Pregunta
¿Debe un cristiano involucrarse en la mentoría? ¿Qué dice la Biblia sobre la mentoría?
Respuesta
La palabra "mentor" se define como "un consejero o maestro sabio y de confianza". Aunque la palabra "mentoría" no aparece en la Biblia, las Escrituras nos dan numerosos ejemplos de mentoría. Moisés fue guiado por su suegro Jetro, primero como yerno y luego como líder (Éxodo 18). La relación de mentoría entre Elí y Samuel preparó a este para las tareas y responsabilidades que le correspondieron tras la muerte de Elí (1 Samuel 1-4). Jesús fue mentor de Sus discípulos (Lucas 9), y tanto Bernabé como Pablo destacaron en la mentoría (Hechos 9-15).
Jesús dejó claro Su estilo de mentoría: Él guiaba para que nosotros lo siguiéramos. Dijo: "Si alguien quiere venir en pos de Mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y que me siga" (Mateo 16:24, NBLA). Puesto que Él es nuestro líder y nosotros debemos seguirle, la mentoría cristiana es un proceso que depende de la sumisión a Cristo. Ni el mentor ni el candidato controlan la relación. Como tal, el proceso se caracteriza mejor por el intercambio mutuo, la confianza y el enriquecimiento a medida que la vida y el trabajo de ambos participantes cambian. El mentor sirve de modelo y de oyente de confianza. El mentor confía en el Espíritu Santo para que le proporcione una visión, cambie vidas y enseñe a través del proceso de modelado.
El apóstol Pablo explicó la mentoría como su modelo de liderazgo de manera muy simple. "Sed imitadores de mí, así como yo de Cristo" (1 Corintios 11:1). "Lo que también han aprendido y recibido y oído y visto en mí, esto practiquen" (Filipenses 4:9a, NBLA). En esencia, está diciendo: "Déjenme ser su mentor. Déjenme ser su modelo a seguir". Recuerda a los nuevos cristianos de Tesalónica que "debéis imitarnos" (2 Tesalonicenses 3:7). Ejemplo. Enseñar. Modelar. Todas estas son facetas de la mentoría que resultan indispensables para desarrollar seguidores de Jesús plenamente devotos y para transmitir la fe de una generación a otra. No hace falta decir que si los mentores esperan que otros sigan su ejemplo, deben comprometerse de todo corazón a seguir a Cristo. Cualquier muestra de hipocresía—"haz lo que yo digo, no lo que yo hago"—será perjudicial tanto para el mentor como para su pupilo.
No solo Jesús y los apóstoles, sino también los ancianos de la iglesia local, realizan su labor de mentoría. Pedro ordena: "Siendo ejemplos de la grey" (1 Pedro 5:3), y Pablo explica a los ancianos de Éfeso: "Ustedes bien saben cómo he sido con ustedes todo el tiempo" (Hechos 20:18, NBLA). En otras palabras, Pablo está diciendo a los ancianos: "Yo les mostré, ahora ustedes muéstrenles". En verdad, si un líder cristiano no está mentoreando a alguien, hasta ese punto él o ella no está viviendo a la altura de su llamado.
Por supuesto, Dios ha llenado el cuerpo de Cristo con muchos mentores potenciales, además de aquellos que son nombrados como ancianos o pastores. Los líderes oficiales de la iglesia no pueden satisfacer personalmente todas las necesidades de mentoría de todos. Aunque no sea posible que los pastores personalmente, intencionalmente, mentoreen a cada oveja que necesite mentoría, ellos deben ayudar a estas ovejas necesitadas a encontrar mentores piadosos. Para cubrir las necesidades de mentoría de su comunidad local de fe, los líderes deben ser intencionales, expandiendo continuamente el círculo de mentores al "equipar a otros" para mentorear.
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¿Debe un cristiano involucrarse en la mentoría? ¿Qué dice la Biblia sobre la mentoría?