Pregunta
¿Qué es el movimiento del Nuevo Pensamiento?
Respuesta
El movimiento del Nuevo Pensamiento se basa en las enseñanzas de un pensador del siglo XIX llamado Phineas Quimby. Quimby era un autoproclamado sanador y seguidor de Mesmer, el hipnotista. Quimby creía que las enfermedades del cuerpo tenían su origen en la mente y que, por lo tanto, se podían superar con la "Verdad". Su idea era que, si la mente corregía su forma errónea de pensar, el cuerpo sería sanado de sus enfermedades y problemas.
Mary Baker Eddy, la fundadora de la Ciencia Cristiana, fue paciente de Quimby, y algunas de sus ideas aparecen en su teología. Ella compartía la idea de que las enfermedades en el cuerpo son causadas por problemas en los pensamientos de una persona. Otra rama del movimiento del Nuevo Pensamiento, que se difundió principalmente a través de los escritos de Quimby, es la ley de la atracción, que sostiene esencialmente que el pensamiento puede traer cosas a la existencia; es decir, que al pensar que uno es exitoso, rico o talentoso, efectivamente se convertirá en exitoso, rico o talentoso.
Entre las principales creencias de los seguidores del Nuevo Pensamiento está la afirmación de que la "verdadera identidad del ser humano es divina". En esto vemos la misma mentira original que Satanás le dijo al hombre: a través del conocimiento del bien y del mal, "seréis como Dios" (Génesis 3:5). Satanás apeló al hombre con base en su deseo de alcanzar la divinidad y controlar su propio destino. El movimiento del Nuevo Pensamiento atrae a las personas de la misma manera, encantando a sus seguidores con la mentira del potencial divino.
La ideología del Nuevo Pensamiento se opone directamente a la enseñanza bíblica. No podemos crear nuestra propia realidad con "pensamiento positivo" ni volvernos sanos, simplemente declarándonos como tales. La realidad es que las enfermedades del cuerpo son el resultado de la caída de la creación. El pecado de Adán trajo la muerte y la decadencia al mundo (Génesis 2:17; Romanos 5:12). Somos seres creados, parte de la creación, y por lo tanto, el caos introducido en la naturaleza por el pecado también afecta nuestros cuerpos naturales. Somos susceptibles a virus, lesiones, envejecimiento, trastornos autoinmunes, malformaciones genéticas y hormonales, deformidades y muerte, todo debido a la entrada del pecado en el paraíso perfecto que Dios planeó originalmente para nosotros (Génesis 3:17-19; Romanos 8:19-22). No hay escape de esta maldición; afecta a todas las personas que han vivido, de una forma u otra. A pesar del dolor y las enfermedades que sufrimos a lo largo de nuestras vidas, la promesa de redención de Dios a través de Jesucristo es nuestra esperanza (Salmos 16:5-11; Romanos 5:2; Colosenses 1:27).
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¿Qué es el movimiento del Nuevo Pensamiento?