Pregunta
¿Se repiten los Diez Mandamientos en el Nuevo Testamento?
Respuesta
Nueve de los Diez Mandamientos encontrados en Éxodo 20:1–17 se repiten en el Nuevo Testamento muchas veces de diferentes maneras. Por ejemplo, al dar un resumen de nuestras responsabilidades morales uns con otros, Jesús repite cuatro de los Diez Mandamientos al joven gobernante en Marcos 10:17–19. El único mandamiento no repetido en el Nuevo Testamento es el cuarto, el del descanso en el día del sábado.
Pablo hace referencia al Decálogo varias veces en sus epístolas. En ocasiones, es explícito al recitar algunos de los mandamientos, como lo hace en Romanos 13:9. Otras veces, los hace referencia implícitamente, como en 1 Timoteo 1:8–10: "Pero sabemos que la ley es buena, si uno hace uso de ella legítimamente, reconociendo esto: que la ley no ha sido instituida para el justo, sino para los transgresores y desobedientes, para los impíos y pecadores, para los irreverentes y profanos, para los parricidas y matricidas, para los homicidas [6º mandamiento], para los fornicarios, para los sodomitas [7º mandamiento], para los secuestradores [mandamiento 8], para los mentirosos y perjuros [9º mandamiento], y para cuanto se oponga a la sana doctrina" (RV60).
Aquí están los Diez Mandamientos y dónde se encuentran en el Nuevo Testamento:
1) No adorarás a otros dioses (1 Corintios 8:6; 1 Timoteo 2:5)
2) No harás ídolos (1 Juan 5:21)
3) No tomarás el nombre del SEÑOR en vano (1 Timoteo 6:1)
4) Acuérdate del día de reposo para santificarlo. (Hay muchas referencias al día de reposo en el Nuevo Testamento, incluida la asunción de que los judíos bajo la ley en tiempos de Cristo estarían observando el sábado. Pero no hay un mandamiento directo o indirecto para que los creyentes en la era de la iglesia observen el sábado como un día de descanso o de adoración. De hecho, Colosenses 2:16 libera al creyente de la regla del sábado. Jesús, el Señor del Sábado, se ha convertido para nosotros en nuestro descanso sabático, según Hebreos 4:1–11.)
5) Honra a tu padre y a tu madre (Efesios 6:1–2)
6) No matarás (Romanos 13:9; 1 Pedro 4:15)
7) No cometerás adulterio (1 Corintios 6:9–10)
8) No robarás (Efesios 4:28)
9) No darás falso testimonio (Apocalipsis 21:8)
10) No codiciarás (Colosenses 3:5)
Los Diez Mandamientos ayudan a los incrédulos de cualquier época a reconocer sus imperfecciones. Porque resume el contenido moral de la ley de Dios, el Decálogo puede ser utilizado como un espejo para mostrar a la gente sus pecados. Los mandamientos reflejan el carácter inmutable de Dios, por lo que, como Dios, son eternos, intemporales, universalmente aplicables, e inmutables.
Algunos cristianos creen que los Diez Mandamientos no son vinculantes para los creyentes hoy en día. Por ejemplo, en su libro Irresistible: Reclaiming the New that Jesus Unleashed for the World, Andy Stanley dice: “Los Diez Mandamientos no tienen autoridad sobre ti. Ninguna. Para ser claro: No deberías obedecer los Diez Mandamientos” (p. 136). Dicho pensamiento probablemente no está causado por una mentalidad antinomiana, sino que surge del principio de que los cristianos no están bajo la ley sino bajo la gracia (Romanos 6:14). Si bien es cierto que Cristo cumplió la ley en nuestro nombre (ver Mateo 5:17), el Nuevo Testamento deja claro que los creyentes no deberían violar la ley moral de Dios debido a su posición en la gracia (Romanos 6:15).
Los creyentes del Nuevo Testamento son liberados de la esclavitud del pecado, lo que les permite vivir libremente los Diez Mandamientos, resumidos por Cristo de esta manera: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos depende toda la Ley y los Profetas" (Mateo 22:36–40, RV60).
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