Pregunta
¿Qué es el Movimiento para la Transformación Mundial?
Respuesta
El World Transformation Movement (WTM) es conocido en español como el "Movimiento para la Transformación Mundial". Esta organización global, fundada por el biólogo y autor Jeremy Griffith en 1983 en Sídney, Australia, se centra en abordar los problemas fundamentales de la humanidad a través de la biopsicología. Griffith sostiene que los seres humanos son inherentemente buenos, pero han sido corrompidos por factores externos. Aunque las enseñanzas de Griffith han atraído a muchas personas, sus ideas contrastan significativamente con las del cristianismo bíblico.
El Movimiento para la Transformación Mundial enseña que "todo el comportamiento psicológicamente perturbado de nuestra especie—enojado, egocéntrico y alienado—puede ahora, de inmediato, ser dejado de lado y, eventualmente, en unas pocas generaciones, desaparecer por completo, llevando así a la rehabilitación y transformación completa de la raza humana y, por ende, de nuestro planeta". La idea principal de Griffith es que los humanos no comprenden su verdadera naturaleza. Según él, experimentamos culpa, vergüenza y alienación debido a una guerra entre nuestros instintos (que aún siguen la selección natural) y nuestro intelecto. Griffith cree que la solución es entendernos a nosotros mismos como fundamentalmente buenos, no malos, y que la clave para la salvación de la humanidad es el autoconocimiento.
Según el Movimiento para la Transformación Mundial, una vez que alcancemos una comprensión de nuestra verdadera condición y las razones de nuestra corrupción, podemos "transitar de una persona competitiva y de comportamiento egoísta a una cooperativa y de comportamiento desinteresado, una parte verdaderamente integradora de la humanidad". La transformación resultante permitirá que la humanidad "madure" hacia la "adultez".
Las Escrituras enseñan algo muy diferente acerca de la naturaleza humana. Según la Biblia, los humanos no son inherentemente buenos. Adán y Eva, los primeros humanos, fueron creados a imagen de Dios y tenían una comunión perfecta con Él, pero desobedecieron Su mandato de no comer del árbol del conocimiento del bien y del mal (Génesis 3). La desobediencia de Adán introdujo el pecado en el mundo, lo que llevó a nuestra separación de Dios y entre nosotros.
En Romanos 3:23, el apóstol Pablo escribe: "Por cuanto todos pecaron y no alcanzan la gloria de Dios" (NBLA). Nuestro problema más significativo no es un conflicto entre instinto e intelecto, como enseña el Movimiento para la Transformación Mundial, sino un corazón corrompido por el pecado, que heredamos al nacer: "He aquí, en maldad he sido formado, y en pecado me concibió mi madre" (Salmo 51:5; ver también Romanos 5:12). Por lo tanto, no podemos alcanzar el estándar de bondad y justicia de Dios por nosotros mismos: "Todos nosotros somos como el inmundo, y como trapo de inmundicia todas nuestras obras justas. Todos nos marchitamos como una hoja, y nuestras iniquidades, como el viento, nos arrastran" (Isaías 64:6, NBLA). Griffith niega el pecado original y, de hecho, niega a un Dios personal. Según el Movimiento para la Transformación Mundial, Dios es simplemente "nuestra personificación del Significado Integrador" (op. cit.).
Las enseñanzas del Movimiento para la Transformación Mundial afirman ser "argumentadas y evidenciadas cuidadosamente, y totalmente responsables, basadas en principios científicos de primera" (op. cit.), pero se pueden describir con mayor precisión como un evangelio falso. El intelectualismo y el autoconocimiento no pueden salvarnos. Somos salvos solo por gracia, mediante la fe en Cristo (Efesios 2:8–9). La libertad de la culpa y la vergüenza viene únicamente a través de la obra terminada de Cristo: "Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitud" (Gálatas 5:1).
Griffith y el Movimiento para la Transformación Mundial nos animan a buscar la salvación dentro de nosotros mismos, en lugar de buscar hacia afuera y hacia arriba, hacia Dios. El egocentrismo conduce a la ruina y la destrucción. Jeremías 17:9 advierte: "Más engañoso que todo es el corazón, y sin remedio; ¿Quién lo comprenderá?" (NBLA). Dios es el único que entiende nuestros corazones enfermos y puede sanarnos.
El Movimiento para la Transformación Mundial representa el peligro de las filosofías centradas en el ser humano. Colosenses 2:8 dice: "Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no según Cristo". El MTM puede parecer intelectual y científico, pero no es más que sofistería.
Los creyentes deben tener cuidado de no exaltar la razón humana por encima de la revelación divina. Rechazar las enseñanzas bíblicas sobre el pecado y la redención al abrazar "otro evangelio" (2 Corintios 11:4) nos alejará de la única verdad que nos puede hacer libres (Juan 8:32). La perspicacia humana no puede reconciliarnos con Dios ni resolver la separación causada por el pecado; solo Cristo puede cerrar esa brecha (1 Timoteo 2:5).
Los creyentes deben rechazar teorías como las propuestas por el Movimiento para la Transformación Mundial. Aferrémonos al evangelio, que proclama que la salvación no se encuentra en nosotros mismos, sino en Cristo: "Porque la paga del pecado es muerte, pero la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro" (Romanos 6:23, NBLA).
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¿Qué es el Movimiento para la Transformación Mundial?