hacerlo sería insultar al Espíritu de gracia y tratar la sangre del pacto como algo común (versículo 29). A esos posibles apóstatas se les advierte que, si rechazan el sacrificio de Cristo, "no queda más sacrificio por los pecados" (versículo 26).
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¿Qué es "la sangre del pacto" en Hebreos 10:29?
