Pregunta
¿Cuál es la historia de David y Betsabé?
Respuesta
La historia de David y Betsabé es uno de los relatos más dramáticos del Antiguo Testamento. Una noche, en Jerusalén, el rey David paseaba por su azotea cuando vio a una hermosa mujer que se bañaba cerca (2 Samuel 11:2). David preguntó a sus criados por ella y le dijeron que era Betsabé, la esposa de Urías el hitita, uno de los hombres poderosos de David (2 Samuel 23:39). A pesar de su estado civil, David hizo venir a Betsabé al palacio, y se acostaron juntos.
Más tarde, Betsabé se dio cuenta de que estaba embarazada (2 Samuel 11:5), e informó a David. La reacción del rey fue intentar ocultar su pecado. David ordenó a Urías que le informara de lo sucedido en el campo de batalla. El marido de Betsabé acudió obedientemente al llamado de David, y este lo envió a casa, con la esperanza de que Urías se acostara con Betsabé y encubriera así el embarazo. En lugar de obedecer las órdenes de David, Urías durmió en los aposentos de los sirvientes de palacio, negándose a disfrutar de un respiro con Betsabé mientras sus hombres en el campo de batalla seguían en peligro (2 Samuel 11:9-11). Urías hizo lo mismo también la noche siguiente, mostrando integridad que contrastaba con la falta de la misma por parte de David.
Se hizo evidente que el adulterio de David y Betsabé no podía encubrirse así. David puso en marcha un segundo plan, más siniestro: ordenó a su jefe militar, Joab, que colocara a Urías en primera línea de batalla y luego se apartara de él a propósito, dejando a Urías expuesto al ataque enemigo. Joab siguió la orden y Urías murió en la batalla. Tras su tiempo de luto, Betsabé se casó con David y tuvo un hijo. "Pero", dice 2 Samuel 11:27 (NBLA), "lo que David había hecho fue malo a los ojos del Señor".
Cuando nació el hijo de David y Betsabé, el Señor envió al profeta Natán para que se enfrentara a David. Natán utilizó una parábola: un hombre rico tomó la única oveja de un pobre y la mató, aunque tenía muchos rebaños propios. David, que había sido pastor, se enfadó tanto por esta historia, que creía cierta, que respondió: "Vive el Señor, que ciertamente el hombre que hizo esto merece morir; y debe pagar cuatro veces por la cordera, porque hizo esto y no tuvo compasión" (2 Samuel 12:5-6, NBLA).
Entonces Natán señaló a David y pronunció las escalofriantes palabras: "Tú eres aquel hombre". (2 Samuel 12:7, NBLA). David era el culpable de este pecado, y el juicio caería sobre su casa en forma de violencia continua. David se arrepintió (ver el Salmo 51), y Natán le dijo: "El Señor ha quitado tu pecado; no morirás. Sin embargo, por cuanto con este hecho has dado ocasión de blasfemar a los enemigos del Señor, ciertamente morirá el niño que te ha nacido" (2 Samuel 12:13-14, NBLA). El niño murió una semana después, y la familia de David sufrió más penurias en años posteriores. En total, cuatro de los hijos de David sufrieron muertes prematuras, el "cuádruple" juicio que David había pronunciado sobre sí mismo.
En el relato de David y Betsabé encontramos muchas lecciones. En primer lugar, el pecado secreto será descubierto. Segundo, Dios perdonará a quien se arrepienta. Tercero, las consecuencias del pecado permanecen incluso cuando el pecado es perdonado. Cuarto, Dios puede obrar incluso en situaciones difíciles. De hecho, el hijo de David y Betsabé, Salomón, se convirtió en el heredero del trono. Hasta en las situaciones malas, Dios tiene un plan que está al servicio de Su propósito soberano.
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¿Cuál es la historia de David y Betsabé?