Pregunta
¿Quién era Cloé en la Biblia?
Respuesta
Se sabe poco acerca de Cloe en la Biblia. Solo un versículo menciona su nombre — 1 Corintios 1:11, que dice, "Porque he sido informado acerca de vosotros, hermanos míos, por los de Cloé, que hay entre vosotros contiendas". Lo que sabemos a partir de este versículo es que Cloé era una mujer cristiana que vivía en Corinto y era conocida del apóstol Pablo. Como Pablo se refiere a ella simplemente por su primer nombre, Cloé, es probable que fuera muy conocida entre los creyentes de aquella zona, posiblemente dueña de su propia casa.
Pablo se refiere a las disputas en la iglesia de Corinto, y fue "la gente de Cloé" la que informó de ellas al apóstol. Estos informes no eran chismes inútiles, sino que pretendían obtener la ayuda de Pablo para resolver un problema dentro de la iglesia. En los versículos siguientes, se revela el origen de la disputa: la gente estaba dividida sobre a quién debían seguir para el liderazgo espiritual. Algunos decían "yo sigo a Pablo", otros decían "yo sigo a Pedro (o Cefas)", y otros decían "yo sigo a Apolos" o "yo sigo a Cristo". Por tanto, los cristianos de Corinto se estaban segmentando innecesariamente. Pablo responde recordándoles que Cristo no está dividido y que el de Jesús es el nombre bajo el cual todos los creyentes son salvos y bautizados (1 Corintios 1:12-16). Termina diciendo que Cristo lo había designado a él, Pablo, para predicar el Evangelio, pero "no con sabiduría de palabras, para que no se haga vana la cruz de Cristo" (versículo 17).
Como respuesta a las preocupaciones de la familia de Cloé, Pablo recuerda que Cristo es quien salva y que el poder del Evangelio lo tiene Él (Romanos 1:16). Pablo, Pedro y Apolos predicaban el mensaje de Cristo. Los creyentes siempre deben seguir a Cristo como Pastor, en lugar de dejarse llevar por los hombres, cuyas "palabras elocuentes" a menudo crean competencia entre sí. No debería haber disputas ni discusiones sobre quién bautizó a quién o qué predicador está más dotado. La elocuencia o sabiduría de un hombre no es el punto del evangelio: la obra de Cristo en la cruz es lo que nos salva y redime. Es el nombre de Cristo en el que somos bautizados, y es Cristo quien es "poder de Dios, y sabiduría de Dios. Porque lo insensato de Dios es más sabio que los hombres, y lo débil de Dios es más fuerte que los hombres" (1 Corintios 1:24-25).
Cloé y los de su casa eran lo suficientemente perspicaces como para percibir que se estaban produciendo divisiones. Era necesario abordar el problema de la tendencia de la iglesia de Corinto a colocar a los hombres por encima de Dios, por lo que escribieron a Pablo pidiéndole ayuda. Al buscar la ayuda de la autoridad competente de la iglesia (en su caso, un apóstol), Cloé y los de su casa actuaron como pacificadores (ver Mateo 5:9).
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