Pregunta
¿Es la creencia en Dios un virus?
Respuesta
Entre los científicos de la evolución, hay quienes enseñan la idea de la "psicología evolutiva", un intento de explicar toda la vida a través del principio darwiniano de "supervivencia del más apto". Una de las metáforas más interesantes que ha surgido de este esfuerzo es una analogía de la transferencia de información y la difusión de ideas al código genético. A diferencia de la "naturaleza" del gen heredado, el "meme*", o idea, se adquiere por la crianza, por la exposición a los pensamientos y creencias de los demás. La transferencia de ideas tiene poco que ver con la verdad o la realidad, o con el beneficio, sino con cuán bien las ideas sobreviven en el entorno dado. Las ideas que "se quedan" dependen de cuán fácilmente sean entendidas y aceptadas por el receptor. Los memes también se agrupan, manifestándose como cosmovisiones, inclinaciones politicas, una religión, o la devoción a un deporte en particula.
El "virus de la mente" es un subproducto del concepto de meme utilizado por los psicólogos evolutivos para representar ideas particularmente peligrosas. A diferencia de un meme (o un gen), un virus no es una parte inherente del organismo original. Es un objeto extranjero que invade, utiliza las características innatas del organismo para replicarse y se propaga, causando daño dondequiera que va. Luego infecta a otros mientras continúa infligiendo daño considerable, o incluso la muerte, a su huésped. En las mentes de los ateos más intransigentes y opositores, la creencia en Dios y la participación en cualquier religión es tal virus. Las personas que creen en Dios están "infectadas" y el virus las obliga a propagar la infección a otros. Debido a la maleabilidad de un cerebro en desarrollo, los niños son los más susceptibles a ser influenciados por los memes; es decir, es probable que crean lo que sus padres les dicen. Lo cual, considerando el rechazo ateo de Dios, es considerado abuso infantil. El virus también altera las mentes de los creyentes de tal manera que no pueden pensar claramente sobre la vida. Los ateos, que afirman no tener ideas preconcebidas sobre la naturaleza del universo y confían únicamente en la ciencia, se ven como la única esperanza para la humanidad.
El argumento es interesante y creativo, pero académico, y muy emocional. El lenguaje es amenazante y aterrador, características de los memes "más aptos" [ver: cualquier debate político]. La idea del meme en sí, desarrollada por Richard Dawkins en El Gen Egoísta, es una metáfora, una ilustración útil, pero no una reflexión de la verdad. Afirmar que la religión y la creencia en Dios son "virus", una afirmación desarrollada por Dawkins en su ensayo "Virus de la Mente" y desarrollada en El Virus De Dios de Darrel W. Ray, es manipulación emocional.
¿Por qué el vitriolo? Irónicamente, por razones similares a las que los ateos intransigentes dan para la propagación de la religión. Decir que los creyentes están infectados con un virus metafísico proporciona confort a aquellos que no creen en Dios, especialmente a aquellos que han sido heridos por la religión. "Explica" que los creyentes están enfermos, que sus habilidades normales de pensamiento han sido tomadas por una fuerza malévola. Y proporciona una causa política unificadora, si la religión está diseñada para propagarse fácilmente, debe ser mantenida fuera de las escuelas, la ciencia, y, en la medida de lo posible, todas las interacciones humanas.
Los adherentes religiosos fácilmente concederán algunas de las "pruebas" que los ateos dan de la invalidez de la religión. La creencia en un sistema de fe tiende a desalentar la creencia en otros. Eso no es prueba de que la religión sea inválida, sin embargo. Es una señal de que los creyentes creen en su fe particular. Los sistemas de fe tienden a hacer de la formación de sus hijos una prioridad (Proverbios 22:6), no porque un virus los incite a hacerlo, sino porque los padres están diseñados para compartir su cosmovisión particular con sus hijos. Y los sistemas de fe hacen hincapié en ciertos hábitos diseñados para fomentar la creencia en el individuo. Podría ser la exposición continua a las enseñanzas de esa fe (Salmo 1:2), reunirse de manera consistente (Hebreos 10:25), o comer juntos (Hechos 2:46). Pero estas son prácticas elegidas deliberadamente, no influencias inconscientes de un patógeno invasor. Finalmente, la mayoría de las religiones alientan el evangelismo (Mateo 28:19-20). En su forma más sincera, el evangelismo es impulsado por la creencia de los adherentes de que su fe es verdadera y debería ser compartida. Algunas motivaciones son más maliciosas; algunos líderes religiosos quieren más personas para manipular, abusar y aprovecharse. Pero sea cual sea la razón, el evangelismo no es porque un cúmulo de ideas antropomorfas está luchando por la propagación.
