Pregunta
¿Cuál es la historia de Eliseo y la mujer sunamita?
Respuesta
Segunda de Reyes 4, narra la historia de Eliseo y la mujer sunamita. Se describe a la mujer como una mujer casada y rica de la aldea de Sunem. No tenía hijos. Esta mujer obtuvo el permiso de su marido para preparar una habitación de invitados para Eliseo, reconociendo a este como verdadero profeta y santo hombre de Dios. Eliseo pasaba muchas veces por ese lugar durante sus viajes, y se hospedaba en la habitación de invitados. Hoy en día, muchas iglesias tienen un "hospedaje ministerial" para que los evangelistas viajeros y otros siervos de Dios se alojen gratuitamente.
Eliseo preguntó a su criado, Giezi, cómo podía ayudar a la mujer en agradecimiento por su hospitalidad. Giezi le dijo que no tenía hijo y que su marido era viejo. Eliseo entonces llamó a la mujer y le dijo que tendría un hijo el año siguiente por esas fechas.
La profecía se cumplió y la mujer tuvo un hijo, pero la historia no había terminado. Varios años después, el niño se enfermó y murió aquel mismo día en el regazo de su madre. Ella salió inmediatamente en busca de Eliseo y le pidió que fuera a sanar a su hijo. Eliseo regresó con la mujer a Sunem.
Segunda de Reyes 4:32-35 describe lo que sucedió a continuación: "Cuando Eliseo entró en la casa, el niño ya estaba muerto, tendido sobre su cama. Y entrando, cerró la puerta tras ambos y oró al Señor. Entonces subió y se acostó sobre el niño, y puso la boca sobre su boca, los ojos sobre sus ojos y las manos sobre sus manos, y se tendió sobre él; y la carne del niño entró en calor. Entonces Eliseo volvió y caminó por la casa de un lado para otro, y subió y se tendió sobre él; y el niño estornudó siete veces y abrió sus ojos" (NBLA).
Más adelante, en 2 Reyes 8:1, leemos: "Eliseo habló a la mujer, a cuyo hijo él había devuelto la vida, diciéndole: "Levántate y vete, tú y tu casa, y reside donde puedas residir, porque el Señor ha llamado al hambre que vendrá sobre la tierra por siete años"" (NBLA). Se marchó con su familia durante siete años y luego regresó. A su regreso, descubrió que había perdido su tierra debido a que supuestamente había abandonado la propiedad. Pero Dios realizó otro milagro en su vida:
"Y cuando habían pasado los siete años, la mujer volvió de la tierra de los filisteos; después salió para implorar al rey por su casa y por sus tierras. Y había el rey hablado con Giezi, criado del varón de Dios, diciéndole: Te ruego que me cuentes todas las maravillas que ha hecho Eliseo. Y mientras él estaba contando al rey cómo había hecho vivir a un muerto, he aquí que la mujer, a cuyo hijo él había hecho vivir, vino para implorar al rey por su casa y por sus tierras. Entonces dijo Giezi: Rey señor mío, esta es la mujer, y este es su hijo, al cual Eliseo hizo vivir. Y preguntando el rey a la mujer, ella se lo contó. Entonces el rey ordenó a un oficial, al cual dijo: Hazle devolver todas las cosas que eran suyas, y todos los frutos de sus tierras desde el día que dejó el país hasta ahora" (2 Reyes 8:3-6).
La sincera hospitalidad de la mujer sunamita hacia Eliseo y su fe humilde y sincera condujeron a una serie de acontecimientos asombrosos. Eliseo fue ciertamente bendecido. Y Dios bendijo abundantemente la vida de la mujer durante un periodo difícil en Israel. Incluso hoy, Dios utiliza muchas veces los humildes actos de servicio de Su pueblo para bendecir tanto al que los da como al que los recibe.
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