Pregunta
¿Qué importancia tiene que Jesús fuera ungido por una mujer con un perfume muy caro?
Respuesta
Los cuatro evangelios presentan un relato de cuando Jesús fue ungido por una mujer con un costoso frasco de perfume (Mateo 26:6–13; Marcos 14:3–9; Lucas 7:36–50; Juan 12:1–8). Mateo y Marcos relatan el mismo evento, pero no dan el nombre de la mujer; Lucas habla de una mujer diferente, a la que tampoco nombran, en una ocasión diferente; y, en otra situación, Juan identifica a la mujer como María de Betania (Juan 11:2), hermana de Marta y Lázaro. Para entender la importancia de que Jesús haya sido ungido en estas tres situaciones, vamos a analizar cada relato por separado y luego los vamos a comparar y establecer las diferencias para llegar a una conclusión.
La unción de Jesús en Mateo tiene lugar dos días antes de la Pascua en el pueblo de Betania, en la casa de Simón el leproso: “Y estando Jesús en Betania, en casa de Simón el leproso, vino a él una mujer, con un vaso de alabastro de perfume de gran precio, y lo derramó sobre la cabeza de él, estando sentado a la mesa” (Mateo 26:6–7).
Mateo se centra en la unción de Jesús como un episodio de enseñanza para los discípulos, quienes reaccionan con enojo debido al desperdicio de la mujer. Pero Jesús la defiende, diciendo: “ha hecho conmigo una buena obra” (Mateo 26:10). Cristo explica que la unción es para preparar Su cuerpo para el entierro y que el acto de amor de la mujer será siempre recordado dondequiera que se predique el Evangelio.
Marcos cuenta la misma historia en términos similares, con una mujer anónima con un frasco de alabastro que interrumpe una cena en la casa de Simón el leproso para ungir la cabeza de Jesús con un perfume costoso. De nuevo, los que critican a la mujer describen su regalo como excesivo, quejándose de que se podría haber vendido por más de un año de salario (Marcos 14:5). Pero Jesús recibe el regalo de la mujer como un acto desinteresado de amor y entrega, una forma apropiada de honrar al Mesías. Jesús revela que no se quedará mucho tiempo con ellos, lo que hace referencia a Su muerte y entierro inminentes.
Tanto los relatos de Mateo como de Marcos enfatizan la importancia profética de la unción de Jesús, aludiendo a Su muerte y entierro. También puede haber una referencia a la realeza de Jesús, ya que, en el Antiguo Testamento, la unción de la cabeza a menudo se relacionaba con el nombramiento de reyes (1 Samuel 9:15-10:1; 16:12-13; 1 Reyes 1:38-40).
En el relato de Lucas de un caso parecido, pero diferente, Jesús aprovecha la ocasión de ser ungido para contar una parábola sobre el perdón (Lucas 7:39–50). Aproximadamente un año antes de Su muerte, Jesús estaba cenando en casa de Simón el fariseo, que arrogantemente se había negado a ofrecer el respeto y la hospitalidad habituales a su invitado, mientras que una mujer pecadora unge los pies de Jesús, mostrándole su amor y agradecimiento.
En el evangelio de Juan, la hermana de Lázaro, María, es la mujer que unge a Jesús con un perfume de alto precio en una cena en Betania. La historia es parecida a las de los otros evangelios, aunque esta unción tiene lugar seis días antes de la Pascua, y Judas es nombrado como el discípulo que se opone al "desperdicio". En esta ocasión, “María tomó una libra de perfume de nardo puro, de mucho precio, y ungió los pies de Jesús, y los enjugó con sus cabellos; y la casa se llenó del olor del perfume” (Juan 12:3). Jesús defiende a María de la crítica de Judas al señalar la oportunidad única que María tuvo: “Porque a los pobres siempre los tendréis con vosotros, mas a mí no siempre me tendréis” (Juan 12:8).
La unción de María apunta nuevamente a la identidad de Cristo como Mesías-Rey, pero también apunta a Su humilde posición como Rey-Siervo. Cuando María unge los pies de Jesús y luego los limpia con su cabello, ella está anticipando las acciones de Jesús en la Última Cena, cuando el Señor lava los pies de los discípulos y les enseña cómo amarse unos a otros a través un servicio sacrificado y humilde (Juan 13:1–20).
En cada relato, una mujer vierte un perfume precioso y costoso en un acto extraordinario de adoración. Las tres mujeres que ungieron a Jesús reconocieron el valor inigualable de Cristo y expresaron su gratitud con amor y entrega sin reservas. Dos de las unciones de Jesús suceden durante la semana de la Pascua y están relacionadas con Su muerte y entierro a punto de ocurrir. La primera unción, en el relato de Lucas, sucede en la mitad del ministerio de Jesús en Galilea y nos enseña una lección diferente sobre el perdón y el amor.
En cada caso, las acciones de la mujer revelan más de lo que ella sabe. Pero, aunque no entienda completamente el significado mesiánico de su unción, cada mujer llegó a apreciar el valor de Cristo mejor que cualquier otra persona en la mesa.
Jesucristo es el Mesías ungido de Dios. La palabra Mesías significa "ungido" y proviene directamente de la palabra hebrea para "ungido". Cristo proviene de la palabra griega Christos, que también significa "ungido". Por lo tanto, Cristo es el equivalente griego a Mesías. Cuando Jesús recibe el Espíritu Santo en Su bautismo, es "ungido" por Dios como preparación para la obra de Su vida (Lucas 3:22; cf. Hechos 10:38; Lucas 4:18). En tres ocasiones diferentes, Jesús fue ungido con ungüento fragante en Su obra como el Salvador, el Rey del cielo que se estaba preparando para morir para salvar a Su pueblo.
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¿Qué importancia tiene que Jesús fuera ungido por una mujer con un perfume muy caro?