Pregunta
¿Es Dios la primera causa?
Respuesta
La ley de causa y efecto hace evidente que debe haber una "primera causa". Si hubiera una cadena interminable de causalidad que condujera al pasado, nunca habría existido el presente. Tarde o temprano, tiene que haber algo que no tenga causa y que haya causado todo lo demás. Esta realidad es lógicamente ineludible, aunque muchas personas debaten sobre cuál -o quién- es esta primera causa. Algunos se preguntan si Dios es la primera causa. Por otra parte, la idea de una primera causa está literalmente fuera de toda duda. En ese sentido, casi tiene más sentido preguntarse "¿Es Dios la primera causa?".
Combinar la razón con la observación no sólo nos lleva a la idea de que existe una primera causa, sino que también nos da pistas sobre cómo debe ser esta primera causa. Cuando combinamos toda esa información, acabamos con una descripción idéntica a la del Dios de la Biblia. Dios es, de hecho, la "primera causa" de la filosofía; el que mejor se ajusta a todo lo que podemos deducir sobre la primera causa es el Dios judeocristiano.
Lógicamente, la primera causa debe ser eterna. Puesto que ella misma no es "causada", no puede tener un principio. Dios, según la Biblia, se ajusta a esta descripción, como la única cosa existente que no fue "hecha". Juan 1:3 hace una distinción específica entre las cosas que son hechas y las que no son hechas. Dios, tal como es, es la única "cosa" que no fue hecha. Él es eterno, siempre existe (Salmo 90:2).
La primera causa también es necesaria. Hay otros términos utilizados para esta idea, como no eventual o básica. Sin la primera causa, nada más puede existir. Así pues, la primera causa debe existir, y no puede haber realidad donde no exista. Todo lo que no sea la primera causa se dice que es "eventual". Esto significa simplemente que todo lo que comienza -o es causado- debe su origen a otra cosa. La primera causa, en cambio, no depende ni puede depender de otra cosa para existir, puesto que debe existir. Dios, una vez más, coincide con esta descripción, como Aquel que simplemente "es" y debe ser (Éxodo 3:14) y como Aquel que creó -que causó- todas las demás cosas (Génesis 1:1; Hebreos 1:3).
La primera causa también debe ser inmutable, ya que el cambio siempre es provocado por alguna fuerza o acontecimiento exterior. Pero como la primera causa es la "primera", ninguna otra causa puede afectarla. Esto significa que la primera causa no sólo debe ser inmutable, sino también perfecta: es la norma de todas las demás cosas, puesto que todas las demás cosas son causadas por ella y secundarias a ella. Aquí, de nuevo, el Dios de la Biblia coincide con esta descripción: Es inmutable (Malaquías 3:6), perfecto (Isaías 6:3) y la fuente de todo lo que existe (Génesis 2:3).
La observación del universo sugiere detalles adicionales sobre la primera causa. La primera causa debe ser creativa, ya que existe una gran diversidad en el mundo natural (Salmo 147:4; Salmo 19:1). Debe ser extraordinariamente inteligente (Isaías 55:8), ya que el universo posee una estructura y una complejidad asombrosas. Esta primera causa también debe ser increíblemente poderosa (Job 38:1-7) para poder crear y sostener todas estas cosas. Las Escrituras hablan exactamente de este tipo de ser.
Del mismo modo, la existencia de vida inteligente en un universo finamente sintonizado para hacer posible la vida sugiere que la primera causa es personal. Lo mismo ocurre con conceptos "personales" como la moral; la noción misma de que "lo que es" es una cuestión distinta de "lo que debería ser" implica algo más allá del ámbito físico que rige esas propiedades. De nuevo, nos vemos abocados a la idea de una norma única, trascendente y perfecta -nuestra primera causa-, que de nuevo se corresponde mejor con el Dios bíblico (Deuteronomio 32:4).
La lógica y la observación también sugieren que Dios, como ser trino, es fácilmente la mejor explicación de la primera causa. El universo muestra a la vez singularidad y unidad: partes diferentes, pero un sistema único. Para que una propiedad esté presente en el efecto, tiene que haber algún origen para ella en la causa; así, para que el universo muestre tanto diversidad como unidad, tiene sentido que esa causa sea a la vez diversa y unificada, como lo es la Trinidad.
En definitiva, la misma lógica y las mismas observaciones que nos llevan a concluir que existe una "primera causa" apuntan también hacia el Dios de la Biblia. Aunque la terminología puede ser diferente, dependiendo de si uno se acerca a través de la filosofía, la ciencia o la teología, el resultado final es el mismo: Dios, tal como se define según la Biblia, es la primera causa.
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¿Es Dios la primera causa?