Esas son algunas de las discusiones menores, y no resuelven realmente nada. Los ateos intransigentes tienen otros argumentos estándar que utilizan para intentar ilustrar la idea del virus de Dios. Uno es que la religión fue desarrollada por personas temerosas e ignorantes que simplemente querían consuelo en un mundo peligroso. La Biblia dice que Dios es un consuelo en un mundo peligroso (Salmo 23, 119:76; Isaías 51:12, 61:1-2; Mateo 5:4; 2 Corintios 1:3-4). Muchos científicos evolutivos creen que Dios no existe porque su modelo de la creación del universo demuestra que no tiene que existir. Pero incluso si sus modelos fueran completos y precisos, la prueba de la no necesidad no es prueba de la no existencia, o no habría Starbucks. La Biblia proporciona su propio modelo científico: Dios creó el mundo (Génesis 1). Y, a pesar de su existencia, no necesitaba a los científicos para hacerlo.
Uno de los argumentos más comunes de que la creencia en Dios es un virus mental es también uno de los más cargados emocionalmente: la religión alienta a las personas a hacer cosas malas y el humanismo ateísta alienta a las personas a hacer cosas buenas. La conversación en curso entre creyentes y ateos cubre temas como las Cruzadas vs. Stalin, la medicina vs. los orfanatos, la Yihad vs. la bomba atómica. Pero como "prueba", los ateos tienden a señalar los ejemplos más maliciosos y menos piadosos de incidentes relacionados con la religión. Y Dios es perfectamente claro sobre cómo ve a los líderes religiosos abusivos (Ezequiel 34), las prácticas religiosas oportunistas (2 Pedro 2:2-3), e incluso a aquellos que no tienen suficiente discernimiento para seguirlos (2 Timoteo 4:3).
Pero este argumento debería captar la atención de los creyentes por una razón simple: a veces es cierto. Los líderes religiosos a veces son atrapados en escándalos sexuales, y otros a menudo hacen la vista gorda. Las visiones no bíblicas de Dios y la iglesia se utilizan como justificación para la guerra (Génesis 34). Y a veces, por fatiga, frustración, o malentendido de la gracia de Dios, los creyentes son poco amables o incluso abusivos. La Biblia enseña que si somos perseguidos sin razón, entonces seguimos el ejemplo de Cristo (Juan 15:18). Pero si vivimos de una manera que tergiversa el evangelio, obtenemos lo que merecemos (1 Pedro 2:19-20).
Llamar a la creencia en Dios un "virus" es una metáfora pseudocientífica, alimentada por el odio a Dios y las heridas profundas nacidas del malentendido del evangelio, tanto de los perpetradores como de las víctimas. La religión como virus no es ciencia; es retórica emocional. Para los creyentes, la Biblia explica cuál debería ser nuestra respuesta: saber lo que creemos y por qué (1 Pedro 3:15), ser amables (1 Corintios 13), examinar nuestro comportamiento (2 Corintios 13:5; Santiago 1:22-25), y recordar que el "enemigo" no son las personas enojadas, heridas o rebeldes que pasan sus vidas rechazando a Dios (Efesios 6:12). La batalla es espiritual, y nuestra mayor arma es la oración para que el Espíritu Santo ablande los corazones de aquellos que están endurecidos contra Él (1 Juan 4:4).
*Nota: "Meme" se utiliza como término biológico que indica el compartir rasgos no genéticos, no los diversos fenómenos de internet que tomaron prestado el término.
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