Pregunta
¿Qué deberíamos aprender de la historia de Pablo y Silas?
Respuesta
Pablo y Silas trabajaron juntos en el segundo viaje misionero (Hechos 15-18). Pablo y Silas son mencionados juntos por primera vez después del Concilio de Jerusalén en Hechos 15, ya que ambos formaron parte del grupo que llevó la decisión del concilio a Antioquía de Siria (versículo 22). A Silas se le llama "profeta" quien hablaba mucho para animar y fortalecer a los creyentes en Antioquía (versículo 32).
Después de que Pablo y Bernabé se separaran, Pablo escogió a Silas como compañero de viaje, y se fueron a Siria y Cilicia, ministrando a las iglesias (Hechos 15:41). Después, Pablo y Silas viajaron a Derbe y Listra, donde buscaron a otro compañero, Timoteo (Hechos 16:1-3). Tras un viaje por Asia Menor, el Espíritu guio a Pablo y Silas a Macedonia (versículos 6-10). Cuando los misioneros estuvieron en Filipos, la gente se salvó y se fundó una iglesia, pero Satanás se opuso a su trabajo. Pablo y Silas fueron arrestados, golpeados y encarcelados por su predicación (Hechos 16:16-24). Mientras estaban en la cárcel, Pablo y Silas permanecían sentados con los pies en el cepo cantando himnos. Al llegar la medianoche, un terremoto abrió las puertas de la prisión, dando libertad a los prisioneros. El carcelero tenía miedo de que sus superiores lo culparan de la fuga de la cárcel, y se preparó para matarse con su espada antes que enfrentar el castigo. Pablo y Silas lo convencieron de que no se hiciera daño, le predicaron el evangelio y se salvó, junto con toda su familia aquella noche (Hechos 16:25-34). Según el versículo 37, parece que Silas, al igual que Pablo, era un ciudadano romano.
A continuación, Pablo y Silas fueron juntos a Tesalónica y predicaron en una sinagoga de judíos. Algunos de los judíos se convencieron de la verdad y se salvaron. Muchos griegos y "mujeres nobles" también creyeron (Hechos 17:1-4). Una vez más, Pablo y Silas se encontraron con la oposición de Satanás, y los judíos incrédulos atacaron la casa de Jasón, uno de los nuevos creyentes, acusándolo de albergar a los que "trastornan el mundo entero" (Hechos 17:5-8). Pablo y Silas se dirigieron a Berea. Allí se encontraron con otro grupo de judíos que eran "más nobles" que los de Tesalónica. Los de Berea escucharon a Pablo y Silas, y muchos de ellos creyeron tras examinar las Escrituras para comprobar la verdad de lo que decían Pablo y Silas (Hechos 17:11-12).
La última vez que Silas es mencionado en Hechos es en 18:5, cuando él y Pablo estaban en Corinto. Pablo permaneció con los corintios durante un año y seis meses (Hechos 18:11) y luego partió hacia Antioquía, por lo visto solo. La Biblia no dice qué pasó con Silas después de eso. Cuando Pablo dejó Corinto, prometió que volvería si era posible (Hechos 18:21). Es posible que Silas y Timoteo se hayan quedado en Corinto; una tradición dice que Silas se quedó como pastor. Pedro menciona a Silas como un "hermano fiel" en 1 Pedro 5:12. Pablo menciona a Silas en 2 Corintios 1:19 y en las introducciones de las dos epístolas a los Tesalonicenses.
De la historia bíblica de Pablo y Silas aprendemos la importancia de los compañeros fieles y los siervos dedicados al Señor en la expansión del evangelio. Pablo y Silas pensaban igual y estaban igualmente comprometidos con el servicio de Dios. Ya sea que estuvieran orando para ser guiados en Asia, explorando nuevos caminos en Europa, predicando en las sinagogas o cantando en la cárcel, Pablo y Silas estuvieron juntos. Su lealtad al evangelio y entre ellos es un ejemplo de cómo los creyentes deben trabajar juntos hoy en día.
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¿Qué deberíamos aprender de la historia de Pablo y Silas?