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Pregunta

¿Qué debemos aprender del Salmo 119?

Respuesta


Con 176 versículos, el Salmo 119 es el capítulo más largo de la Biblia. No se conoce el autor del Salmo 119, pero la mayoría de los eruditos coinciden en que fue escrito por David, Esdras, Daniel o Jeremías. Cada uno de estos autores propuestos experimentó serias dificultades en su vida, y el autor del Salmo 119 refleja eso en descripciones de complots, calumnias y burlas contra él (versículos 23, 42, 51, 150), persecuciones (versículos 61, 86, 95, 110, 121, 134, 157, 161) y aflicciones (versículos 67, 71, 143, 153). La persecución y aflicción del hombre (y la mujer) de Dios es uno de los temas principales del Salmo 119.

Otro tema destacado en el Salmo 119 es la profunda verdad de que la Palabra de Dios es todo suficiente. El Salmo 119 es una expansión del Salmo 19:7-9: "La ley del Señor es perfecta, que restaura el alma; El testimonio del Señor es seguro, que hace sabio al sencillo. Los preceptos del Señor son rectos, que alegran el corazón; El mandamiento del Señor es puro, que alumbra los ojos. El temor del Señor es limpio, que permanece para siempre; Los juicios del Señor son verdaderos, todos ellos justos" (NBLA). Hay ocho términos diferentes que se refieren a la Palabra de Dios a lo largo del salmo: ley, testimonios, preceptos, estatutos, mandamientos, juicios, palabra y ordenanzas. Casi en cada versículo, se menciona la Palabra de Dios. El Salmo 119 confirma no solo el carácter de las Escrituras, sino que afirma que la Palabra de Dios refleja el propio carácter de Dios. Observa estos atributos de Dios atribuidos a las Escrituras en el Salmo 119:

1. Justicia (versículos 7, 62, 75, 106, 123, 138, 144, 160, 164, 172)

2. Confiabilidad (versículo 42)

3. Veracidad (versículos 43, 142, 151, 160)

4. Fidelidad (versículo 86)

5. Inmutabilidad (versículo 89)

6. Eternidad (versículos 90,152)

7. Luz (versículo 105)

8. Pureza (versículo 140)

El formato del Salmo 119 es un acróstico alfabético, lo que significa que las primeras letras de cada línea en hebreo siguen el orden del alfabeto, 8 líneas por letra, por lo tanto, 8 líneas x 22 letras en hebreo = 176 líneas. Uno de los mensajes de este salmo es que debemos vivir un estilo de vida que demuestre obediencia al Señor, que es un Dios de orden (de ahí la estructura acróstica), no de caos.

El salmo comienza con dos bienaventuranzas. "Bienaventurados" son los perfectos de camino, que viven de acuerdo con la ley de Dios, que guardan sus estatutos y lo buscan con todo su corazón. El autor del salmo es un hombre que ha conocido grandes problemas en su vida, pero también uno que ha pasado por ellos con una comprensión profunda y apasionada del amor inquebrantable y la compasión de Dios (Salmo 119: 75-77). A lo largo de su aflicción, el autor se aferra a las verdades que aprende de las Escrituras, que son eternas y "permanece en los cielos" (Salmo 119: 89-91). Su amor por la Palabra de Dios y su dedicación a recordarla y vivir de acuerdo con ella es un tema que se repite una y otra vez (versículos 11, 15-16, 24, 34, 44, 47, 55, 60, etc.).

Estas son las lecciones para nosotros en este gran salmo. La Palabra de Dios es suficiente para hacernos sabios, instruirnos en justicia y equiparnos para toda buena obra (2 Timoteo 3: 15-17). Las Escrituras son un reflejo de la naturaleza de Dios, y de ellas aprendemos que podemos confiar en Su carácter y en Su plan y propósitos para la humanidad, aun cuando esos planes incluyen aflicción y persecución. Bienaventurados somos si nuestro deleite está en la ley del Señor y en su ley meditamos de día y de noche (Salmo 1:2).

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