Pregunta
¿Qué significa descuidar una salvación tan grande (Hebreos 2:3)?
Respuesta
En Hebreos 2:1-4, el autor se incluye a sí mismo para advertir a todos los creyentes que no ignoren la salvación que ofrece Jesucristo. Afirma: "Así que debemos prestar mucha atención a las verdades que hemos oído, no sea que nos desviemos de ellas" (versículo 1, NTV). En el Antiguo Testamento, los que desobedecían la ley de Dios eran castigados; del mismo modo, no podemos esperar escapar al castigo "si descuidamos una salvación tan grande" (versículo 3, NBLA).
Descuidar una salvación tan grande es una frase que recuerda la experiencia de Israel. El autor de Hebreos recuerda el peregrinaje de los israelitas por el desierto (ver Hebreos 3:7-4:11) y cómo el pueblo ignoró la gran salvación de Dios. Como resultado, vivieron en cautividad durante años. El verbo griego (amelēsantes), traducido como "si descuidamos" en Hebreos 2:3, procede de una palabra que significa "descuidar, desatender, no prestar atención".
Jesús utilizó la misma palabra en la parábola del banquete de bodas (Mateo 22:1-14). Los invitados convocados al banquete de bodas representan a las personas invitadas a entrar en el reino de los cielos. En la parábola, estos invitados "no hicieron caso" y fueron a ocuparse de sus negocios y granjas (versículo 5). Todos ellos ignoraron o descuidaron una salvación tan grande.
Descuidar la salvación no es lo mismo que rechazarla. El autor de Hebreos no está hablando a los pecadores invitándoles a salvarse. Está hablando a los cristianos, instándoles a que presten mucha atención a la gran salvación que han recibido del Señor. Quiere que sus hermanos y hermanas en Cristo comprendan que descuidar la propia salvación tiene consecuencias terribles. Al parecer, algunos oyentes habían oído y respondido a la verdad del Evangelio, pero ahora corrían el riesgo de alejarse. El escritor lanza una llamada de atención. Dios no se queda de brazos cruzados y deja que Su pueblo se desvíe hacia la rebelión. Emite advertencias y, cuando es necesario, disciplina a Sus amados hijos (ver Proverbios 3:11-12; Hebreos 12:5-7; Santiago 1:12).
Descuidar una salvación tan grande es "volverse espiritualmente torpe e indiferente" (Hebreos 6:12, NTV). Esto ocurre cuando nos sentimos demasiado cómodos y satisfechos de nosotros mismos. Nos volvemos descuidados y complacientes. La Biblia advierte repetidamente contra esa complacencia (Proverbios 1:32; 1 Corintios 10:12; 2 Corintios 13:5; Hebreos 12:25).
Warren Wiersbe escribe en The Bible Exposition Commentary: "Hay más problemas espirituales causados por la negligencia que quizá por cualquier otro error por nuestra parte. Descuidamos la Palabra de Dios, la oración, la adoración con el pueblo de Dios (ver Hebreos 10:25) y otras oportunidades de crecimiento espiritual, y como resultado, empezamos a ir a la deriva. El ancla no se mueve; nosotros sí" (vol. 2, Victor Books, 1996, p. 282).
Nuestra esperanza de salvación está en Jesucristo, el Hijo de Dios. Él es una "segura y firme ancla del alma" (Hebreos 6:18-20). En lugar de ir a la deriva, debemos agarrarnos a nuestra ancla y "quitémonos todo peso que nos impida correr, especialmente el pecado que tan fácilmente nos hace tropezar. Y corramos con perseverancia la carrera que Dios nos ha puesto por delante. Esto lo hacemos al fijar la mirada en Jesús, el campeón que inicia y perfecciona nuestra fe" (Hebreos 12:1-2, NTV). Jesús soportó la cruz, la vergüenza pública y la hostilidad de la gente pecadora, pero no se cansó ni se rindió (ver Hebreos 12:1-3). Dios quiere que nos centremos en Jesucristo y en Su salvación, y que sigamos Su ejemplo para que tampoco nosotros nos cansemos ni nos rindamos.
En lugar de descuidar una salvación tan grande, perseveramos en poner en práctica nuestra salvación, "obedeciendo a Dios con profunda reverencia y temor" (Filipenses 2:12, NTV). Seguimos activamente un estilo de vida de obediencia a Dios y a Su Palabra (1 Pedro 1:14-16). Nos sometemos a la obra del Espíritu Santo. Como el apóstol Pablo, no nos dejamos llevar por la deriva, sino que reconocemos esta verdad: "no lo he logrado, pero me concentro únicamente en esto: olvido el pasado y fijo la mirada en lo que tengo por delante, y así avanzo hasta llegar al final de la carrera para recibir el premio celestial al cual Dios nos llama por medio de Cristo Jesús" (Filipenses 3:13-14, NTV).
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¿Qué significa descuidar una salvación tan grande (Hebreos 2:3)?
