Pregunta
¿Qué significa torcer las Escrituras para su propia destrucción (2 Pedro 3:16)?
Respuesta
Segunda de Pedro 3:16 dice: "Entre las cuales hay algunas difíciles de entender, las cuales los indoctos e inconstantes tuercen, como también las otras Escrituras, para su propia perdición". En este versículo, Pedro se refiere a las cartas de Pablo (ver el versículo 15), a las que, sobre todo, califica de "Escritura". Pedro también dice que las epístolas de Pablo contienen algunas cosas "difíciles de entender" (versículo 16). Algunas personas tomaban estas afirmaciones difíciles y las tergiversaban y distorsionaban. Pedro advierte que tergiversar y deformar las Escrituras conduce a la destrucción.
El propósito de 2 de Pedro es advertir a los creyentes sobre los falsos maestros que desafían la verdad del Evangelio. En el capítulo 3, Pedro habla específicamente del "día del Señor" (2 Pedro 3:10), al que también llama "día de Dios" (versículo 12). Ese día se acerca, a pesar de lo que digan los burladores (versículo 3). En este contexto, Pedro advierte contra las tergiversaciones de "indoctos e inconstantes" (versículo 16). Pedro insta a todos los creyentes a permanecer firmes, creciendo en la gracia y el conocimiento de Cristo (2 Pe 3:18).
El reconocimiento de Pedro de que algunos de los escritos de Pablo son difíciles de entender (2 Pe 3:16) es significativo. Demuestra que la Iglesia primitiva reconocía tanto la profundidad de la revelación especial como la complejidad de algunas doctrinas teológicas. La dificultad de algunas partes de las Escrituras puede llevar a interpretaciones erróneas, por lo que los lectores deben tener cuidado. Esto es especialmente cierto cuando las Escrituras son manejadas por quienes son "indoctos e inconstantes". El término indocto sugiere una falta de conocimiento o comprensión (ver Efesios 4:18), mientras que inconstante indica una falta de base firme en la fe (Santiago 1:8). Una persona indocta e inconstante es susceptible de torcer las Escrituras para su propia destrucción. En el contexto de 2 de Pedro 3:16, los que tuercen las Escrituras niegan la llegada del día del juicio.
Torcer, o distorsionar, las Escrituras se refiere a la interpretación y aplicación erróneas, intencionadas o no, de los textos bíblicos. No se trata simplemente de malinterpretar el texto, sino que también implica una manipulación del texto para servir a intereses personales, justificar comportamientos pecaminosos o propagar falsas enseñanzas. Pedro advierte que tal "tergiversación" conduce a la destrucción. Debemos entender esta destrucción de dos maneras: presente y eterna. El peligro presente de torcer las Escrituras es que aleja a otros de la verdad del Evangelio, causando desunión en el cuerpo de Cristo. El peligro eterno de tergiversar las Escrituras es el castigo eterno en el infierno.
En las Escrituras hay muchos casos de personas que torcieron las Escrituras para su propia destrucción. Jeremías 23:36, por ejemplo, se dirige a los que tergiversaban la Palabra de Dios: "La palabra de cada uno le será por oráculo, pues han pervertido las palabras del Dios viviente, del Señor de los ejércitos, nuestro Dios" (NBLA). En Mateo 23:13-36, Jesús reprende a los fariseos y a los maestros de la ley por sus interpretaciones erróneas y sus aplicaciones hipócritas de las Escrituras. Habían añadido tradiciones humanas a la ley de Dios, agobiando a la gente y ocultando la verdadera intención de la ley.
Pablo luchó personalmente contra los falsos maestros que habían distorsionado su doctrina. Hablando a los gálatas, Pablo dice: "Estoy maravillado de que tan pronto os hayáis alejado del que os llamó por la gracia de Cristo, para seguir un evangelio diferente. No que haya otro, sino que hay algunos que os perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo" (Gálatas 1:6-7). Pablo dice que cualquiera que distorsione el evangelio de Cristo debe ser "maldito" (versículo 8). Este lenguaje es similar a la advertencia de Pedro de que torcer las Escrituras conducirá a la destrucción.
Cuando tergiversamos la Palabra de Dios, intencionadamente o no, nos perjudicamos a nosotros mismos y a los demás. Por eso debemos "[presentarnos] a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que maneja con precisión la palabra de verdad" (2 Timoteo 2:15, NBLA).
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¿Qué significa torcer las Escrituras para su propia destrucción (2 Pedro 3:16)?