Pregunta
¿Qué es PETA? ¿Puede un cristiano apoyar a PETA?
Respuesta
PETA (por sus siglas en inglés) es el acrónimo de Personas por el Trato Ético de los Animales. Según su página web, PETA es una organización internacional formada en 1980 que está "dedicada a establecer y defender los derechos de todos los animales. PETA opera bajo el sencillo principio de que los animales no son nuestros para comerlos, vestirlos, experimentar con ellos o utilizarlos como entretenimiento. PETA educa a los políticos y al público sobre el maltrato animal y promueve el trato amable a los animales". Proverbios 12:10 nos dice que el hombre justo cuida de la vida de su bestia, así que el principio bíblico es que debemos tratar a los animales con humanidad; sin embargo, PETA va mucho más allá del principio bíblico.
La crueldad en cualquiera de sus formas es una violación de la naturaleza de Dios y no de Su plan para los que habitan su tierra (Proverbios 11:17). Cuando Dios concedió a Adán el dominio sobre todos los animales (Génesis 1:26), esperaba que el hombre aprendiera sobre ellos, los cuidara, los criara y los utilizara para satisfacer las necesidades de la humanidad. La humanidad aprendió rápidamente que la lana de las ovejas hace excelentes prendas de vestir y también ayuda a la oveja a desprenderse de su pesado pelaje. La leche de cabras y vacas es un complemento saludable para la dieta de las personas. Y los cuerpos que Dios diseñó de bueyes, mulas y caballos han beneficiado a la humanidad de miles de maneras durante siglos.
Sin embargo, Dios también dio animales para la carne. En Génesis 9:2-4, después del diluvio, Dios dio a Noé instrucciones específicas sobre la alimentación. El hombre ya no estaría restringido a una dieta vegetariana. Debía considerar a todos los animales como alimento. La única restricción era que no se podía comer ningún animal con la sangre aún en su interior. La sangre representa el carácter sagrado de la vida e, incluso al comer el animal, la gente debía respetar el hecho de que habían quitado una vida que solo Dios puede crear (Levítico 17:11). La investigación médica reveló posteriormente que esta es también una práctica saludable, ya que comer carne poco cocinada puede causar enfermedades. Los mandatos de Dios son siempre para nuestro bien.
Si la única preocupación de PETA fuera el trato humano de los animales, los cristianos podrían apoyar sinceramente sus objetivos. Sin embargo, PETA va mucho más allá y concede "derechos" a los animales similares a los de los humanos. La fundadora de PETA, Ingrid Newkirk, declaró: "Cuando se trata de dolor, amor, alegría, soledad y miedo, una rata es un cerdo es un perro es un niño. Cada uno valora su vida y lucha contra el cuchillo". Declaraciones como esa llevan los objetivos de PETA a niveles extremistas, unos que los cristianos que honran la Biblia no pueden aprobar. Las personas no son animales.
La página web de PETA afirma que "solo los prejuicios nos permiten negar a otros los derechos que esperamos tener para nosotros mismos. Ya sea por motivos de raza, género, orientación sexual o especie, el prejuicio es moralmente inaceptable". Así, PETA concede a los animales la misma santidad de vida que Dios concedió a los humanos. Bíblicamente, la vida humana es especial. Jesús dijo que el valor de un ser humano es mucho mayor que el de "muchos pajarillos" (Lucas 12:7). Dios se preocupa por las aves, pero se preocupa más por nosotros. Los seres humanos tienen un valor superior.
Dios dio origen a los animales (Génesis 1:20-25) al igual que al cielo, las estrellas y los árboles. No obstante, el hombre y la mujer fueron creados por separado, a imagen de Dios mismo (Génesis 1:27). No somos meros animales superiores en el árbol evolutivo. Fuimos creados específicamente por Dios para tener comunión con Él. Tenemos un espíritu eterno, un espíritu que vivirá para siempre, ya sea con Dios o separado de Él (Juan 3:16-18, 36). Esto no es así con los animales.
En toda la Biblia, los animales eran utilizados, montados, criados, de propiedad del hombre, y comidos por este (Deuteronomio 12:15, 20; Levítico 6:25-27). El propio Jesús montó en un burro, comió pescado y contó una historia en la que se sacrificó un becerro engordado (Lucas 15:23; 19:35; 24:42-43). En el Antiguo Testamento, Dios pintó Su historia de redención a través de los continuos sacrificios sangrientos de animales. Hebreos 9:22 dice que sin derramamiento de sangre no hay perdón de pecados. Hasta que Jesús derramó Su propia sangre (Mateo 26:28), la sangre del perdón procedía de corderos, toros y cabras perfectos (Levítico 4:32-33). El Dios que creó los animales también ordenó su sacrificio como parte de Su plan de expiación.
Una de las fiestas judías que se ordenan en las Escrituras es la Pascua, en la que se recuerda el éxodo de Egipto. En la primera Pascua, se sacrificaba un cordero y su sangre se aplicaba a los dinteles de las puertas de los hogares judíos para evitar la muerte de los primogénitos (Éxodo 12:21-22). PETA considera inaceptables los requisitos de Dios para los sacrificios de sangre, lo que les sitúa en oposición directa a Dios y a la Biblia. PETA ha elevado el reino animal a un lugar que Dios nunca pretendió. Al hacerlo, han disminuido la santidad de la vida humana. Irónicamente, muchos partidarios de PETA también están a favor del aborto.
Los cristianos podemos estar de acuerdo con PETA en que la crueldad hacia cualquier ser vivo, incluidos los animales, está mal. Podemos estar de acuerdo en que, si existen formas más humanas de descuartizar o utilizar animales en investigación, entonces esos métodos deberían utilizarse. Cerrar las fábricas de cachorros plagadas de enfermedades, denunciar las condiciones inhumanas en los laboratorios o en los espectáculos teatrales y trabajar para restringir la tenencia de animales a aquellos que han demostrado no ser aptos son formas en las que los cristianos pueden apoyar los objetivos de PETA. Sin embargo, un cristiano sabio reconoce que PETA no apoya la visión cristiana del mundo y, por lo tanto, no se la puede respaldar sinceramente.
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¿Qué es PETA? ¿Puede un cristiano apoyar a PETA?
